Berciano de Galicia o gallego del Bierzo, el periodista Manuel Félix López publicó a finales del pasado año 'Tiempo de cobardes', un libro ameno, divertido, entretenido, con el que, además, aprendemos.
Podríamos asegurar que este libro es puro periodismo; ese que está pegado a la realidad de la calle y de sus gentes en países como Argentina, Chile, Colombia, Uruguay, Panamá, Costa Rica..., con el que disfrutamos como lectores. Ese periodismo que es asimismo un buen punto de partida para escribir literatura, porque “las buenas crónicas periodísticas no están reñidas con la literatura. De hecho, las hay que son pura literatura. Por ejemplo, recuerdo alguna de deportes, de fútbol nacional, muy buenas. El punto de partida hacia la literatura también te puede llegar siendo juez, forense o repartidor de comida rápida”, apunta el creador de 'Tiempo de cobardes', que te hace viajar sentado y disfrutar de una aventura, en cierta medida salvaje, según él.
Este montañero y aventurero disfruta con los libros de viajes, porque “si los textos son buenos, viajas con la mente, que a veces puede llegar a ser más placentero desde la comodidad de un sillón”. En este sentido se muestra un apasionado de la literatura de viajes anglosajona. “Son incisivos y me gusta ese humor de retranca que se asemeja a la gallega. Cito a la señora Jan Morris, que tuvo que engañar a su audiencia haciéndose pasar por hombre, o Bruce Chatwin, que con poco supo ilustrar a la perfección sus viajes. También tengo, lógicamente, libros de Javier Reverte. Hizo mucho viaje periodístico con dirigentes nacionales y eso, se nota en su estilo”, sostiene este aficionado a la pintura, cuyo libro 'Tiempo de cobardes' es como un viaje iniciático, en el que todo el mundo se siente reflejado de alguna manera.
“Los que me conocen disfrutaron y sufrieron más al leerlo. Eso me dicen”, dice su autor, a quien le entusiasma viajar y contar lo que ha visto y vivido. Vivir para contarla, como hiciera de un modo excelente el intrépido periodista y Nobel de Literatura García Márquez.
“Una oportunidad para pasar un buen momento, disfrutar de la lectura viajando sin moverse”, agrega su autor, convencido de que su libro tiene un poco de todo porque es la vida misma.
En 'Tiempo de cobardes' aborda el drama de la inmigración en la frontera de Colombia con Venezuela, en Cúcuta. También nos habla del narco cruzando la selva en avioneta y del reducto de la guerrilla de las Farc en la selva del Putumayo. O bien del concierto de los Rolling en la Habana de Fidel Castro, incluso del preparativo de las revueltas estudiantiles que vimos luego por la televisión en Chile.
“'Tiempo de cobardes' es hasta un apagón de luz general que viví un día de elecciones en Argentina, y que afectó a Uruguay, Chile y parte de Brasil. Es muchas cosas... Hoy está de moda el programa Pegasus que espió a los independentistas catalanes. Yo lo viví en mi móvil en una calle céntrica de Buenos Aires. Un tipo del Mossad israelí me abordó y cuento en el libro toda la peripecia”, señala Manuel Félix, que tuvo la ocasión de disfrutar de la bondad, humildad y sabiduría del gran Pepe Mujica, “un tipo que logró convertir lo negativo del castigo político por sus ideas, en algo positivo y bueno para sus gentes, los más necesitados”.
Cuenta Manuel Félix que el expresidente Mujica estuvo encerrado en un zulo en la dictadura militar uruguaya, le dieron un orinal y cuando salió de allí, esa bacinilla la había convertido en un macetero con flores.
“Fui a su casa, al Rincón del Cerro, cerca de Montevideo y comprobé que la carretera de acceso a su chacra no estaba asfaltada. Era de tierra. Y eso que fue presidente de la nación. ¿Te imaginas la casa de Pedro Sánchez o Mariano Rajoy sin acceso de asfalto?”, detalla este periodista, que trabajó para 'La Voz de Galicia' y 'Europa Press', aparte de hacer radio y televisión. Que lleva 34 años en el periodismo activo, lo que, en su opinión, le aporta esa agilidad mental de centrarse en lo importante para trasladarlo al lector, con frases directas, frescas, concisas y entendibles.
Fui a casa de Pepe Mujica, al Rincón del Cerro, cerca de Montevideo y comprobé que la carretera de acceso a su chacra no estaba asfaltada. Era de tierra. Y eso que fue presidente de la nación. ¿Te imaginas la casa de Pedro Sánchez o Mariano Rajoy sin acceso de asfalto?
Periodismo y literatura que remueven conciencias
“Tendría que ser muy zoquete para no saber escribir después de tantos días con sus noches”, aclara él, que disfrutó mucho leyendo 'Donde las Hurdes se llaman Cabrera', del extraordinario Ramón Carnicer. “Eso fue periodismo en esencia, porque removió conciencias de una sociedad clasista con pobres de misericordia en La Cabrera”, rememora este Manuel Félix, que huye de los concursos y los premios públicos, consciente de que la provincia de León ha parido a grandes escritores como Antonio Pereira, Crémer, Colinas, Mateo Díez, Julio Llamazares, o el propio Carnicer... “En fin,..., muchos, que han ofrecido con su trabajo buenos momentos de disfrute al lector... También hay más de un aficionado con ínfulas de escritor, que intenté leer y me aburrió soberanamente. Y no, no voy a dar nombres. No necesito más enemigos”, afirma él, para quien El Bierzo, como Galicia, es su patria, porque lleva ya muchos años viviendo en la comarca berciana.
