Javier Callado: “León es una tierra de sabios, reporteros y fabuladores”

Manuel Cuenya

Autor de libros como 'Qué es la cultura leonesa' (Lobo Sapiens, 2006), con prólogo del académico y escritor José María Merino, o 'Cabreros del Río. Historia, Compromiso y Futuro' (El Búho Viajero, 2014), entre otros varios, Javier Callado, que comenzó muy jovencito componiendo letras para un grupo de rock llamado Orogenia, escribe porque le gusta comunicar los resultados de sus indagaciones. Y además le resulta divertido porque sólo escribe sobre lo que le gusta.

“Es un placer que me puedo permitir porque no vivo de escribir y tampoco aspiro a ello, aunque respeto profundamente a los que han sido capaces de llegar a esa situación y me deleitan con su producción”, matiza este polifacético creador, que prefiere la claridad al tecnicismo, el conocimiento al academicismo, la genialidad al elitismo

El coautor de 'El mito de Tierra de Campos. Ensayo en torno al disimetrismo del río Cea' (Diputación de León, 2003) es en esencia un apasionado de León y su cultura, y por supuesto de los viajes. León es la ciudad-escenario de su primera infancia, “especialmente la zona del Ensanche”, donde creció y forjó sus relaciones primarias, tan importantes en la conformación de quien es uno.

Cuenta que El Barrio Húmedo, la zona de Papalaguinda y la Universidad se abrieron en un segundo acto en esa etapa púber en que cada nueva relación es una aventura porque ya no existe acompañamiento familiar, “a veces un desafío para las herramientas de conducta inmaduras de un chaval”, añade Callado, que en un tercer acto descubrió de forma autodidacta, en su juventud y emancipación, ese León arcano de la Historia, “excitante y lleno de rincones sin explicación ni lógica” hasta llegar a ese espacio urbano total, a esa urbe que llega a Trobajo, a Navatejera y a Villaobispo donde pudo desarrollar una vida nueva con cada mudanza, con cada vecindario, una vez roto el saco uterino de las costumbres familiares.

“Hoy, en el penúltimo acto, resido en un barrio que jamás visité en la infancia: El Ejido, que me abraza con su diversidad cultural, con sus raíces de gente venida de los pueblos para trabar relaciones comunales al inicio, sincréticas entre lo comunal y lo urbano después. Y la catedral al fondo, un prodigio que me hipnotiza con sus ojos de mil colores, con su espalda de dragón yerto, como un imán que me llama”, explica este devoto de la lectura, que se recuerda desde bien jovencito leyendo con fruición cada semana la revista 'Leer' desde sus inicios. Y que gustaba de comprar colecciones de básicos literarios que salían cada septiembre, “que era imposible completar”, matiza él, en cuya casa familiar había un culto por la lectura. Una vez más, resulta cuasi imposible dedicarse al oficio de la escritura si ésta no se sustenta en lecturas.

Entre estas muchas y variadas lecturas reivindica la figura del escritor leonés Juan Pedro Aparicio, que descubrió, en su opinión, cómo la buena literatura también nos hace reír, “como demuestra también Eduardo Mendoza”. Asimismo, la claridad expositiva de David Landes en su excepcional 'La riqueza y la pobreza de las Naciones' le mostró que comunicar bien haciendo un ensayo –precisa– requiere poca arrogancia intelectual, menos palabrería técnica superflua y mucha calidad sintáctica. “Kenichi Ohmae con 'El próximo escenario global' o Fernández Güell con su 'Planificación estratégica de Ciudades', accesibles para cualquier lector, te enseñan cómo lo que importa es la madurez intelectual de las ideas que expones. Muchos textos técnicos en historia, no todos, y también jurídicos me han marcado para saber cómo no quiero escribir”, se despacha a gusto Callado, para quien la provincia de León fue un descubrimiento exótico, porque él dice no tener pueblo.

