Chivo… expiatorio y máscara… dura

Aún sin conseguirlo, intentaré ser duro en lo que voy a comentar, dado que mi dureza escritora, analista y crítica, desde mi razonado proceder es, cuando más, de contundente levedad, que pone el 'dedo en la llaga', de ahí el entrecomillado 'candor' que a algunas palabras voy otorgando.

Vea el lector en esta entradilla, sincera, una muestra. No una (mi) norma.

Entre los protagonistas humanos, sobre los que pongo el interés y la vista, voy a encontrar políticos por razón coyuntural, de festejo, promoción y vida tradicional hoy en Vegacervera, allí donde el chivo, despojado de su barbita, hecho carne, curada o embutida, todo un abanico de presentaciones, nos llena de orgullo culinario leonés, del que no queremos desprendernos, sí vivirlo y negociarlo, sin que puedan robarnos ni estilo ni marca a la Montaña Central Leonesa. Y puestos a ello, hay que decirlo, con derecho comarcal,

Ahora vamos a entrar en el reflejo de vivencias y tradiciones, para, como en la sopa, encontrar a los componentes, o avanzadilla política, que se dicen leoneses y acuden a fotografiarse allí donde pueden vender imagen. Muchos aún están por demostrar su leonesidad; son de León, mas, eso es otra cosa. Aquí viven y dicen laborar (medrar) en la especialidad llamada política, pero su inestimable ayuda no pasa por otra cosa más que por al amarre autonómico que no queremos, lo cual dice cosa bien distinta, aunque intenten ocultar su perversa intención. Lo reconozcan o no, se están poniendo a diario la máscara colaboracionista.

Y así entronco con La Bañeza, localidad animosa donde supieron conservar contra viento y marea, léase iglesia y Estado represor franquista, los carnavales. Y siguieron y mejoraron. Un lujo costumbrista popular. Hoy, preludio del tercer Congreso Internacional de Mascaradas –ahí es nada–, un muy representativo número de personas perfectamente ataviadas, y provistas de su máscara, y vestimenta conservando nuestro genuino estilo leonés, condición imprescindible, montaron un desfile para que nada se pare, para que nada borre los antruejos. Mi temor es ahora que, ante el éxito, otros, allende lo provincial-regional, se apropien de la idea y vaya al absorbente gran agujero negro de ensoberbecida política centralizadora autonomista.

¡Aquí, a un desfile, para que iban a venir, de momento, o presentarse los colaboracionistas políticos de León! Esos que solo manejan la máscara que les identifica como tales, y les importa un bledo lo tradicional, si no es para rentabilizar su estatus ante los mandamases. Aquí no se daba la cara, no se trataba de vender pose…

Quien parecía salir en directo, hace unos días, sin carnavalescos disfraces, ni antruejos mascarados, fue el profesor José Luis Prieto Arroyo. Quien en un artículo de opinión, tras su anuncio de negacionismo y catastrofismo sus líneas iniciales anunciaba: “Casi todos los 'ismos' tienen un mismo padre, el fanatismo, y una misma madre, la ignorancia”. Ante tan contundente decir, sufrí un gran susto, un revoltijo anímico, pensé que iba a hablar –¡También!– del leonesismo.

Mas, no, eran otros y más altos, universales o profundos sus vuelos, aludía también a los creacionistas, antivacunas, etcétera; de modo que yo, un diletante del leonesismo y por lo tanto leonesista, y me cito el primero por ser quien relata, pero al igual que los que gozan y comparten este noble sentimiento, al quedar el 'ismo' leonés fuera, tal vez por ser el nuestro de corto alcance, “quedamos quietos y respiramos”.

No vaya a ser que los autonomistas políticos, inmersos en el imperante negacionismo hacia León, los “nuestros” ayuden a dar otra vuelta de tuerca anulatoria tras su máscara… dura de colaboracionismo. ¡Éste sí qué es un 'ismo' pernicioso!