“Vivo a gusto en estas tierras, con ese verdor de tantos valles, montañas y ríos. He viajado un poco y, si comparamos, te aseguro que el Bierzo es un buen paraíso para vivir la vida. Me gusta su gente. Es una tierra rica en todo, a la que creo que, ahora mismo, no se le está dando la importancia que realmente se merece. Todos tendremos parte de culpa en ello, pero tengo que decir que la clase política debe aplicarse mucho más con las infraestructuras. Nos están arrinconando por completo después de cerrar las minas y dinamitar alguna térmica. Es penoso el maltrato al Bierzo”, se lamenta Manuel Félix, que en estos momentos está preparando un viaje por varios países de África. “Es un continente al que le tengo mucho respeto por no dominar del todo la escena. No domino el idioma, y eso, me preocupa. Me defiendo con la palabra, y si no entiendo al que tengo delante la puedo liar. Pero hoy existen medios que lo pueden remediar. Estoy preparando un viaje a Senegal y a Gambia. Estudié con tres senegaleses. Uno de ellos era el hijo del jefe de una tribu de Tambacounda y estoy investigando para localizarlos y hacer un viaje de esos que me gustan, de raíz, iniciático, como el del puñetazo en la mesa y lanzarse a la aventura sin brújula por países de Centro y Sudamérica. Veremos”, explica este redactor de 'Diario de León', convencido de que nos olvidamos muy rápido de todo.
Confieso que llegué a pensar que no vería en esta vieja Europa las atrocidades que está cometiendo Putin y también que en este Gobierno de España hay quien aún está mirando para otro lado. Las atrocidades son siempre atrocidades, vengan de países de derechas o de izquierdas
“Nos olvidamos que somos vulnerables, que tenemos un mundo muy frágil. Nos olvidamos que hubo políticos que abusaron de su poder, nos mintieron, nos trataron como a borregos y trataron de cercenar uno de los valores más sagrados que tenemos, que es la libertad”, expresa con lucidez, preocupado por la masacre de los rusos sobre los ucranianos, lo que nos viene a confirmar que no aprendemos de nuestra historia.
“Confieso que llegué a pensar que no vería en esta vieja Europa las atrocidades que está cometiendo Putin y también que en este Gobierno de España hay quien aún está mirando para otro lado. Las atrocidades son siempre atrocidades, vengan de países de derechas o de izquierdas. Y en este caso, todos deberíamos tener bien fresca la memoria de cómo actúan los dirigentes, no sé ya si considerados comunistas, como Putin o Maduro”, observa Manuel Félix, que 1993 estaba en las calles de Moscú y vio la movida de Yeltsin con el pepinazo al parlamento ruso.
“Todo el desmorone posterior de la Unión Soviética y la llegada de los oligarcas que se enriquecieron a costa de la miseria de sus gentes. La miseria humana parece no tener cura”, ultima.
Entrevista breve a Manuel Félix López
“La vida es muy corta para perder el tiempo”
¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
'La sombra del viento', de Carlos Ruíz Zafón. Disfruto con su prosa clara y poética sin adornos.
Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).
Un Quijote y una Quijota.
Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
¡Hombre, insoportable no sabría decirte! Los hay pelmazos. Si no me enganchan en las 30 primeras páginas, los dejo. La vida es muy corta para perder el tiempo.
Un rasgo que defina tu personalidad.
Cercano.
¿Qué cualidad prefieres en una persona?
Que sea directa, sin dobleces.
¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
En política manda hoy la mediocridad. No hay nivel intelectual. Faltan ideas. Da la impresión que los peores y menos preparados acaban dirigiendo. En cuanto a la sociedad, le falta viveza. Da la impresión que está aborregada. Hace falta una revolución de ideas. Algo así como cuando España se despojaba de las prendas de su última dictadura. Estamos acomodados y ahora, con todo lo que nos está cayendo, deberíamos espabilar. No nos va a quedar más remedio. Al mediocre, en tiempos de crisis se le ve de lejos.
¿Qué es lo que más te divierte en la vida?
Lo básico: Comer, beber, dormir y...
¿Por qué escribes?
Porque me gusta y encima me pagan. Vivo de ello.
¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
Procuro no hacerles mucho caso. No creo en absoluto que me sirvan para ejercitar mi estilo literario. Ese estilo me lo ha dado 34 años machacando el teclado de máquinas de escribir Olivetti y el ordenador.
¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
Suelen decir que cuando te topas con una persona, dejas de ser el mismo de antes. Pues, con las fuentes literarias, lo mismo. Todo lo que ha caído en mis manos para leer me ha influido.
¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Lo seguía. También abrí algún blog, pero ahora no tengo tiempo y creo que ya ni me acuerdo de la clave de acceso. Quemo demasiado la vista con el ordenador y procuro ya no abusar.
Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
Aparece como referencia en las primeras páginas del libro 'Tiempo de cobardes': “No te tomes la vida demasiado en serio, no saldrás vivo de ella”. La dijo el filósofo Elbert Hubbar y fue frase de cabecera de Les Luthiers. También tengo otra más humilde y propia: “Déjate llevar”.