Soy hijo de una capitalina, un almansino y del desarraigo. Una paradoja, ahora que siento mis raíces profundas. La provincia de León fue una fiesta para mis sentidos, descubierta desde muy pequeño como acompañante de los infinitos viajes de mi tía Olga (a quien dediqué mi primer libro), aclara este viajero, al que los viajes le procuran inspiración, además de ser fuente de referencia y de sensaciones, con una percepción del mundo fundamentalmente visual.

“Soy hijo de una capitalina, un almansino y del desarraigo. Una paradoja, ahora que siento mis raíces profundas. La provincia de León fue una fiesta para mis sentidos, descubierta desde muy pequeño como acompañante de los infinitos viajes de mi tía Olga (a quien dediqué mi primer libro)”

Consciente de que existen personas que perciben con más intensidad el olor, el tacto, el gusto, a él una perspectiva determinada “le lleva a las nubes”. Viajar, en su caso, es una fuente para satisfacer su curiosidad sobre la arquitectura tradicional, la geografía, los comportamientos colectivos, el arte medieval, entre otros.

“Viajar me abstrae mentalmente y me permite pensar sin limitaciones. Muchas de mis reflexiones más luminosas para desentrañar cuestiones que no entendía llegaron en los viajes, que ocupan en términos globales un periodo corto de mi vida”, sostiene el autor de 'Páramo, Esla, Órbigo: el Sur de León' (El Búho Viajero, 2011), que ha disfrutado de las comarcas leonesas como las disfrutara su tía Olga, como una fiesta del paisaje, la amistad, el respeto y el aprecio personal “en una asistente social que era todo vocación y compromiso, todo entrega a las causas por las que luchar por toda la provincia”.

Recuerda que de su tía aprendió a entregarse. De su padre, que fue un represaliado, aprendió el principio de la coherencia con las convicciones. Y de su madre aprendió a querer mucho.

“La provincia fue un descubrimiento que me arrastró hacia lo que luego estudié en la universidad. En alguna medida, a ella le debo la veterinaria”, apunta este columnista en diferentes periódicos provinciales, entre otros la ya desaparecida 'La Crónica de León', gracias a su director Estrada (desafortunadamente fallecido), o bien 'La Nueva Crónica', que dirige en la actualidad el periodista y escritor David Rubio: https://www.ileon.com/cultura/034064/david-rubio-leon-es-una-tierra-de-grandes-contadores-de-historias

Javier Callado, que ha colaborado en revistas como 'Promonumenta', 'Losada', 'Camparredonda', entre otras, o bien en Onda Cero León, se plantea el columnismo como un medio y/o recurso para generar opinión.

“Del columnismo, que es una parte relevante del periodismo, han salido excelentes opúsculos. Porque no hay buenos columnistas: solo buenas y malas columnas. Yo estoy muy satisfecho de algunas y soy muy crítico con otras de las que he escrito. Entre mis mil cien columnas hay de todo, por más que en todas puse empeño”, detalla, convencido de que escribir no tiene el valor que tuvo, porque hoy son muchos quienes producen contenidos literarios y, entre ellos, abunda la calidad.

“No desprecio ninguna vertiente literaria, pero sigo leyendo ensayos y textos técnicos para satisfacer mi curiosidad histórica, económica, antropológica y estadística. Me gustan muchas cosas”, señala Javier Callado, quien fue director y productor de una exposición itinerante: 'El corredor en la vivienda tradicional leonesa“ (2008-2010), patrocinada por Caja España, que se colgó, según él, en más de 20 ubicaciones, y forma parte en la actualidad de los fondos del Museo Etnográfico Provincial.

Entre sus lecturas, en lo referente al panorama leonés, destaca a Marta Muñiz, que le parece de una gran sensibilidad lírica; o bien un 'outsider' como Julio-Alfonso García, que “te deja boquiabierto con la calidad de su breve ensayo sobre 'Los Maestros de la Catedral'”.

