Manolo Sierra expone en Villablino una muestra de pinturas creadas en pieles de panderetas

Luis Álvarez

Manolo Sierra expone en Villablino hasta finales de agosto una colección de pinturas sobre la piel de 15 panderetas bajo la designación de 'Al son de estas montañas', en clara alusión al folclore popular, que se puede contemplar sobre las baldas instaladas en las paredes del bodegón Nevada. 

Salir un día de vinos y cañas por Villablino, en ocasiones tiene premio. Además de halagarte con la conversación de amigos, convecinos o forasteros; y de darle gusto al paladar. De golpe, al cruzar unas puertas, te encuentras con el halago para otros sentidos, el de la vista y las sensaciones, que provocan las pinturas de Manolo Sierra.

La sorpresa además la provoca en parte, el autor, poco dado a una abundante publicidad de sus trabajos. Apenas dos carteles anunciando la exposición hay por Villablino, muy artesanales, dibujados y escritos por el mismo.

Sobre las 15 panderetas, el artista ha pintado paisajes y bodegones interiores. Sin faltar entre ellos las imágenes ya icónicas de este babiano – lacianiego, como lo son, su pájaro republicano, las montañas, la flor de la grichándana o su carro rojo.

El premio además tiene añadido, si sentado a una mesa del establecimiento encuentras al autor y su mujer, María Calleja, conversando con un grupo de amigos. Y que al cabo de un rato accede a explicarte las motivaciones personales de su obra, el como y el porqué de estas decisiones suyas del “arte de taberna”.

Un pintor, que al tiempo que estos días expone en Valladolid en la sala de exposiciones de la Real Chancillería de Valladolid, una amplia muestra bajo el título “El combate del centauro. Sociedad, juego y subversión en los carteles de Manuel Sierra”. Lleva también su obra lejos de los círculos de las salas de arte, como en este caso en Villablino destinado a un público más popular.

El pintor Manolo Sierra, mantiene un compromiso personal con la montaña occidental de León, donde la presencia de su obra es permanente. En forma de murales, cuadros en exposiciones colectivas, decoración de establecimientos comerciales, regalos de carteles para eventos deportivos y sociales, donaciones de obra en actividades solidarias.

Qué es el arte de taberna 

Y desde hace un lustro, con sus exposiciones sobre los soportes más originales: cajas de vino y etiquetas para sus botellas, tablas con flores y jarrones, las cajas mágicas y ahora sobre las pieles de las panderetas que, durante los últimos veranos, se han podido contemplar en el bodegón Nevada de Villablino.

Un arte “de taberna y popular”, del que el autor se siente muy satisfecho y que enlaza en su idea surgida de “los calendarios de Unión de Explosivos Rio Tinto, que durante décadas colgaron en tabernas, bares, consultorios, estaciones y lugares muy concurridos por la gente”, logrando hacer que la pintura y el arte conviviesen con asiduidad con el público más general y haciendo de ellos un elemento muy popular.

Este concepto de arte popular que difunde Manolo Sierra, se materializa además en unos precios muy asequibles de las obras, 200 euros por pieza. Cuenta, que había pensado en pintar sobre panderos cuadrados “más difundidos en el folclore popular”, pero los costes de los soportes le obligaban ya a encarecer las piezas en exceso: “Creo que el arte es para compartir y difundir, no solo para élites”.

Como él mismo confesó después, uno de sus contertulios en esa mañana “me llamó hace un rato terrorista ideológico, no me parece mal el término, quizá le pida el uso de copyright”. Calificando con este término tan expresivo, sus ideas sobre lo popular que debe ser el arte, abierto y accesible a todos. 

Las panderetas son perfectamente utilizables para su finalidad original; la música. Puesto que la pintura esta tratada con los medios necesarios para resistir un uso, no abusivo, para quienes no las sientan solo como objeto decorativo, por lo que está dispuesto a reparar las que se vean dañadas por el uso musical.