Máxima intensidad en el vacío absoluto

Javier M. Seisdedos

El pasado fin de semana Fon recibió los aplausos de un público entregado en la sala Baba Bar de La Coruña, en un concierto memorable.

Este miércoles pasado se sintió acompañado por las musas, se acopló en la silla, cerro los ojos y lo dio todo como siempre.

Sus dos guitarras y su voz melodiosa lo llenaron todo. Probablemente ayer fue un concierto que nunca olvidaran las dos personas que pagaron su entrada, y que fueron testigos ante un salón de actos vacío, pero a la vez lleno de intensidad. Las letras maravillosas traspasaron los muros del salón de actos y llenaron las calles de nuestra ciudad de magia y energía positiva.

Así es como forjan las grandes leyendas, en el vacío absoluto, cuando lo único que queda es la coherencia personal entre lo que piensas, sientes y expresas.

Ayer Fon lo volvió a hacer, los que lo conocen saben que es así siempre, y nos regalo un ejemplo a todos de grandeza y sencillez. Solamente algunos que están tocados por el duende pueden hacerlo, entregarlo todo a cambio de nada.

Lo único que queda después de vivir algo así, es decir...

Gracias.