No es Sánchez, somos todos

Militantes veteranos del PSOE de Ponferrada

Quienes suscribimos este texto somos gentes que militamos en el PSOE desde hace más de cuarenta años, que hemos tenido responsabilidades institucionales distintas tanto en el ámbito local como provincial, regional o nacional, y nos sentimos orgullosos de haberlo hecho al servicio de la sociedad en su conjunto y no solo de quienes nos eligieron o designaron, motivo por el cual sentimos una gratitud inmensa hacia la ciudadanía y el partido que nos promovió para esas tareas.

Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero han sido los máximos depositarios del mandato popular que recibimos para gobernar, como ahora lo es Pedro Sánchez para hacer que España progrese y avance hacia una sociedad más libre, más inclusiva, más moderna y más respetuosa con la diferencia.

A estas alturas de la campaña preelectoral está meridianamente claro que la derecha martillea una y otra vez con el eslogan de “derogar a Sánchez”. Derogar

el sanchismo es todo el programa electoral que las derechas ofrecen a la ciudadanía ante las elecciones del 23 de julio. ¿Quieren derogar el incremento de las pensiones, el salario mínimo, la reforma laboral, las políticas de igualdad, la creación de empleo, el crecimiento de nuestra economía, la bajada de los precios de la energía, y todas las políticas de progreso del Gobierno?

Hay quienes, en el colmo del pensamiento más retorcido propugnan sin pudor que el PSOE de Sánchez debe perder para que el PSOE de verdad se regenere y vuelva a las esencias perdidas, después, naturalmente, de unos años de gobierno de derechas.

Frente a este panorama, ahora como tantas otras veces, todas las personas que militamos en el PSOE sabemos que España tiene ante sí un momento decisivo, y que lo que se espera de nosotros es, frente al insulto, la descalificación y la deshumanización que las derechas nos arrojan todos los días, que pongamos toda nuestra voluntad y energía en explicar y defender con orgullo el proyecto político del socialismo democrático, que es el que mayor tiempo de progreso y libertad ha traído a España en los últimos decenios. Explicar y defender, por tierra, mar y aire, a la ciudadanía qué hemos hecho y qué queremos hacer en el futuro.

En estas semanas, pues, es el pueblo español quien está llamado a decidir sobre su futuro a través del ejercicio del sufragio universal, libre, directo y secreto, sin dejarse seducir ni arrastrar por relatos falsos o por dilemas engañosos. Se trata de saber si la mayoría de la sociedad quiere una España que progrese y avance hacia más bienestar para todos y todas, una España que contribuya a superar la crisis climática que amenaza nuestro planeta, una España, en suma, que respete las diferencias reales que se dan en su seno sin dejar a nadie atrás, o, por el contrario, quiere retroceder hacia políticas y formas de hacer política que fueron superadas en España y en Europa hace décadas.