Julio de 1936: la sedición en Grajal de Campos y en Sahagún

Con ocasión de la presentación en Sahagún el 3 de diciembre, a las 19:00 horas, en la Casa de la Cultura, de la ‘Primera Parte: El Golpe’, de mi libro ‘Cuando se rompió el mundo. El asalto a la República en la provincia de León’, una investigación en la que la detallada narración de lo sucedido en los días del golpe militar y después en ambas villas terracampinas ocupa un amplio espacio, permítanme que de la información que la obra recoge, mucha desconocida hasta el presente, espigue la siguiente, que a modo de breve y resumido apunte les acerco:

En Sahagún, al recibirse el 18 de julio las primeras noticias del golpe militar salieron las gentes a la calle y, convocados por su presidente, Vicente Oveja Díez, se reunieron los obreros en la Casa del Pueblo, atentos a las nuevas de la radio de Madrid. A lo largo del día, ante la inacción del alcalde, Victoriano de la Puerta Gutiérrez (de Izquierda Republicana), Benito Pamparacuatro Franco –regidor en los años anteriores–, Eduardo Franco Díez y el mismo Vicente Oveja, repartieron a grandes grupos de izquierdistas que invadieron el Consistorio (la mayoría jornaleros agrícolas seguidores de la huelga general decretada aquellos días de la siega ante la sedición) las armas que en la misma fecha el propio alcalde había mandado a la Guardia Civil recoger de particulares y de las dos armerías de la localidad y depositar en su cuartel, trasladadas luego al Ayuntamiento por una posterior disposición de la alcaldía tras telefonear su titular al gobernador civil y autorizar este su entrega dada la escasez de fuerza pública en la villa y las amenazas de los militantes de la izquierda de hacerse con ellas por la fuerza asaltando la casa-cuartel, en la que tan solo permanecían dos guardias. 

En esta jornada sabatina llegaron a alterarse los ánimos entre las gentes aglomeradas en la Plaza al punto de que una partida de trabajadores se dirigió al inmediato Bar La Estrella para detener a varios falangistas que allí se encontraban reunidos: Jesús Pérez Caminero (farmacéutico), Julio Hernández, Felícitos Placer Altier (poco después jefe del SEU leonés y años más tarde alcalde de la villa), Roberto Altieri Yagüe, y Marcelino Castañeda Hernández (de 39 años, contable, subjefe de Falange Española).

Descubiertos algunos cuando intentaban escapar, sobre todos ellos se echaron en avalancha otros concentrados frente al Ayuntamiento cuando allí trataban de llevarlos algún guardia y el mismo regidor, agrediéndolos y resultando gravemente malheridos Marcelino Castañeda (en la cabeza, cayendo desplomado y dándolo por muerto) y Roberto Altieri, los cuales hubieron de ser hospitalizados, mientras se encarceló a los otros tres, que también fueron lesionados (dirá el 5 de agosto el corresponsal de El Diario de León).

Noche del 18 al 19 en Cea, El Burgo Ranero y Valverde Enrique

En la noche del 18 al 19 recibía el teniente Valentín Devesa que mandaba aquel cuartel, cabecera de la línea que incluía los de Cea, Almanza, El Burgo Ranero y Valverde Enrique, orden telefónica del capitán Arturo Marzal Macedo (jefe de la Tercera Compañía, que comanda desde el puesto de Valencia de Don Juan) de concentrar en Sahagún a todos los guardias de la misma, interesando del alcalde la requisa de los coches necesarios para ello, de modo que a las cinco de la madrugada, con todos reunidos, también por teléfono le llega de la Comandancia de León (de su primer jefe Santiago Alonso Muñoz, declara el teniente el 14 de enero de 1937, aunque debió de provenir del segundo, el comandante Luis Medina Montoro, sustituto de aquel desde el 12 de julio hasta las siete de la mañana del día 19, en que regresa de Madrid) nueva orden de enviar a Palencia en los mismos vehículos un sargento con 19 números (seguramente para sumarlos allí a las fuerzas que unas horas más tarde se alzarían).     

A lo largo del domingo 19 de julio numerosos milicianos izquierdistas en grupos armados patrullaron por las calles de Sahagún, estableciendo vigilancias y controlando el posible paso de personas extrañas por el Puente Canto que salva el río Cea, haciendo “guardias rojas” y registrando a varios vecinos de derechas. 

Al teniente Devesa le ordena a las doce horas del día 19 ya el teniente coronel Alonso Muñoz salir con los 15 guardias restantes a las dos de la tarde para Grajal y tras ponerse a disposición de su alcalde para desarmar a los derechistas del lugar y armar a las personas de orden del Frente Popular (“que el regidor ya sabe quiénes son”), continuar hasta el límite provincial, en el que, destacando en avanzadilla tres guardias y una clase  (un sargento) y él a un kilómetro en retaguardia con el resto de la fuerza y a su espalda para auxiliarla los paisanos armados en Grajal, “los avanzados le avisen con unos disparos cuando arribe la columna de unos tres mil hombres entre militares y civiles que desde Palencia (donde triunfó la sublevación por la mañana) se dirige a León con el fin de reducir a ‘los insurrectos’ (los mineros y frentepopulistas leoneses que defienden la legalidad y no se suman a los alzados y a su golpe), y si se da choque con ella deshacerla a toda costa”.

Recogida de armamento en Grajal de Campos

En virtud de tales instrucciones y de otras que al parecer él ya tenía, publicaba el alcalde de Grajal de Campos el referido bando de recogida de armamento, anotando el nombre del propietario y el arma y los cartuchos entregados. Durante el resto del día 19 y hasta las cuatro de la tarde del lunes 20 vigilaron el teniente y sus fuerzas apostadas en la carretera de Palencia, sin que se presentara la esperada columna, y a tal hora, recibiendo aviso del teniente Felipe Romero, venido de León y que ya se hallaba con unos veinte guardias en Sahagún, de replegarse allí con todos sus efectivos, lo hacía así en los dos coches de línea que aquel le enviara para ello, en los que se llevaba también las armas y municiones que el regidor de Grajal había depositado en la secretaría del Ayuntamiento…   

Procede lo anterior del libro referido, publicado el pasado julio por Ediciones del Lobo Sapiens con la colaboración de la Diputación Provincial y su Instituto Leonés de Cultura, y los Ayuntamientos de Santa María del Páramo, La Bañeza, Astorga, Santa Elena de Jamuz, y San Andrés del Rabanedo; que han valorado en el ILC como “una obra de singular importancia para el conocimiento de la historia reciente de nuestra provincia”, y que con sus 828 páginas, referencias de casi 3.000 personas y más de 500 lugares provinciales, un centenar largo de imágenes de época, y sus 1.200 notas a pie de página, es mucho más que el relato más completo, actual y detallado del golpe militar de julio de 1936 en los pueblos, villas y ciudades de la provincia de León.  

En cuanto a la exposición ‘Los dibujos de Felipe García Prieto, 'topo' en Astorga durante la Guerra Civil, contra el fascio y la guerra’, basada en contenido del propio libro y en documentación hallada en archivos a lo largo de su elaboración, y que se muestra en Sahagún del 3 al 18 de diciembre en el Auditorio Carmelo Gómez, se trata de una colección de dibujos realizados en su escondrijo por el joven astorgano así nombrado y perseguido por la justicia de los facciosos, que muestra su particular percepción del fascismo y de la guerra que él mismo sufría; que creemos que vale la pena conocer hoy, más de ochenta años después y cuando la historia se repite con una nueva contienda en Europa y el auge por doquier del fascio renovado; y que tiene, lamentablemente, plena vigencia y triste actualidad.