Cristina Ibáñez instala en el Instituto Leonés de Cultura una exposición cargada de emociones y referencias naturales

La artista y docente leonesa Cristina Ibáñez inaugura su exposición Ikigai: propósito de vida este jueves, 24 de julio, a las 20.00 horas en la Sala Provincia del Instituto Leonés de Cultura. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 21 de septiembre, presenta una propuesta sensorial y emocional que reflexiona sobre la naturaleza, el sentido de la existencia y el diálogo entre el ser humano y su entorno. Comisariada por Luis García Martínez, la exposición ha sido organizada por el Departamento de Arte del ILC.

Bajo el concepto japonés de ikigai, que alude al propósito vital, Cristina Ibáñez construye una secuencia artística en la que se entrelazan vivencias personales, emociones y referencias naturales. La exposición adopta un enfoque instalativo, donde el espacio arquitectónico condiciona la narrativa expositiva, y en la que se combinan técnicas diversas como dibujo, pintura, fotografía, instalación y vídeo. La muestra no es una retrospectiva, pero sí permite rastrear las claves fundamentales de su trayectoria artística.

Con una sólida formación académica y una carrera que combina docencia, investigación y creación plástica, Ibáñez ha mantenido desde los años 80 un firme compromiso con la experimentación. Licenciada en Bellas Artes y doctora en Humanidades, inició su carrera en el Colectivo de Jóvenes Artistas Plásticos de León, influenciada por el informalismo y la obra de Antoni Tàpies. Su interés por el diálogo cultural entre Oriente y Occidente, así como por los elementos esenciales de la naturaleza, ha marcado toda su producción.

Ikigai: propósito de vida se puede visitar en la Sala Provincia (Edificio Fierro, León) de martes a viernes, de 17.00 a 20.00 horas; sábados, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas; y domingos y festivos, de 11.00 a 14.00 horas. Además, se pueden concertar visitas guiadas para grupos y escolares llamando al 987 262423. La exposición invita al visitante a sumergirse en un universo íntimo y profundo, lleno de simbolismo y belleza, fruto de más de quince años de trabajo artístico.