Las excavaciones en la Judería de Puente Castro de León revelan que se ocupó por cristianos tras su asalto en el siglo XII

La quinta temporada de excavaciones en el Castro de los Judíos de León ha mostrado evidencias de una ocupación cristiana posterior a su asalto y destrucción durante la ofensiva de Alfonso VIII de Castilla en 1196 sobre la capital leonesa en la que reinaba su primo Alfonso IX, el de las Cortes Estamentales de 1188.

La Universidad de León organiza durante el mes de julio, como es habitual desde 2021, campañas de excavación arqueológica en el Castro de los Judíos, uno de los yacimientos medievales más importante de todos los existentes en el norte peninsular para poder analizar el papel desempeñado por esta minoría socioreligiosa en el Reino de León.

Las intervenciones arqueológicas se realizan bajo la dirección de los profesores de la Universidad Raquel Martínez Peñín y Carlos Fernández Rodríguez y participa también un amplio equipo de investigadores del departamento de Historia y el Instituto de Estudios Medievales. Junto a ellos colaboran 40 de estudiantes del Grado en Historia y del Doble Grado de Historia e Historia del Arte de esta Universidad, así como de la Universidad de Santiago de Compostela, que se dividen entre los trabajos de campo y los laboratorios de la Facultad de Filosofía y Letras donde se analizan los hallazgos. Estos trabajos arqueológicos son un importante instrumento formativo, ya que permiten a los estudiantes reforzar su formación académica, llevando a cabo una actividad que constituye, además, una de las salidas profesionales del Grado en Historia y Doble Grado.

Desocupación violenta de los judíos por Alfonso VIII de Castilla

Según explica Martínez Peñín, en una nota de prensa enviada por el Gabinete de Comunicación de la Universidad de León, “cuando comenzaron las excavaciones se marcaron como uno de los objetivos 'conocer el momento en el que se produce el inicio del asentamiento de la comunidad hebrea en este espacio' y fruto de esas primeras intervenciones de 2021 y 2022 hallaron que 'además de todo eso, era sumamente interesante ver cómo se había producido la desocupación de este espacio' que, según las crónicas, fue 'muy violenta', fruto del conflicto entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León”.

En este sentido, continúa la nota informativa, han hallado una “cantidad importante de artefactos de carácter bélico que están dispersos por todo el yacimiento y que, nos hablan del asedio de este espacio”. Durante la campaña de 2024 encontraron “algo que iba un poco más allá de ese asedio a finales del siglo XII y ahora es en lo que estamos: ver exactamente qué es lo que pasa a finales del siglo XII cuando esto se desocupa”, un momento que coincide con el Renacimiento urbano de la Europa Occidental.

Restos de cerdo, incompatibles con un asentamiento judío

Una de las estudiantes que participa en las excavaciones es Claudia Robles, egresada del doble grado en Historia e Historia del Arte de la ULE que actualmente realiza su tesis doctoral centrada en este asentamiento judío y que explica que en la campaña de este año están investigando “si hay una sacralización o cristianización” de este espacio ya que “han aparecido restos, por ejemplo, de cerdo, lo cual es incompatible con un asentamiento judío” y han encontrado también “restos de vieiras, que están muy asociadas al Camino de Santiago” que pasa muy cerca de este cerro. Todo ello lleva pensar que “hubo una presencia cristiana una vez ya habían abandonado el lugar los judíos y es lo que estamos tratando de identificar”.

Por su parte, la concejala de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León, Elena Aguado, aseguró que la intención es “presentar ya un informe con algunos resultados” de estas excavaciones en el que recoger el tipo de asentamiento y “si es que huyeron de la vega del río, si les persiguieron porque hay algunos elementos que tal parece, como de defensa o es que fue un asentamiento en el que había un comercio con la parte de abajo”. El Ayuntamiento, afirmó, “tiene muchísimo interés en este aspecto porque siempre es muy importante saber y reconocer en la historia los diferentes pueblos que pasaron por la ciudad”.

El alto interés científico a nivel nacional e internacional el que motivó la firma en 2021 del convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de la ciudad y la Universidad de León que trataba de retomar los trabajos de campo en un yacimiento que llevaban más de quince años paralizados y que se acometen en los terrenos que el consistorio posee en el espacio de la judería.

Visión del entramado urbano de la Judería de León

Tomando como base la información recabada en los cuatro anteriores años, los arqueólogos han planificado para la actual campaña ampliar los sondeos abiertos en 2024, con el objetivo de potenciar la visión de conjunto del complejo entramado urbano de la judería leonesa. El propósito es llegar al nivel geológico para fijar del modo más nítido posible el momento en el que los judíos se asentaron en el castro, así como procurar más evidencias del final de la ocupación del sitio por parte de los hebreos, vinculada con el ataque perpetrado contra ellos por parte de las tropas castellanas.

