En la segunda década del siglo XXI, al pasear por las calles de Ponferrada, Toro o Béjar puedes encontrarte locales, tiendas y música muy similares a la que te encontrarías en Cádiz, Barcelona o Albacete, y no muy diferentes a las de Bruselas o Ámsterdam. En una época en que la comida y los hábitos parecen fabricadas en serie y lo mismo puedes encontrar en un supermercado de Londres que de Berlin, reivindicar lo autóctono como un elemento cultural del que hacer gala demasiadas veces te convierte en un rara avis.
Las tradiciones, leyendas y canciones que se trasmitieron secularmente de generación pueden llegar a perderse. Ante este panorama, músicas y músicos como José Manuel Sabugo Álvarez, “Sabu” (Rabanal d'Abaixu), Raquel y Laura Álvarez Alonso de 'Tsacianiegas' (San Miguel) y Amanda y Laura Álvarez Fernández (Sousas) está haciendo una labor impagable desde la comarca de Tsaciana. Después de la presentación del disco dirigido y coordinado por el músico Rodrigo Martínez 'Madera, peyeyu y fierros' que tuvo lugar en el Teatro Bérgidum de la capital berciana, tuvimos una conversación con estas personas que no cesan en el empeño de divulgar la música que escucharon en sus casas, pero con ciertos toques que los traen a la actualidad.
Este tipo de música, por lo que se puede intuir, os sale de muy adentro, como si tuviese cierto poso. ¿Es así o llegasteis a ella con el paso de los años?
Laura (San Miguel): Yo no tengo un recuerdo de aprender a andar, como tampoco lo tengo de aprender a bailar, cantar o tocar. En casa nos lo inculcaron desde muy nenas. Primero, según me dicen, con una caja de zapatos.
Laura (Sousas): En nuestro caso fue igual. Nuestra abuela cantaba y bailaba, los abuelos bailaban. Es algo familiar, muy arraigado. Al igual que ellas, es algo con lo que nacimos.
Sabu: En mi caso fue mi abuela, hubo un salto generacional que por lo que veo con otras personas del Vatse, es bastante habitual. Mi abuela me enseñó todo lo relacionado con la música. La jota, la garrucha, todo.
Estamos en un momento en el que decir que en un viaje a Filipinas estuchaste un concierto de música tradicional está bien visto, pero cantar o hablar en asturllionés es de paletos. ¿Por qué lo de fuera se vende como algo bueno y lo de aquí como malo o, por ser benévolos, menos bueno?
Raquel: No valoramos lo que tenemos, ya sea por desconocimiento o porque durante muchos años se inculcó que lo de aquí, tanto la cultura como la tsingua, era de paletos, que eso no valía y que había que olvidarlo. Ese mensaje hace que no apreciemos algo tan importante como la cultura tradicional o la forma de expresarse. Creo que es un error muy grande. En cuanto al viaje a Filipinas que comentas, quizá nos atraiga más lo exótico por lo que se inculca a la población en general.
Amanda: Nuestra generación puede ser protagonista de un cambio, ser referente, porque o continuamos con todo esto o se perderá definitivamente. Por suerte, somos de unos pueblos en los que el baile está muy arraigado. Como dice Sabu, por lo general hay un salto generacional, y somos nosotras y nosotros a quien nos toca mantener esto vivo.
Laura (Sousas): Lo curioso es que bastantes personas que viven fuera y tienen raíces en el Vatse preguntan si se imparten clases tanto de baile y canto como de patsuezu. Insisto en lo dicho, el eslabón de nuestra generación puede ser referente.
En un artículo de Pablo Batalla sobre la música tradicional en La Marea
Amanda (Sousas): la actuación de hoy fue pura, no se tocó nada nuevo que no fuera transmitido oralmente. Me gusta diferenciar y dejar claro lo que es puro, por decirlo de alguna manera, y lo que tiene toques nuevos.
Laura (San Miguel): Es cierto, pero si no haces nada nuevo, el repertorio se acaba y la gente se acaba cansando. No puedes tocar las mismas canciones, que tampoco son muchas, durante toda la vida, por eso los grupos, ya sean tradicionales o no, manteniendo una esencia, pero van variando. Es decir, te inspiras en lo actual pero mantienes una raíz.
Sabu: Al meter toques actuales, quieras o no, atraes a más gente. La música no es algo aislado, la gente se identifica con lo que ve y escucha en una época. Creo que es bueno mantener una base y meter melodías y letras nuevas, si no, como dices, la llama corre el peligro de apagarse. Así lo entiendo y así lo hicimos en D´Urria.
