La ejecución del proyecto de rehabilitación del Pozo María en Caboalles de Abajo avanza al ritmo previsto, como esta semana han podido comprobar los integrantes del Consejo Asesor, que se reunieron en Villablino y cursaron una posterior visita a las instalaciones del pozo.
El consejo asesor sigue presentando propuestas para integrarlas en el entramado complejo que va a ser el denominado Archivo Histórico de las Familias Mineras, que no solo será un simple museo visitable sino contendrá un lugar de exposiciones, con miradores y espacios para actividades culturales. También servirá como un centro de documentación y estudio para investigadores de todo tipo (sociólogos, etnógrafos, economistas, historiadores o ingenieros).
Por esos motivos el complejo incluye en su propuesta de rehabilitación: espacios expositivos, centro audiovisual, seis salas de exposición permanente, filmoteca, audioteca del archivo y dependencias para la consulta e investigación, así como unas dependencias similares de estudio para el centro documental o archivo histórico.
Estas características convierten la idea de esta rehabilitación en un centro diferente y único, no en un nuevo museo minero más, si no en un lugar donde poder conocer y reconocer unas formas de vida particulares, las de las familias mineras que se han reproducido casi con identidad mimética en las diversas cuencas mineras nacionales.
Un lugar donde, además, las personas o familias de exmineros que tengan documentación y deseen aportarla para engrosar los fondos documentales, puedan donarla o cederla, garantizando con ello su conservación y contribuyendo al incremento del valor del conjunto.
Una de las ideas que se pretende llevar a cabo es la de la digitalización de los fondos documentales, que permita un acceso fácil y cómodo a investigadores, documentalistas y curiosos, sin necesidad de acudir al propio centro, ofreciendo y con ello una gran amplitud de difusión.
La importancia del continente
Si importantes son los contenidos, no menos lo es el continente. Con la recuperación del emblemático castillete del pozo, que además ofrecerá en su parte superior la ubicación de un mirador paisajístico del entorno con acceso por escaleras y otro mirador de menos altura sobre las tolvas de carbón del cargue del ferrocarril.
Y la recuperación del conjunto de edificios del grupo minero: sala de máquinas del pozo, oficinas y almacén, cuartos de aseo de los trabajadores, fragua y talleres. Un modelo de arquitectura industrial tradicional de mediado el pasado siglo XX, con construcciones en piedra a cara vista, con dinteles, escaleras, esquinas y rebordes de cantería, ventanas de obra, puertas de madera y cubiertas de pizarra, que la empresa MSP reprodujo a lo largo de todas las plazas de sus grupos mineros en Laciana. Una afición por la piedra que llevó incluso a que muchas de las bocaminas de base de las explotaciones dispusiesen de sus embocaduras hechas con piedras de cantería.
Completan el diseño del complejo, el ajardinamiento del entorno, la colocación de los cierres del recinto, y del mobiliario urbano, aparcamientos, la denominada Ágora de la Memoria y El Jardín del Coque, sobre la antigua escombrera ajardinada. Una realidad que debe verse completada a finales de 2025, como reza el cartel colocado a la entrada del complejo.