Buscando marido

Hola, soy una mujer extrovertida y algo caótica, una consumada especialista en espantar a cualquier hombre que se aproxime a mi radio de acción, una testaruda coleccionista de primeras citas frustradas.

Hola, yo busco el amor virtual, mis sueños de conquista se tejen con los gestos anónimos de rostros que no huelen y bocas que no saben. El hombre que añoro acariciar con los mismos dedos que ahora teclean estas letras se esconde bajo la piel tecnológica de un chat o una red social.

Hola, yo busco algo más, soy impulsiva y pasional. Tengo el prosaico abrazo de 'mi más mejor amigo', un chico al que adoro casi tanto como para anular la más mínima posibilidad de que surja algún tipo de deseo entre ambos. Y necesito algo más. El hombre que me atrae está casado, es guapo y es capaz de encender mi piel con sólo mirarme.

Hola, yo soy la esposa de ese hombre. Busco aquella alegría que le enamoró hace años, entre la rutina de estos días. Cada vez que me olvido de reír nuestra vida como una tontería le pierdo un poco más. No somos felices.

Hola, yo encontré al hombre perfecto hace años. La única frivolidad que me abruma es que deseo casarme y él se resiste a hacerlo.

Aunque solo en el último de estos ejemplos ella admite abiertamente su intención de casarse, lo que uniría a todos estos estereotipos femeninos es precisamente eso: todas buscan marido. Lo sé, puede resultar desalentador pero así están las cosas. Después de todos los colosales avances conseguidos por las mujeres en las últimas décadas, ahora resulta que nuestras urbanas y generacionales chicas desean lo de siempre: recostar su vida en los hombros de un tipo que esté medianamente bueno, sea comprensivo y les transmita seguridad. Aunque eso sí, lo que cambia es el tapiz sobre el que se derraman todas esas rupturas, deslices o amores. Ahora, en la cosa del flirteo se ha impuesto el rollo tecnológico y todo se mueve a golpe de teléfono móvil. “El teléfono se vuelve un instrumento de tortura en las demoníacas manos del ser amado que no llama”, escribió Alain de Botton en Del amor (1995).

Los hombres ante el matrimonio

¿Y qué hay de los hombres? Pues seguimos tan confundidos y erráticos como siempre. ¿Recuerdan Casablanca (1942)?, la eterna historia de amor que protagonizaban Humphrey Bogart, Ingrid Bergman y Paul Henreid.

En ese maravilloso filme es el abnegado líder de la resistencia, Victor Laszlo, su marido, quien finalmente se queda con la chica, con Ilsa. Desconozco si es a pesar o precisamente por ello, pero el caso es que casi todos los hombres que conozco siempre quisimos ser Rick.