Me decía hace años Sabu, que cuando con Tsuniegu
Amanda: Entiendo que el patsuezu se valora ahora más que hace años. Mucha gente no era consciente de que no era castellano lo que se hablaba, y cuando vas fuera, te das cuenta de esto y la cabeza te hace un clic.
Raquel: Te voy a contar una anécdota. Cuando llegué a León, a la universidad, un día estaba con una amiga de Tsaciana y con otra chica. Al cabo de un rato, esta chica le pregunta a mi amiga, ¿por qué a ti te entiendo y a Raquel no?
Laura (Sousas): A mí algo parecido me pasaba al ir de Sousas a Vitsablinu. Me decían que se nota que venía de pueblo. Ya ves, en Vitsablinu, lo que quiere decir que en los pueblos la tsingua se mantiene mejor.
Sabu: Yo quiero anotar una cosa. En el momento de la recuperación de la tsingua, hubo mucha gente que intentó revitalizar las cenizas pero sin encender la llama, para que quedara, nuevamente, en un lugar apartado, en una estantería sin acceso a todo el mundo. Eso, con buena o mala intención, no beneficia a algo tan natural como es hablar en patsuezu.
El pasado 31 de octubre, en Riescuru, se celebró Festival de Samhain. En él se pudo ver como todo esto de lo que venimos hablando quedó latente. Decenas y decenas de personas pasaron por Riescuru ese día. Gente llegada de varios puntos de Tsaciana y de muy diversos lugares. ¿Cómo le explicaríais esto a alguien de fuera?
Sabu: Eso es explica muy fácil, se llama Sara. Hizo una llamada sin enfrentar a Hallowen con el Samhain. Fue un toque popular y la gente, en el fondo, es lo que busca.
Laura (San Miguel): Había niños y mayores, una comunión y una unión, que es lo que Sara buscaba y consiguió.
Raquel: Eso además de que la gente tenía unas ganas de juntarse muy grandes, tenía ganas de folixa.
En el caso de Tsacianiegas y de TsacianiegasSabu
Raquel: Las redes sociales y los videos que se suben a diferentes plataformas son fundamentales para difundir la cultura. En mi caso recuerdo que le dije a mi hermana que teníamos que hacerlo, su respuesta fue “haz lo que te dé la gana pero a mí no me molestes”. A raíz de esto, tocamos en León, Asturias, Soria o Portugalete, por decir algunos ejemplos. Nos invitaron a un festival franco-alemán, etc.
Sabu: A mí me pasa lo mismo, me llaman de Asturias y de Galicia fundamentalmente, sin las redes sociales sería muy difícil darse a conocer.
Sobre las letras de las canciones tradicionales, hay varias que tienen toques machistas y homófobos. ¿Sois partidarias de seguir trasmitiéndolas?
Sabu: Yo soy partidario de que si esas letras se pueden cambiar, cambiarlas, y si no se puede o no se quiere, no cantarlas. Si las cantas tal cual, seguirás trasmitiendo ese mensaje y entiendo que se está buscando lo contrario.
Laura (Sousas): Hay algunas letras que me rechinan muchísimo. Una copla que dice “que bien parece una parra con los racimos colgando. Mejor parece una niña de 14 a 15 años”. Opino que si se cantan, estaría bien decirse algo al respecto, que son de otra época, que ahora esos temas no están aceptados (misoginia, pederastia, body shaming...).
Laura (San Miguel): Yo creo que lo que estamos haciendo es algo tradicional. Del mismo modo que tocamos con una sartén, que a mí no se me ocurriría teniendo en casa una guitarra, lo que hacemos es mostrar unas letras que hablan de la realidad de una época. Si las cambias, lo desvirtuarías.
Raquel: También puedes elegir no cantarlas.
Laura (San Miguel): Claro, pero no solo debemos fijarnos en el machismo, yo canto muchas coplas y hay para todos los lados. Unas hablan de hombres cornudos, de homosexuales. Es verdad que había cantares de boda que decían pobre mujer, a menuda casa va. Es lo que había y esa era la realidad.
Raquel: Otra cosa es que hagas canciones nuevas, como nuestra “Copla de San Miguel” o la “Braña de Buxonte”. Puedes hacer cantares nuevos con las melodías que hay, pero no modificar las existentes.
En otros territorios como Galicia, Asturias o Euskadi, por poner ejemplos cercanos, hay una concienciación con las tradiciones, ¿cómo veis ese cuidado en el País Leonés?
Sabu: La conciencia es cierto que va en aumento, pero no es nada fácil desfrutar, como hicimos hoy, de un espacio como el Teatro Bérgidum. Si lo de hoy no hubiera salido como salió, sería muy difícil que volviéramos tener un escenario de ese nivel.
