Por las vísperas se conocen las fiestas

Que no finjan estar sufriendo con nosotros, aquellos que, bien instalados, ajenos a los deseos de sus votantes leoneses, hacen 'el caldo gordo' al ente autonómico y ningunean al pueblo. Se llaman políticos, su motor es una supuesta ideología, y el carburante, nada de octanos, lo miden a golpe de urna. Se olvidan de lo propio y dicen siempre lo contrario que el de enfrente, el de la otra mano. Y así, contemplando a los que en nuestra provincia leonesa ejercen como tales –¡Bajo el mandato autonomista!–, no hay más remedio que situarlos en el más humillante de los colaboracionismos.

Iba a explicar el porqué de tal afirmación, diciendo que laboran bien para otros, pero eso en sí ya sería un galardón, lo juicioso es decir que lo suyo es seguir obedientes los mandatos del centralismo autonomista, desatendiendo lo propio, lo leonés, en favor de lo castellano acaparador y hostil.

La fiesta de la Virgen de la Encina, en Ponferrada, ha concentrado como siempre a los bercianos, naturalmente lógico y bienintencionado. Estupendo. No así poniendo la vista en el tema político. Actividad en la que vemos leoneses ejercientes en El Bierzo unos, en la Diputación y en el Consejo Comarcal otros, dejando también constancia del gran desembarco de los que se mueven a nivel autonómico y en representación estatal. Oportunistas siempre, pero sin quemarse... ¡Ni de lejos! Y quiero que se entienda la ironía.

Todos somos, de nuestro pueblo, comarca, provincia, región (leonesa) y españoles; algo que, desde mi punto de vista, expuesto en una razonable secuencia, no busca polémica, en principio porque estimo que no lleva carga de conflictividad lo así enunciado dentro de nuestro estatus nacional. No he citado el autonómico, porque siendo hoy nuestro amarre supra provincial, como tal es rechazable, por ser imposición, y estamos siendo incapaces de dar los primeros pasos, tras las mociones, para salir del engendro, e ir hacia al autogobierno.

Vimos en Ponferrada personas ataviadas con negra vestimenta de cotidiana hechura, nada de figurines, mostraban así un luto externo ante lo luctuoso ocasionado por los incendios, pérdidas de vida, sufrimientos, desalojos e incertidumbres cuando menos, que lesionaban el ánimo ayer, y hoy son dolor, y ello por la mala, cuando no nula gestión preventiva. Enlutados quisieron hacérselo notar a los políticos incorporados al desfile procesional.

¿Donde estaban cuando se quemaban los montes?

Estimo que venían a decirlos con su enlutada presencia: ¿Dónde estabais cuando se nos quemaban montes, vidas y haciendas? Es más, he creído ver en los reportajes fotográficos en los medios, cómo les daban la espalda, con los brazos en alto, cuando estos llegaban a su altura en el cortejo procesional. ¡El negro manto de los bosques quemados y tierras calcinadas, estaba en ellos, en los concienciadores ciudadanos, muy bien representado!

Dónde estaban los políticos: ¿Tomando medidas? ¡Quiá! Impotentes por conformismo estacional, esto es, cuando el fuego está ausente, y sin personal suficiente capacitado para la defensa, ante las llamaradas imparables. La falta de limpieza y equilibrio en los bosques es para ellos lección no aprendida.

La Virgen de La Encina, quién la sacará, quién la sacará…” Pero también era el Día de la Comarca… en esto el ente autonómico juega sus bazas, siempre tratando de halagar a los bercianos, en busca de un enfrentamiento con otros leoneses, nótese bien lo que he dicho, otros leoneses, de otras comarcas y en especial de la capital, con algo más que un sutil cultivo de antipatías que dividen.

Si los políticos ejercientes en el Comité Comarcal, entienden que el comportamiento anti fuego en los montes, también en los de su propia demarcación, que el ente autonómico está obligado a controlar y proteger año tras año, y éste es insuficiente o nulo y a las pruebas les remito: ¡Sigan del brazo de ellos! De los autonomistas centralizadores. ¡Tampoco lo de invigilando es lo suyo!

Como el perro del hortelano

Por qué no se fijan en que aquéllos actúan como el perro del hortelano, “ni apagan, ni dejan prevenir a los lugareños amenazados”. De modo que sigan en las oficinas comarcales 'regando' el florecimiento de la animadversión, que es lo fácil, por más que sea insólito. Va de ironía… y además huyan del autogobierno que, constitucionalmente, nos debe ser dado a los leoneses; y sigan permitiendo que nos manejen desde lejos incomunicándonos provincialmente, sacándonos descaradamente de los programas europeos, sin vías ni autopistas, tal como vienen haciendo. ¡Total, un poco más quemados en general qué importa! Que sigan contronlado a distancia 'nuestro bienestar', en tanto continuamos respirando humos, cenizas y dolor…

Pregunten a los de Berlanga, que vieron en sus carnes la llamas incontroladas, y llegado que fue cese abrasador de los fuegos... ¿Por qué decidieron aprobar en el municipio una moción de autonomía para León?

Si las Comunidades autonómicas eran para acercar al pueblo a la autogestión de lo propio, y mano en alto de consenso (o si se prefiere de concejo) acordar lo mejor para el común, nuestro Derecho Leonés, resulta que hay quienes prefiere seguir con el centralismo castellano acaparador: ¡Pues adelante con el masoquismo! ¡Observen el panorama! Los datos y los logros cómo los centraliza el poder castellano, y si les satisface, pues lo dicho…