Parece que esta vez León se sale con la suya. El agua leonesa del traumático pantano de Riaño dejará poco a poco de servir en buena medida para alimentar y regar a las provincias de Valladolid y de Palencia, como hace 25 años que se viene produciendo a través del polémico trasvase Cea-Carrión que nació como solución temporal pero aquellas provincias, y partidos como el PP, pretendían perpetuar.
Un agua que a día de hoy sigue autorizada a pasar de la cuenca leonesa a la palentina y pucelana a un máximo de 100 hectómetros cúbicos y que acaba en campos, viviendas y hasta polígonos industriales de las vecinas provincias.
Pero si nada cambia, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, irá cerrando el grifo paulatinamente a esta situación. La propuesta del nuevo proyecto de Plan Hidrológico para los años 2022-2027 contempla por primera vez una drástica reducción del trasvase del agua procedente del embalse de Riaño. Justo lo que los regantes de León en zonas como Payuelos y lo que instituciones como la Diputación de León venían exigiendo.
Así, el nuevo Plan contempla reducir aquellos 100 hectómetros cúbicos (hm3) que preveía trasvasar como máximo la anterior planificación que expiró en 2021 hasta exactamente la mitad en el horizonte de 2027, es decir, 50 hm3. Y aún menos a medio plazo, hasta los años 2033 y 2039, rebajándose a 35 hm3.
Pero con esta disminución, ¿cómo garantiza Confederación que la cuenca del Carrión siga teniendo agua suficiente? Pues con la planificación de otra nueva infraestructura que lleva años reclamándose, los embalses de Las Cuezas, dos balsas que afectan principalmente a la provincia palentina pero que no gusta al medio centenar de vecinos de un pueblo leonés del municipio de Sahagún, el de San Martín de la Cueza, al que uno de esos embalses le quedaría muy cerca de la localidad.
Sin embargo, CHD deja claro en su planificación que “en 2027 se espera que estén en funcionamiento los embalses de La Cueza 1 y La Cueza 2 con el fin de paliar los problemas de garantías detectados en el sistema de explotación (se refiere al Carrión) y reducir la dependencia del trasvase de recursos procedente del sistema del Esla”. Se trata de una condición indispensable para poder frenar primero y quitar después las aportaciones de agua por el canal Cea-Carrión.
En el apartado donde el borrador del nuevo Plan habla de “asignación y reservas de recursos”, esta mayor disponibilidad de agua para la provincia de León garantiza que habrá líquido suficiente proveniente de Riaño para 6.543 hectáreas del Canal Alto de Payuelos y 4.478 del Canal Bajo de Payuelos que aún restan por transformar en regadío del total de 42.820 que suma la zona. Y de paso, otras 1.000 hectáreasmás en las zonas de Valderas y Gordoncillo.
El documento, que está aún pendiente de aprobación definitiva, hace una suma clara de todo el agua que habrán de regar en la provincia de León los embalses de Riaño, de Porma y de Casares de Arbas, es decir, dentro del sistema del río Esla, para cifrarlos la superficie a regar en 105.000 hectáreas en el año 2027. Esa cifra la sumarían Payuelos, Porma, Páramo Bajo, el canal de Arriola, Esla y Valderas, además de los riegos tradicionales y la garantía de caudal ecológico de cuatro ríos, por lo que apenas quedará agua disponible para trasvasar a zonas como el Carrión.
Allí, en el sector IV del actual trasvase Cea-Carrión en Villalón de Campos (Palencia), el Plan Hidrológico recoge que “incumpliría los criterios de garantía de la Instrucción de Planificación Hidrológica en todos los horizontes”, motivo por el que zanja que no se puede garantizar el suministro en esta zona con aguas del Esla y deberá abastecerse sobre todo de aguas invernales del río Cea.