San Froilán se porta en su día. Este jueves 5 de octubre, día de San Froilán, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé un día de condiciones climáticas agradables en la mayoría de provincia.
En concreto, se espera un cielo poco nuboso o despejado, con algunos intervalos de nubes altas que añadirán un toque de variedad al panorama, pero que no impedirán que ondeen los pendones en su romería hacia La Virgen del Camino para que los leoneses, cariñosamente, le toquen las narices al santo patrono de la diócesis leonesa.
En cuanto a las temperaturas, se observará un ligero ascenso en las mínimas en la cordillera Cantábrica, mientras que en el resto de la provincia se mantendrán en pocos cambios o experimentarán un leve descenso. El viento se mantendrá en calma, soplando de manera variable a lo largo del día, con una predominancia del suroeste en las horas centrales. Por otro lado, las temperaturas máximas mostrarán un ascenso, lo que promete una jornada templada y agradable para los habitantes de León y sus alrededores, permitiéndoles disfrutar de la morcilla y el chorizo en la campa de La Virgen.
Las temperaturas mínimas y máximas previstas para las ciudades de la provincia de León ofrecen un agradable rango térmico más propio del antiguo verano que de otoño. En Astorga, las temperaturas oscilarán entre 9 grados Celsius como mínima y alcanzarán los 29 grados Celsius como máxima, mientras que en León se espera una mínima de 11 grados Celsius y una máxima de 27 grados Celsius. En Ponferrada, las condiciones serán similares, con una mínima de 11 grados Celsius y una máxima de 29 grados Celsius, y en Villablino, la temperatura mínima se situará en 8 grados Celsius, llegando a una máxima de 27 grados Celsius. Estas cifras indican un día templado y agradable en toda la provincia de León.
Estas condiciones climáticas ofrecen un escenario favorable para disfrutar de las festividades de San Froilán en la provincia de León sin mayores contratiempos meteorológicos. Lo único que no deben olvidar los romeros a La Virgen es llevar los perdones a casa en forma de bolsas de avellanas.