“Para disfrutar de unas vacaciones inolvidables no hace falta pasar por Barajas y de paso contribuimos al desarrollo rural y a la puesta en valor de un recurso a menudo menospreciado: nuestro entorno rural más inmediato”. Esta es la filosofía que mueve a la nueva empresa leonesa Más que pájaros, formada por un doctor en Biología, Manuel A. González, de 30 años y una licenciada en Ciencias Ambientales, María Cano, de 32.
Apasionados por la naturaleza y por la flora y fauna que esta encierra, creen en un estilo de vida basado en la sostenibilidad y el respeto hacia el medio ambiente y están decididos a transmitir sus conocimientos para ello. Al menos, lo van a intentar. “Antes de desesperar y salir a trabajar a otro país, hemos querido poner toda la carne en el asador en nuestra tierra. Si fallamos, habrá que resetearse y quizás emigrar”, confiesa Manuel.
Con el nombre de Más que pájaros quieren diferenciarse de otras empresas especializadas únicamente en turismo ornitológico porque en sus ofertas hay avistamiento de aves, pero también otros animales, además de gastronomía, cultura y relax. “Queremos ofertar algo novedoso, más trabajado, exclusivo y que nadie oferta”, explica Manuel. Aunque reconoce que las empresas de ecoturismo están “afortunadamente creciendo como setas”, no le gusta llamarlo competencia sino un beneficio para los que, como ellos, comienzan una aventura de este tipo. “Así generamos mercado. Nos guste o no, León no está masificado de turistas y si aumentamos la oferta quizás empiecen a poner sus ojos en esta tierra del mágico noroeste ibérico”, confía.
León será el centro de operaciones aunque sus actividades no se fijan únicamente en esta provincia ya que trabajan tanto en el noroeste del país como en Madrid y Castilla La Mancha. “Yo me encargo de León y alrededores y María del centro peninsular. De esta manera aumentamos la oferta de actividades Masquepajaros y podemos mover clientes de Madrid a León y viceversa”, explica Manuel.
María Cano, licenciada en Ciencias Ambientales y socia de Más que pájaros.
Lo que proponen es un ecoturismo de calidad centrado en la observación de fauna difícil de observar: osos, lobos, gato montés, pero también de otras que aunque son comunes, son especiales. “Las grajas de León son la única población de esta especie (Corvus frugilegus) de todo el país, ¡y las tenemos en esta ciudad!”, destaca Manuel. Así que no solo se van al monte sino que en la capital leonesa ofrecen una jornada, con prismáticos al cuello, para descubir estas aves al tiempo que disfrutan de las tapas y la cultura de una ciudad histórica.
También ofrecen cursos de fotografía de naturaleza, viajes fin de carrera diferentes para universitarios “aburridos de los viajes a Cancún” o talleres de elaboración de quesos entre otras muchas actividades cuyos promotores esperan que continúen creciendo con la demanda. “Todo lo combinamos con alojamientos rurales que han sabido mantener su identidad cultural en la gastronomía y la decoración, pero que a la vez han sabido adaptarse a los tiempos”.
En esta primera etapa de su empresa, se dirigen a todo tipo de clientes, desde familias hasta montañeros que compartan el amor por la naturaleza y lo intentarán con el mercado extranjero.
Manuel explica que para la única actividad para la que se necesita una buena forma física es para las travesías de varios días por la montaña. “Aun así no hay que ser un Calleja para venirse a cruzar Picos de Europa con nosotros. Llevamos grupos reducidos y dos guías, uno de montaña y uno de naturaleza, por lo que la seguridad está presente siempre. Para una observación de osos puede venir desde un niño hasta una abuela de 100 años, ¡siempre y cuando conserve una buena vista!”.
En la web ofrecen recomendaciones para cada actividad.