La noticia saltó ayer como la chispa que, al parecer, originó en una nave el incendio en un conocido centro ecuestre situado en la localidad de San Feliz de Torío. Los Bomberos de León confirmaron que acudieron y consiguieron atajar las llamas sin que hubiera que lamentar daños personales ni a los numerosos caballos que se encontraban en el recinto.
Pero hoy, un día después, cuando aún el susto no ha salido del cuerpo, salta otra chispa: la amarga queja de su responsable por una intervención que estuvo a punto de no producirse porque, explican a iLeon.com, en primer término los Bomberos de León se negaron a acudir y sólo lo hicieron cuando intermedió la Guardia Civil.
Los Bomberos, ya en el centro ecuestre siniestrado a escasos diez kilómetros de León.
La versión de los testigos presenciales en el establecimiento de doma ecuestre del municipio de Garrafe de Torío es que el fuego, que por momentos dejó ver llamas enormes y peligrosas, se había propagado ya por un pajar y un picadero cubierto, acercándose peligrosamente a los animales, cuando llamaron al servicio de emergencias 112 de Castilla y León, donde les preguntaban insistentemente “si había personas en peligro y si los animales se veían afectados”, a lo que “contestamos que sí” en el segundo caso, ya que las llamas se les acercaban.
Pero el 112 “nos devolvió la llamada y volvió a preguntar lo mismo”, por lo que se decidió llamar directamente a los Bomberos de León. “Nos hicieron las mismas preguntas y respondieron que no era de su competencia, sino del Ayuntamiento de Garrafe, el cual no tiene ningún medio de extinción”. Y finalmente “colgaron cuando nos quedó sólo suplicar por los animales”.
En un estado de nerviosismo creciente incluso llamaron a la Unidad Militar de Emergencias (UME), “y la respuesta fue la misma: que no podían actuar porque era una finca privada”.
Según esta versión, no fue hasta que llegó la Guardia Civil, cuando los agentes reclamaron a los Bomberos acudir, cuando aceptaron salir de León. ¿La excusa que pusieron por no haber ido antes? “Que el aviso que les llegó era que ninguna estructura ni ser vivo estaban en peligro”.
Lamentan la “situación precaria de la extinción que tenemos en la provincia”
Pero el malestar no acaba aquí, ya que los testigos directos del centro ecuestre afirman que “extinguieron el fuego que causaba el mayor peligro pero se fueron sin realizar las labores de prevención, dejando el lugar con excesivo calor y el interior de los paquetes de paja iniciando pequeños focos que a lo largo del día hubo que sofocar con ayuda de las personas que se quedaron a ayudar en el picadero”. Parece, dicen en descargo de los profesionales, que “por falta de personal tuvieron que regresar -a León- por riesgo a otro posible aviso”. Lo que evidencia “la situación precaria de los servicios de extinción que tenemos en León y provincia”, censuran los afectados.
Tienen claro que evitaron finalmente lo que pudo ser una tragedia, ya que “el fuego se cortó unos metros antes de la única salida de la finca”. Y agradecen mucho “a la gente del pueblo, incluidos niños, que se acercaran a ofrecer su ayuda para sacar a los caballos sin importarles el riesgo, mientras los servicios que todos pagamos y que se supone velan por nuestra seguridad no se cuestionen acudir si no es cuando los daños ya son irreparables”. Y es que critican que “los servicios de emergencia dejan la responsabilidad de valorar el peligro a personas inexpertas y nerviosas por lo sucedido”, como les ocurrió a ellos ayer sábado.