Asimismo, Emilio Gancedo: https://www.ileon.com/cultura/061213/emilio-gancedo-leon-es-una-region-cultural-pero-no-sociologica le sorprende con su indagación periodístico-sociológica sobre el territorio vacío y los mayores; y Noemí Sabugal: https://www.ileon.com/cultura/084661/noemi-sabugal-el-periodismo-es-una-buena-escuela-de-escritura-porque-obliga-a-la-concision-comprobacion-de-datos-y-cierta-limpieza-estilistica tiene una prosa ágil, a su juicio, que te enreda en el argumento. “Son cuatro de muchos que se podrían citar. León es tan prolífico literariamente que hay grupos generacionales de escritores, incluso muy jóvenes. Sin duda es una tierra de sabios, reporteros y fabuladores”.

La cultura de León

En este sentido, apuesta por León como la tierra de los concejos, que son, a su modo de ver, su unidad estructural básica. “La cultura de León como la cultura de aldeas semiautónomas –nos recuerda– con su propia iglesia y cementerio -una por pueblo-, órgano de gobierno igualitario, el concejo -todas las casas tienen voz y voto-, todos los vecinos -o casi- propietarios de más o menos tierra, extensas propiedades comunales de todos o de una parte de los vecinos -he conocido una vaca propiedad de tres personas- como uso común. A su vez, los racimos de aldeas semiautónomas se organizan es unidades comarcales claramente delimitadas por la propia gente con referencias orográficas. No hay un lugar en España con tantas comarcas como la provincia y la Región Leonesa”.

Esta economía diversificada en cada hogar produce de todo “para el gasto” con medios propios -argumenta-, ya que tiene grandes despensas. “Una cultura de conservación de alimentos para pasar inviernos fríos, de aislamiento, casi improductivos para la alimentación. Es una cultura muy diferenciada alimentariamente por comarcas, dentro de una filosofía común, puesto que el aislamiento entre ellas era intenso en invierno y en los deshielos”. Es una economía determinada por situarse en el umbral climático entre lo continental y lo mediterráneo según la época histórica, apegada al territorio y en perpetuo diálogo con él –declara Callado–, “un territorio de los hombres que lo habitan y lo poseen, pero que a la vez los tiraniza con unas condiciones difíciles muchas veces”.

La región leonesa requirió, en su opinión, secaderos integrados en la casa tradicional -que es una propiedad familiar- para conservar la comida: los corredores (volados, de portalina y escolgadizos) e incluso los hórreos, estructuras separadas de la casa, en las zonas más húmedas: Balboa, Laciana, Boñar y Riaño.

“Vivíamos en casas concebidas como unidades de producción, en una sociedad de pequeños propietarios con extensos acuerdos de vida y propiedad en común. Lejos quedaban las parroquias gallegas, las villas terracampinas o las ”casas“ asturianas (yo estuve como veterinario en Ca´Dios, cerca de Luarca)”.

Un patrón cultural como éste –especifica– no existe en nuestra periferia, salvo las zonas bajo la influencia cultural leonesa (Valdeorras, valles altos asturianos, cántabros y palentinos, y la Terra Fría de Tras os Montes, que es parte de la cultura leonesa).

“Eso ha llegado hasta nuestros días porque la estructura del poblamiento mantiene un esquema propio, como la propiedad de la tierra o la producción, la conducta colectiva (todos tenemos despensa, aunque vivimos a dos minutos del supermercado, o queremos terraza, aunque no la usemos, porque aquí es una reminiscencia arcaica del corredor)”, advierte, cuyos libros han sido editados fundamentalmente por Lobo Sapiens: https://www.lobosapiens.com/ y el Búho Viajero: http://www.elbuhoviajero.es/.

