El Medio Ambiente no va sobre ruedas

Decíamos ayer que traeríamos algo más sobre nuestro ínclito representante, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, señor Suárez-Quiñones, quien, dentro de su papel autonómico, siempre ha estado marcado, dada la exigencia autonomista, por... ¡Grandes dosis de colaboracionismo! Y a ello vamos. Nunca ha tenido voz autoritaria en defensa y relevancia de lo leonés, siempre siguiendo el guion para no desentonar en la foto, y seguir. Y qué decir del oprobioso silencio de la sumisión.

A modo preámbulo bien connotado, va mi alusión a su visita, anuncio y venta política de la 'nueva ampliación de Parque Tecnológico de León'. Diré que aparecía bien fotografiado para los medios, en su papel de mandado autonómico, cada día más descarado, y no me causó sorpresa verlo señalando en un plano ¡un no sé qué!, y en evidencia gestual él tampoco parecía saberlo muy bien. Todo era pose. ¡Dejarse ver era la consigna!

Por si quiere evadirse de ello le digo que la Comunidad llamada Castilla y León es una componenda político-administrativa, siendo dos las regiones que la conforman. Nadie ha abolido a la Región Leonesa. Respetémosla.

Qué rasgos compartimos leoneses y castellanos culturalmente, señor Quiñones –¡De siempre ninguno!–, y sobre la marcha autonómica, tan solo el empeño de castellanizarnos.. ¡Todo! Seres y enseres. Y en cuanto al territorio leonés y el castellano tampoco hay unidad, sí diversidad e historias colindantes pero diferenciadas. Luego lo de llamar región a lo que es comunidad en administración política, es un error maligno e intencionado.

Actuaciones 'brillantes' de Quiñones

Ahora veamos, aunque de momento sea a vuelapluma, algunas actuaciones suyas brillantes, afectando a lo leonés, en nuestra montaña. Senderos o rutas para bicicletas de montaña.

Una con relación a los canales de las Médulas, de origen romano, que ya ha sido respondida por expertos bienintencionados, calificándolo como un claro atentado al patrimonio histórico. Otra, también, pero teniendo como instigador a Jesús Calleja, el aventurero de León que el ente apadrina. Aludimos al proyecto 'Zona Alfa León' consistente en la creación o acondicionamiento de una red de senderos para bicicletas de montaña, 327 kilómetros, dicen…

Turistas, deportistas en bicicleta de montaña, que puedan venir a León, a la esquilmada provincia, para que bajo la faceta deportiva contribuyan a destrozar caminos, parajes y miradores; patrimonio inamovible, pero que esos proyectos atentatorios a su conservación, ayudan a despersonalizar lo propiamente leonés. Pero colocándolo el escandallo de ofrecimiento del ente, que, punto a punto, se sitúa como promocionador y dueño, pero poniendo todo nosotros, paisaje y orografía, y de rebote, chuparnos los destrozos.

Pues, al contrario de la huella y el camino, a los que aludía Machado, “al tender la vista atrás” (con el sentimiento), en este caso sí que van a quedar cada vez más huellas de las potentes bicis de equilibrio y derrape, de los que practican un senderismo ávido de emociones sobre ruedas, obviando el impacto ambiental en un crescendo imparable. Primero por descuido de los participantes pioneros y luego por la avalancha poco respetuosa de quienes acudan y vayan dejando su impronta día a día, cada vez más profunda. Por supuesto es mayor el proyecto, y por ende los daños.

Por último hoy, cuando accidentalmente ha tomado la presidencia PP (gestora) provincial (asunto sobre el que volveré), desde su consejería ya se ha prestado a llevar adelante el proyecto de quema de biomasa, al lado del cementerio en Puente Castro, y lo han hecho por razones, que además han calificado de regionales (siento realmente imposición autonómica). Y con una más que dudosa ejecución, algo parecido a como ocurrió en Ponferrada, y los tribunales de justicia han rechazado por falta de estudios, que los autonomistas obviaban.

Señor Suarez-Quiñones, tal como dice el señor Turiel, experto y leonés, “realizada la infraestructura se estará creando la necesidad” , la de quemar más y más… y en este punto mi recuerdo va al tren de los hermanos Marx y su: ¡Más madera!

¿Y dónde la talamos? ¿Acaso en los montes quemados?