Estas intervenciones se enmarcan dentro del proyecto de investigación titulado ‘La minoría judía medieval en el ámbito urbano del Reino de León: análisis arqueológico y documental’, financiado por la ULE y que cuenta también con el apoyo económico de del Instituto de Estudios Medievales de la Universidad de León y de la concejalía de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León. Los directores de la excavación destacan la implicación de la concejala Elena Aguado y le agradecen su apoyo decidido al desarrollo de este proyecto.

“Junto a los objetivos científicos, que se traducirán en posteriores publicaciones en revistas y editoriales especializadas, los arqueólogos buscan que se valore un yacimiento de gran relevancia en el contexto del patrimonio histórico medieval de la ciudad”, termina el comunicado de la Universidad Legionensis.

HISTORIA

El ataque y destrucción del Castro de los Judíos de León por Alfonso VIII de Castilla

El Castro de los Judíos, asentado sobre el cerro de la Mota junto al río Torio, constituía un enclave estratégico en la frontera del reino leonés durante la Alta Edad Media. Tras la subida al trono de Alfonso IX, la región vivió una etapa de constantes tensiones y enfrentamientos con Castilla, especialmente porque la sucesión había debilitado la estabilidad política de León. Entre febrero y junio de 1188, el castellano Alfonso VIII aprovechó la coyuntura para atacar y tomar varias fortalezas, destacando la conquista de Coyanza (hoy Valencia de Don Juan) y otras defensas leonesas en el norte y Tierra de Campos.

El conflicto escaló tras la derrota castellana en la batalla de Alarcos en 1195 frente a los almohades. Alfonso VIII, que no había esperado refuerzos del rey leonés, se vio debilitado y, en respuesta a la petición de apoyo militar de Alfonso IX, se negó a devolver castillos en disputa ni a modificar la frontera. Frustrado, Alfonso IX selló una controvertida alianza con los almohades que fue tildada de traición por Roma y precipitó la unión entre Castilla, Portugal, Navarra y Aragón contra León y sus aliados musulmanes. Esta complicada red de pactos y enemistades avivó los conflictos militares a ambos lados de la frontera.

En la primavera de 1196, las tropas almohades avanzaron hacia el norte mientras los leoneses, con el respaldo de fuerzas musulmanas, irrumpían en Castilla y alcanzaban localidades como Carrión y Villarcázar de Sirga. Sin embargo, la colaboración con los musulmanes provocó la reacción inmediata de la Iglesia: el papa Celestino III amenazó con excomulgar a Alfonso IX y declarar el entredicho sobre León si no abandonaba la alianza. Poco después, Alfonso VIII y su nuevo aliado, Pedro II de Aragón, contraatacaron penetrando en territorio leonés hasta León, donde uno de sus primeros objetivos fue el Castro de los Judíos, un asentamiento habitado por una comunidad judía próxima a la ciudad.

La descripción de la fortaleza refleja su construcción precaria. Como la mayoría de recintos judíos del norte peninsular en los siglos XI y XII, el castro estaba separado del núcleo principal de la ciudad, permitiendo a los judíos practicar su religión y mantener su organización social, además de facilitar el intercambio comercial. El recinto defensivo estaba compuesto principalmente por mampostería, adobe y madera, esta última predominante en las torres, empalizadas y estructuras adyacentes. La topografía abrupta, con fuerte pendiente y espacio limitado para desplegar asedios, hacía inútil el empleo de grandes máquinas de guerra por parte de los sitiadores, que debían recurrir a arietes y el combate cuerpo a cuerpo en los glacis de la fortificación.

Según las crónicas, el asalto final al Castro de los Judíos duró tres días en julio de 1196. Pese a los intentos de resistencia, la frágil defensa fue superada y el enclave resultó completamente saqueado y arrasado. Muchos habitantes murieron o fueron capturados sin distinción de edad o sexo.

La población exacta es difícil de determinar, pero se estima que en torno a esa fecha el castro no superaba el medio millar de residentes, en contraste con los aproximadamente tres mil habitantes de la ciudad de León. Eso sí, la devastación marcó el fin del enclave judío y reflejó la brutalidad de los conflictos fronterizos de la época y la eterna rivalidad entre los reinos de León y de Castilla que no se relajó en los siglos siguientes ni con la mancomunión de coronas con el hijo de Alfonso IX, Fernando III.

Puedes encontrar más información sobre este suceso histórico en el blog Fonsado.

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