“Para el Búho Viajero he destapado, con la inestimable ayuda de Puri Lozano, la parte más lírica de mi escritura, algo que llegó a sorprenderme. Puri hizo aflorar una parte de mi escritura que yo no conocía”, apostilla el coautor de 'Adescas. El Encanto del Sur Leonés' (El Búho Viajero, 2011), convencido de que esta pandemia marcará un antes y un después en nuestras vidas.

El encierro ha conllevado que todos hayamos hecho una introspección que nos condujo a conocer mejor los límites de nuestra resistencia. Hemos perdido confianza en nuestra inmortalidad, somos más humildes en el porque yo lo valgo. Somos menos sobrados. También hemos descubierto partes de los demás, los más cercanos, que ignorábamos. Covid ha sido un espejo que nos ha enseñado detalles valiosos de nosotros mismos y de nuestro entorno que nos eran desconocidos

“El encierro ha conllevado que todos hayamos hecho una introspección que nos condujo a conocer mejor los límites de nuestra resistencia. Hemos perdido confianza en nuestra ”inmortalidad“, somos más humildes en el ”porque yo lo valgo“. Somos menos ”sobrados“. También hemos descubierto partes de los demás, los más cercanos, que ignorábamos”, subraya Callado optimista.

“Covid ha sido un espejo que nos ha enseñado detalles valiosos de nosotros mismos y de nuestro entorno que nos eran desconocidos. Sin duda, aunque no nos demos cuenta, ya somos diferentes para lo bueno en unas cosas y para lo malo en otras. Covid será un tema de ensayos médicos, económicos, históricos... y cuando pase esa fase, como la vacuna, creo que lo convertiremos también literatura”, expone este autor, que en la actualidad está con dos obras en marcha.

La que lleva más avanzada es, según él, un ensayo divulgativo sobre el paso del periodo prerrománico al periodo románico en la Corona Leonesa, en Hispania y en Europa.

“Creo que es un tema que no se ha tratado con la intensidad necesaria. Yo bebo en los artículos de los especialistas, pero son muy pocos los que se dan cuenta del calado de ese cambio que afectó a la arquitectura, los libros, la letra, el culto, las costumbres de la gente, los equilibrios políticos, el papel de la iglesia, el de reyes y emperadores, y la configuración de España, Portugal y el resto de Europa tal y como las conocemos. Fue un cambio en el orden mundial con un impacto tremendo en León”.

La segunda obra, que tiene en mente desde 2010, es un manual de arquitectura tradicional leonesa.

Entrevista breve a Javier Callado

“La política es un espejo de lo que somos como sociedad”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Ensayo sobre las pugnas y heridas...', de Juan Pedro Aparicio porque fue revelador, como 'Las armas del Reino', de Juan José Sánchez Badiola.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Adso de Melk de 'El nombre de la rosa', de Umberto Eco, porque descubrimos con sus ojos la vida en la Edad Media.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

'La Realidad hexagonal'. Omito el autor.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Confianza.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Honestidad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

La política es un espejo de lo que somos como sociedad. La sociedad desarrollada es una estructura compleja pero ordenada en múltiples grupos en los que nos incluimos. Unos colectivos tienen raíces territoriales, los verticales, y otros reflejan niveles socio-económico-laborales, los horizontales o transversales, y cada uno de nosotros tiene un rol en varios de ellos: es apasionante. Nunca hubo una sociedad con tantos estímulos que ofrecer, ni tan compleja de explicar.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Producir contenidos y amar.

¿Por qué escribes?

Porque me divierte comunicar.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No. Sirven para desarrollar diferentes registros literarios. Cada canal tiene el suyo. Un escritor puede desarrollar actualmente una gran versatilidad, si quiere, gracias a estos canales.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

En este momento, artículos técnicos, viajes, experiencias y ciertos divulgadores excelentes, pero siempre prefiero ir a leer a los que beben en las fuentes originales.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Tengo el mío, donde pongo todas las columnas desde hace años.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Un mosaico en el que las teselas cambian de color sin previo aviso y por causas que, en principio, se nos escapan. Un acertijo apasionante.