Este lunes 1 de octubre se alcanzó en la historia de la Diputación de León un hito histórico: la institución pagó el último céntimo de euro que la institución debía a las entidades bancarias en concepto de deuda de sus créditos, algunos de más de 20 años. Una situación que motivó una rueda de prensa en el Palacio de los Guzmanes de su actual presidente del PP, Juan Martínez Majo, quien destacó que de este modo a partir del próximo año los pequeños municipios leoneses dispondrán íntegros de 11 millones de euros que irán, en vez de a los bancos, a inversión rural.
La histórica 'deuda cero' de la Diputación leonesa, como destacó el presidente, es la culminación de dos décadas de planes económicos y financieros, ya que en 1998 esa deuda se elevaba a la insoportable cifra de 138 millones (más que el presupuesto total de este año, por ejemplo, un asfixiante 120% de esas cuentas).
Una situación actual que es “salud para la Diputación”, remarcó, “que permitirá trabajar en el futuro de manera muy diferente”, pudiendo dedicar como efecto más inmediato un total de 11 euros a mayores en las inversiones directas en los pueblos a partir del próximo presupuesto provincial, el de 2019.
Esta idílica circunstancia ha sido posible, en los últimos años, y aparte de la incuestionable gestión del actual equipo de Gobierno que dirige Martínez Majo, gracias también a dos efectos colaterales. Por un lado la decisión de la expresidenta Isabel Carrasco de poner fin desde 2007 y hasta su asesinato en 2014 a la tendencia del endeudamiento, implementando un férreo plan de amortización de deuda que hizo que algunos años se llegara a dedicar mas dinero a quitar créditos que a inversión, entre criticas a la herencia recibida de sus predecesores no sólo socialistas sino de los populares José Antonio Díez y Javier García-Prieto.
La segunda clave está en la total parálisis administrativa y política que produjo aquella muerte y la fulminante detención en la Operación Púnica de la Audiencia Nacional contra la corrupción de su sucesor, Marcos Martínez Barazón, y la presidencia accidental de Emilio Orejas. Para cuando Majo accedió a la Presidencia en el verano de 2015, en los cajones de la institución había no menos de 60 millones de euros disponibles que nadie había gastado.
Juan Martínez Majo recordó en la rueda de prensa que el presupuesto de 2018 estaba dotado de 134'4 millones de euros y que ha aumentado hasta los 255,6 millones gracias a la incorporación de remanentes y planes no ejecutados. Así, las inversiones reales han pasado de 42 millones de euros hasta lo 98,7 millones.
En concreto, la institución provincial aumentó la partida presupuestaria del Plan de Cooperación, que pasó de contar con 16,3 millones de euros a más de 48 millones, el Plan de Carreteras, que cuenta con 30 millones de euros, las Actuaciones Singulares, que cuentan con seis millones, y el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (Sepeis), que cuenta con un millón.
En capilla el presupuesto para 2019
El presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, adelantó que el equipo de Gobierno ya se encuentra trabajando en el presupuesto para el próximo ejercicio, que podría contar con una dotación de 132 millones de euros.
Un año en el que se pretenden ejecutar los 48 millones del Plan de Cooperación y en que “ojalá que se pudiera poner en marcha el Plan de Bomberos”, algo que tan solo “depender del aparato administrativo”, ya que la Diputación “cuenta con la capacidad económica”.
Martínez Majo apuntó que también durante el próximo ejercicio sería posible poner en marcha en Plan de Espacios Industriales y que se mostrarán, “como hasta ahora”, abiertos a “cualquier colaboración con otra administración”.