Laura y Raquel (San Miguel): En Asturias, por ejemplo, se celebra 'La nueche en danza', una iniciativa que tiene mucho tirón y que se celebra en varias localidades. De la TPA nos llaman a menudo, pero por tema de trabajo muchas veces no podemos ir, eso es señal de que lo que hacemos interesa, pero aquí quizá no se valore como merece. En Bilbao, ver bailar y cantar a un grupo de hombres en un bar con naturalidad es algo muy común, aquí es prácticamente imposible.
Amanda y Laura (Sousas): El programa Luar, de la TVG, es otro ejemplo de ello. Aquí hacen falta ese tipo de programas, algo hay, pero muy pocos.
¿Cómo veis la introducción tanto de la música tradicional como de la tsingua en los colegios e institutos?
Raquel: Yo lo veo necesario. Les estás trasmitiendo algo a los niños y niñas. Igual que se oferta fútbol o baloncesto, donde aparte de hacer deporte crean una comunidad de amigos y viven buenos momentos, también se debe ofertar música tradicional o clases en asturllionés.
Amanda: Cuando trabajaba en el C.R.A. de la Cabrera, nos presentamos en 2019 a los Premios MT de Arlafolk y el IES León Felipe de Benavente, en los que conseguimos el primer premio en la modalidad infantil y de primaria. La canción que presentamos la recogimos a Ediberto Rodríguez (pastor de Pombriego). La unión que se generó entre el alumnado, padres, madres y la gente de los pueblos del CRA fue muy especial. Se recuperó el entroido, se hicieron trajes con la involucración de los mayores, etc. Es lo que se consigue con estas cosas, que algo que durante muchos años fue motivo de humillaciones, tanto físicas como verbales, ahora tenga un valor especial. Mira, para mí se puede resumir en tres palabras: llionés na escuela.
¿Qué echáis en falta en la provincia de León? Dicho de otra manera, ¿Qué haríais si estuviera en vuestras manos la promoción y divulgación de vuestra musica?
Sabu: Es cierto que en el ILC se empieza a ver una sensibilización con la cultura tradicional. Tanto Pablo —Diputado de Cultura— como Emilio Gancedo lo están haciendo bien a mi entender. Mira, una cosa muy sencilla es la ropa. Yo soy pintor y encargué unas camisetas en con la frase Parez que la cousa pinta bien. Algo tan sencillo como eso crea conciencia cultural.
Amanda: Yo sigo con lo mío, difusión en los centros educativos, ya sean talleres de música, de artesanía , de vestimenta, del idioma. Para que esto funcione, lo primer es formar a la gente para que pueda ofrecer estos cursos. No es normal que para poder dar clases en asturllionés la gente de León tenga que ir a examinarse a Asturias.
Al vent de Raimon, Txoria Txori de Mikel Laboa, Txoria TxoriA rianxeira
Raquel: Es muy difícil debido a la gran variedad que existe entre las diferentes comarcas leonesas, pero si me pides una, cuando en Tsaciana suena la canción de Los potsos, es muy difícil ver a alguien que no se ponga a bailar.
Laura y Amanda (Sousas): Otra con lo que ocurre lo mismo el Baitse´l País, nadie es capaz de estar quieto sin bailar y cantar.
Para finalizar, últimamente se están abriendo muchas clases de música tradicional, pandereta, gaita, chifla. ¿Somos optimistas no solo en cuanto al público que reclama esta música si no al número de personas que se animan a agarrar un instrumento?
Amanda: Yo, personalmente, estoy muy contenta por lo que acabamos de hacer en el Bérgidum. Un grupo de gente de diferentes comarcas haciendo algo que les gusta, y el público respondió muy bien. Eso quiere decir que hay demanda. El problema que veo, es que hay más solicitudes que oferta. Una actividad que llama mucho la atención es la recogida de toponimia. En el CRA de Cabrera hicimos una y esto obligó a que mayores y pequeños se pusieran mano a mano. Además tuvimos la suerte de que el Instituto de Estudios Cabreires (IEC) lo publicara.
Raquel: Yo creo, que al menos en Tsaciana, hay más gente que solicita estos talleres o cursos que oferta disponible. Como hablamos antes, gente que viene en verano o en fines de semana nos preguntan si le podemos enseñar a sus nenos y nenas a cantar y a bailar. Esto para nosotras es muy importante. Hay semilla y hay futuro, pero falta poder hacerlo para el público en general. Si me pides una opinión, soy optimista, la llama empieza a reavivar.