La España Vaciable
“Unos se apoyan en los votos de Vox, otros en los votos de Bildu, pero por nosotros va ser que no mira nadie”, me dice como con acento de cantiga galaico-portuguesa una señora encorvada de mirada bondadosa, pelo canoso como blanqueado de tanto trabajo y tanta magia, y arrugas como raíces en la frente (una que parece un personaje recién sacado de un libro de Antonio Pereira): todo cuando me siento a hablar con ella sobre un barreño allá, en un pueblo infinitesimal del Bierzo profundo que a la vez me parece el último lugar de España y el principio de todas las cosas…
La de la política es una historia inmoral, pero ya sabemos por Anaïs Nïn y Henry Miller que las historias inmorales son las que tienen más moraleja.
La política en verdad es más amiga de la postmodernidad y la vanguardia que del costumbrismo, y por eso, aunque no solo por eso, desde la Transición ha vaciado con ahínco la España costumbrista, la España tremendista que diría Camilo José Cela, para llenar Madrid y las capitales de comunidades autónomas engañosamente llamadas comunidades históricas.
Y por eso, aunque no sólo por eso, si se les escucha se sabe que una parte de la España profunda lleva tiempo volviendo a pensar que la España de las autonomías ha fracasado, nos ha saturado de políticos y de desigualdades, y de deslealtades, y que, con el estado central y las provincias, sobra.
La España vaciada, a la que glosaron los poetas como Claudio Rodríguez, Antonio Colinas, Fermín Herrero, Antonio Manilla y Alejandro López Andrada poniendo en valor su paisajismo, su esencialismo, su purismo y su artesano ascetismo, la España que tanto estudió Sergio del Molino con atención a geografías y antropologías, y tan bien han novelizado con lirismo crudo y existencial Miguel Delibes, Luis Mateo Díez, Julio Llamazares y Jesús Carrasco, se ha levantado hasta hace poco en armas políticas, en armas electorales, y ha dejado en gran medida de confiar en los grandes partidos tradicionales, y hasta en la ya envejecida nueva política, y se ha puesto a crear agrupaciones electorales propias. ¡Pero eso tampoco funciona ya, al parecer, y ya solo queda el grito de a la mierda todo!
Los jóvenes se decepcionaron de la política tradicional y crearon la nueva política. Ahora la España Vaciada, con parejo desencanto, está creando la agrupación electoral localista como defensa de los partidos tradicionales que están en manos de la voracidad los nacionalistas.
En política en España, por impotencia y como defensa propia, no paramos de inventar, esto es, de experimentar con gaseosa.
Mientras en el cielo del Bierzo atardece despacio, como si fuera la última vez que atardece, y el cielo se va recubriendo de una inopinada pureza como de hábito blanco de no sé qué virgen; túnica larga del crepúsculo que antecede a las sombras. ¡Y ese cielo es la moraleja mejor de este artículo!
Buenas noches.
Luis Artigue, “el Kurt Vonnegut español”, es un escritor leonés con seis poemarios y ocho novelas a sus espaldas. La última, Trumpsilvania, editada por Eolas este mismo año año 2025. “Solo una novela como ésta puede ser a la vez una película escrita y dirigida a cuatro manos por George A. Romero y Dario Argento, protagonizada por Brad Pitt y Marilyn Monroe y con música compuesta expresamente por Johan Sebastian Bach”, afirma la crítica.