Nohelia Alfonso: “Los primeros cuentos que escuché fueron de labios de mis abuelos, con la minería, el lobo y los pastores como protagonistas”

Manuel Cuenya

Licenciada en Filología Hispánica y profesora de Lengua y Literatura, Nohelia Alfonso es autora asimismo del libro 'Alas de musgo', que toma su título de un poema de Lorca, uno de sus poetas preferidos.

Este poema lorquiano se titula 'Gacela del niño muerto' y comienza así:

“Los muertos llevan alas de musgo.

El viento nublado y el viento limpio

son dos faisanes que vuelan por las torres

y el día es un muchacho herido“.

'Alas de musgo' es un volumen de relatos por el que obtuviera el Premio Asturias Joven de Narrativa en 2018. Galardón literario que le supuso un reconocimiento y mucha alegría, “eso siempre enorgullece muchísimo, además de abrirte puertas. Pero lo más importante para mí es que gracias a él he podido llegar a los lectores. Ese es el verdadero premio”, aclara Nohelia, quien reconoce su deuda con la literatura gótica. Y en concreto con la belleza de lo oscuro, que es el hilo conductor de esta variada muestra de relatos y aun microrrelatos. No en vano, Poe y Cortázar (el traductor de Poe) son algunos de los escritores que más le han influido en su narrativa, además del leonés José María Merino, Patricia Esteban Erlés, Cristina Fernández Cubas o David Roas... Y entre los primeros autores que le entusiasmaron figuran Roald Dahl y Jordi Sierra i Fabra.

“Lo gótico en mi narrativa me dejó una huella tan profunda que se ha convertido en parte de mi identidad literaria, de forma que la perturbación y lo tenebroso siempre encuentran hueco en mis palabras”, asegura la autora de 'El mercado de las almas', con el que consiguió el Cersa Ateneo Universidad de León de Novela Corta, su primer premio “gordo”, que supuso una revolución para ella porque la escribió siendo una adolescente de quince años. Una obra que ella emplea en sus clases de Lengua y Literatura con sus alumnos en Asturias, más que nada para romper estereotipos acerca de los escritores, “que son gente normal”. Y a la vez acercárselos a sus estudiantes, quienes también podrían llegar a ser escritores. Por supuesto.

“Esta novela suscita muchísimas preguntas sobre la composición, que de otra forma no suelen plantearse, y la temática les llama mucho la atención a pesar de estar ambientada hace diecinueve años”, afirma esta narradora leonesa nacida en La Robla y afincada en Asturias, donde se siente como en casa, en “el paraíso”, habida cuenta de que adora a su gente, su comida, el mar.

Lo gótico en mi narrativa me dejó una huella tan profunda que se ha convertido en parte de mi identidad literaria

“Siempre quise vivir en una ciudad con mar, y por eso estoy en Gijón, que además tiene una oferta cultural alucinante”, apunta ella, consciente a su vez de la importancia de nacer en La Robla, donde también ha crecido y se ha convertido, en sus propias palabras, en la persona que es.

“Durante mi infancia y mi adolescencia era todo mi universo, y nada importaba fuera de él. La Robla y todo el valle de Gordón se han colado en mi narrativa desde siempre porque son las raíces las que sostienen toda la planta, también en lo literario: los primeros cuentos que escucho son de labios de mis abuelos, con la minería, el lobo y los pastores como protagonistas”, recuerda Nohelia, que pertenece a #Plataforma, “una iniciativa muy interesante y con mucha fuerza que ya lleva cuatro años de rodaje, y cuya labor más importante es dar apoyo y voz a las personalidades literarias más jóvenes de León, que encuentran en el grupo una oportunidad para estar en contacto con otros aficionados a la lectura y la escritura, como ellos, y la posibilidad de participar en eventos con textos propios o de otros. Eso, al fin y al cabo, enriquece la creatividad de una persona que empieza, y le da visibilidad”.

A resultas de su participación en #Plataforma (en la que también están, entre otros y otras, la poeta Marina Díez), ha podido conocer a jóvenes voces de la literatura que se está haciendo en la actualidad en León. Y en este sentido cree que existe sobre todo mucha poesía en la provincia, “sin desdeñar lo demás, aunque es cierto que la narrativa leonesa más nueva parece, a priori, menos visible. Quizá se presta menos a ser objeto de performances, recitales, slams, y otras formas de promoción y disfrute a las que sí se prestan la poesía y el público actual”, apostilla Nohelia, a quien le llama la atención que abunden los grupos de poetas, “pero no de narradores”, acaso porque “los novelistas y hacedores de cuentos somos algo individualistas, me parece, pero claro que León los tiene, y muy grandes, solo mencionar a Marifé Santiago Bolaños o a Alberto R. Torices ya pone de manifiesto la categoría que nos traemos entre manos, pero lo cierto es que la 'carne fresca' de la que oigo hablar suelen ser siempre poetas”, glosa Nohelia, que escribe de un modo creativo antes de que se matriculara en la Facultad de Filología.

