Caboalles de Abajo celebra este fin de semana su VII edición del Día del Valle de La Libertad

Caboalles de Abajo acoge este fin de semana los actos de celebración del denominado 'Día del Valle de la Libertad' que organiza la asociación cultural Inculca y que este año ya alcanza su séptima edición. Una recreación escenificada de la recepción en 1270 de la Carta Puebla de Laciana.

El sábado será el día grande de la celebración con actividades a lo largo de toda la jornada, desde las once de la mañana hasta bien entrada la madrugada. Y la localización de estas tendrá diversos puntos de referencia. El denominado Campo de La Bicha, la vieja Iglesia de Santa María, el entorno del puente, lugar céntrico y punto de reunión histórico en el pueblo, la capilla de San Roque y algunas calles de la localidad en los desfiles y pasacalles.

Los talleres, de escritura, teatro, lana y alfarería, el mercado medieval, campamento infantil, cuentacuentos, la exposición de aves de cetrería, así como un vuelo de exhibición o el espectáculo de recreación medieval, se circunscriben al Campo de La Bicha.

La vieja iglesia de Santa María pone a prueba el sonido del tañer de sus campanas, para convocar a los vecinos a la fiesta por la mañana y a la celebración a última hora de la tarde del acto que se conmemora. Con campaneros reconocidos, Chelu en la llamada matutina y Francisco y Serafín Castro en el resonar de la llamada vespertina.

También el templo acoge la misa de celebración a primera hora del sábado. Misa cantada por la Coral Santa Bárbara y el posterior pregón y lectura del programa en el pórtico del templo. Que, en la recreación histórica de la tarde volverá a ser lugar y parte de recorrido programado.

Los salones de la Casa del Pueblo acogerán a los galardonas con la Gritsandana Dorada, unos reconocimientos que la hermandad del mismo nombre hace en cada edición a personas que han destacado por su defensa, promoción, colaboración o interés demostrado, en favor del pueblo de Caboalles de Abajo y sus gentes.

La capilla de San Roque

Durante todo el día la Capilla de San Roque, ubicada sobre un pequeño promontorio frente al popular puente, abrirá sus puertas para exponer un facsímil de la Carta Puebla de Laciana, otorga por Alfonso X El Sabio a los habitantes del concejo en 1270.

La pequeña capilla dedicada el santo de las llagas y las sanaciones milagrosas conserva a la izquierda de su puerta un vestigio de los tiempos de su construcción muy en desuso hoy en día, un pequeño reloj de sol, que irá marcando el tiempo de la festividad hasta que la noche, no apta para los trabajos cotidianos, reste importancia al discurrir del tiempo ya más destinado al ocio y el descanso.

La construcción de esta capilla la sufragó Octavio Álvarez Carballo, creador también de la fundación que lleva su nombre y que en la localidad de Caboalles de Abajo tuvo en funcionamiento unas escuelas de niños y niñas durante buena aparte del siglo pasado. El edificio hoy alberga la residencia de la tercera edad El Roble, en régimen de cesión de uso de la fundación al Ayuntamiento de Villablino.

Cuentan que cuando se inauguró la capilla a principios de pasado siglo, el Obispo de Oviedo, que vino a la consagración del templo, le comentó a Carballo: “ya ha construido la capilla, las escuelas, ahora solo le falta el hospital”, a lo que el filántropo respondió, “si el Santo funciona, no hará falta hospital”.

Escasez de recursos

El fin de fiesta lo ponen dos celebraciones gastronómicas que se celebran en las instalaciones del Hogar de Jubilados La Chaniecha. El sábado la cena medieval a la que es obligatorio acudir vestidos de época, y que contará con la presencia como mantenedor de Emilio Martínez, diputado provincial de Cultura. Y el domingo una comida de hermandad y confraternización para socios de Inculca, organizadora de los actos, y colaboradores en estas celebraciones.

Lamentablemente han tenido que suspender el desfile y baile de pendones previsto para la mañana del domingo, por la escasez de recursos económicos de la organización, que no ha logrado poder hacer frente a los gastos que esta actividad programada suponía.

Unos recursos económicos siempre limitados que, como cada año, han contado para incrementar su consecución con la inestimable colaboración desinteresada del pintor Manolo Sierra que, con unas litografías en tela, numeradas y firmadas, con carpeta independiente, conteniendo uno de sus cuadros sobre un detalle del pueblo, en este año El Puente, se han puesto a la venta por 27 euros cada unidad doscientos ejemplares.