ANÁLISIS

Diputación de León: negociaciones aceleradas, tensas y desconfiadas entre PP, PSOE y UPL

El próximo miércoles 23 de agosto la Diputación de León iniciará un nuevo mandato tras los retrasos provocados por los recursos en el Ayuntamiento de Villablino y haber superado las disputas internas de los partidos en la elección de diputados provinciales.

Especialmente cruenta ha sido la batalla en el Partido Popular de León, donde el grupo crítico o rebelde encabezado por el alcalde de Almanza y expresidente del partido, Javier Santiago Vélez, se ha impuesto por 8 diputados a 3 del sector oficialista de Ester Muñoz y Raúl Valcarce, señalado como el candidato a nuevo presidente. Aunque las críticas por los nombres de diputados también han provocado roces en el PSOE berciano, con unas acusaciones públicas ‘a posteriori’ sin dar la batalla interna de listas alternativas.

Así las cosas, todo queda en manos de Unión del Pueblo Leonés (UPL) y sus negociaciones entre PP y PSOE para decidir quien ocupa el sillón presidencial del Palacio de los Guzmanes, y controlar de paso, el dinero de los pueblos. Los leonesistas llegan a este punto bastante “molestos” con ambos partidos, puesto que consideran que se ha perdido “un tiempo precioso” para haber realizado negociaciones serias. 

De las reuniones que se han producido hasta el momento, explican fuentes del partido, solo han sacado un documento de negociación a los socialistas que en negro sobre blanco va por debajo de lo que se prometía de palabra. Y el PP ni siquiera ha entregado un documento hasta este jueves pese a prometerlo en su única reunión formal, enfangados en su batalla interna. Y desde que se produjo la elección de diputados del Bierzo todo son llamadas apresuradas ya que el tiempo apremia.

Una decisión de pacto complicada

En UPL el acuerdo es, salvo caso excepcional, acceder al gobierno de la Diputación de León pactando con alguno de los grandes partidos. Son la llave con 3 diputados por los 11 del PP y los 10 del PSOE, más el único de Vox que no influye en los números de gobernabilidad. Pero la situación y los vetos cruzados hace que elegir al mejor socio se haya complicado para los leonesistas.

En el caso del PP, que gobernaría la Diputación si no hay acuerdo al ser el que tiene más diputados, la trifulca interna deja su grupo dividido. Raúl Valcarce es el candidato oficial del partido, según aseguró en un comunicado del 9 de julio aludiendo a una designación desconocida del 27 de junio, pero solo cuenta con 3 votos.

Al otro lado, Javier Santiago Vélez mantiene el apoyo de 8 diputados provinciales y aseguró que el PP votará unido pero pide “escuchar la voz de los alcaldes y diputados” tras la revuelta exitosa que ha dejado al PP de León muy tocado internamente. “En mi pueblo 8 son más que 3”, resumen desde los críticos. Desde UPL negociarán con el PP bajo la premisa de que haya un candidato único y definido y se garantice unidad de acción, más allá del nombre final. En los leonesistas, sin querer meterse en decisiones ajenas, no emociona nada el nombre de Raúl Valcarce de presidente, siempre asociado a maniobras de su amigo y exsocio condenado por corrupción en Gürtel José Luis Ulibarri, y el de Javier Santiago Vélez, un poco más pero con desconfianza por sus bandazos internos.

Por los socialistas las críticas internas han saltado a última hora por la elección de diputados del Bierzo, algo que ya no tiene remedio, y pese a la supuesta armonía interna de su elección que pregonaba el líder provincial Javier Alfonso Cendón. Desde el PSOE leonés han asegurado que han accedido a las principales peticiones de UPL para repetir coalición de gobierno en la Diputación, que los leonesistas niegan.

Uno de los escollos es la desconfianza de UPL en el hasta ahora presidente de la institución, Eduardo Morán, ya que traicionó el pacto firmado en 2019 apoyando al histórico Matías Llorente en ser tránsfuga al final de su vida política y dejar a los leonesistas sin grupo más de un año. Una situación que lleva un veto de facto y eleva nombres como Santiago Dorado y Gerardo Álvarez Courel como posibles recambios. 

Dorado, alcalde de La Robla, fue el nombre que barajó el sector sanchista de León en 2019 como presidente de la Diputación antes de que se impusiera al ‘susanista’ Morán, y tiene un hándicap también para las bases leonesistas, y es su rechazo a la moción pro autonomía en su ayuntamiento que algunos no perdonan. En el caso de Courel, la carambola política que le apartó de la presidencia del Consejo Comarcal del Bierzo hasta la Diputación provincial sería de jugada maestra si acaba de presidente de la Diputación, toda vez que ni la alcaldesa del municipio del que es concejal, Silvia Cao de Bembibre, le apoya.

¿Una tercera vía?

En los círculos políticos más maquiavélicos se maneja una tercera opción, la de un acuerdo 'PPOE'. Se refieren a una posibilidad de vetos y peticiones imposibles que permitan gobernar a la lista más votada si es Raúl Valcarce el designado por el PP. La referencia PPOE se remonta a los 90 en la comarca del Bierzo, cuando en los buenos tiempos alcaldes y altos cargos de PP y PSOE se repartían el cotarro y manejaban tiempos políticos y económicos. Una de las referencias del PPOE la época era el fallecido Antonio Canedo, predecesor precisamente de Eduardo Morán en la alcaldía de Camponaraya. Y a esos históricos favores se remiten para sospechar de un nuevo acuerdo bajo la mesa que devuelva a la Diputación a tiempos de repartos oscuros.

Los tiempos corren y en UPL señalan que cuando tomen una decisión, después de negociar ampliamente con PP y PSOE por separado, serán fieles a ella y no habrá juegos de última hora que supongan un cambalache antes de la constitución de la Diputación. Hay mucho en juego en este mandato para todos los partidos, y tanto en el gobierno provincial como en la oposición, el liderazgo futuro de todos ellos se puede ver influido por la votación del 23 de julio en el Palacio de los Guzmanes.