“Me dijo una vez Luis Artigue que lo peor que podía hacer un escritor era estudiar Filología. Yo ya escribía antes de empezar la carrera, y más bien la elegí por ese hecho, porque quería hacer algo que tuviera que ver con lo que me gustaba hacer. Es decir, no escribo por haber hecho Hispánicas, sino al revés”, anota esta docente y narradora leonesa, que emplea la escritura creativa como un modo de llegar a sus alumnos, de contagiar su entusiasmo por la literatura, incluso ofreciéndoles relatos suyos para que los lean y analicen.

“Además, la faceta de cuentacuentos es muy útil para explicar la vida de los autores, el contexto histórico de las obras, y los argumentos de los libros”, comenta esta joven creadora, que tuvo la oacasión de matricularse en la Escuela de Letras de Gijón en un momento de su vida en el que había dejado de escribir por varios motivos. Y esta Escuela fue, en su opinión, un gran estímulo para continuar escribiendo.

La faceta de cuentacuentos es muy útil para explicar la vida de los autores, el contexto histórico de las obras, y los argumentos de los libros

“Manuel Astur es un autor al que admiraba desde hacía años, planteándome incluso viajar a Madrid una vez al mes, dónde él daba clase. Así que cuando llegué a Gijón y vi que impartía un curso de novela, me lancé. Solo había cursado Escritura Creativa en el Máster de Literatura Española y Comparada en la ULE, y nunca pude compaginar mis clases con los cursos de Manuel Cuenya, así que no tengo con qué compararlo, pero lo disfruté muchísimo. Aprendí y logré mi objetivo. Creo que actualmente hay mucha variedad en cuestión de cursos, y que son un ejercicio estupendo”, comenta Nohelia, que en estos momentos está con las correcciones de una nueva novela, “a la que aún tengo que aplicar otro millón de correcciones porque nunca la veo lista. Y busco hacer con mis canciones lo mismo que hice con los relatos de 'Alas de musgo': desempolvarlas y sacarlas a la luz”.

Entrevista breve a Nohelia Alfonso

“Lo que está ocurriendo en nuestro país parece el argumento de una comedia barata”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Mecanoscrito del segundo origen', de Antonio de Pedrolo. Lloré como nunca y me marcó casi tanto como 'Matilda', de Roald Dahl, que también releería de nuevo.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Madame Bovary y Don Quijote. Ambos son una muestra de la lucha por los ideales hasta los últimos extremos.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

'Desgracia', de Coetzee. Su protagonista es tan atrayente como odioso, así como lo que ocurre en la historia. Me desquició y me encantó.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Soy muy complaciente. Busco incesantemente hacer felices a los demás. Aunque eso signifique dejarme de lado a mí misma.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La sinceridad. Sin duda.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Odio hablar de política. Sobre todo en este momento en el que lo que está ocurriendo en nuestro país parece el argumento de una comedia barata. De la sociedad opino que si dejara por un momento de mamar de la santa teta de las RRSS, y mirase alrededor, vería amanecer.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Rodearme de gente graciosa y ocurrente que me haga reír. Cantar. Bailar. Escribir (a veces, otras es insufrible).

¿Por qué escribes?

Porque necesito hacerlo. Porque es la única forma en la que soy capaz de explicarme, de entenderme y de entender el mundo. Porque el 'feedback' que recibo cuando a alguien le entusiasma o le revuelve algo mío me hace vibrar como nada en el mundo. Porque soy como el náufrago de Blanca Andreu y a veces mis mensajes en una botella los recoge otro náufrago que le da todo el sentido a mi existencia.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No en mi caso. No soy de airear mis opiniones en RRSS, y tampoco de mostrar mis creaciones en ellas. Creo que son una herramienta fundamental para promocionarse, estar al día en cuestión de eventos, mantener el contacto con otros escritores y artistas, y también con los lectores que quieran seguirte la pista, pero yo no me fuerzo a escribir ni a publicar por esa vía, no es donde quiero que me lean. Claro que todo lo que se escribe es un ejercicio, y reconozco que adoro los relatos de la Erlés vía Facebook o Instagram, alguna vez he pensado en hacer lo mismo.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Dice Yago Ferreiro que confesar cuáles son tus fuentes es revelar tus limitaciones. Pero lo haré: el relato oral, el cuento tradicional, la literatura gótica, el relato neofantástico.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Escribo un blog, también llamado 'Alas de musgo', por ser lo allí escrito de la misma índole que mis cuentos, mezcla de luz y tinieblas. Lo tengo un poco abandonado ahora, lo empecé allá por 2009 por consejo de mi profesor de Teoría de los Géneros Literarios, para ejercitarme. Pero se convirtió en una especie de diario místico y críptico y perdí interés. A través de él tuve contacto con otros blogs y talleres literarios online los primeros años de universidad, y sí que me sirvió para mantenerme activa y conocer los primeros pasos de algunas personas que hoy en día publican libros. Sin embargo, creo que en verdad el ejercicio del escritor debe ser en la más desconcertante soledad, por mucho que nos animen el 'feedback' y los 'likes', y que aunque puede ser una buena muestra de tu trabajo, es difícil mantener la continuidad y el interés en un mundo donde gana el 'retweet'.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Más vale encender una cerilla que maldecir la oscuridad.