El tiempo empieza a acompañar, aunque es cierto que en cada estación del año la naturaleza da a conocer nuevos encantos. De nuevo nos asomamos a la ventana de La Senda del Hayedo para pasear junto a su autor, Alejandro Díez, por valles y cumbres de la cordillera cantábrica que no requieren de un alto nivel físico ni técnico de montaña.
Se trata de recorridos para aprovechar medias jornadas (menos de 5 horas) sin depender de una planificación previa exigente en los que simplemente se precisa de conocimientos muy básicos del terreno a recorrer puesto que muchas de las rutas están ya balizadas o son relativamente accesibles y conocidas en el mundo senderista, explica el montañero.
Desde medianas cumbres con interesantes panorámicas hasta sencillos paseos fluviales para el disfrute de los detalles de la naturaleza, La Senda del Hayedo propone una sección abierta para todo tipo de públicos en su mayoría, estando muchos de los recorridos abiertos a ampliaciones para convertirlos en rutas de Alta Montaña o por el contrario en reducciones para transformarlos en sencillas visitas a lugares de interés.
Ruta Entrevados / Pinzón – Isoba
Las fuentes del Porma, enclavadas en el término municipal de Puebla de Lillo (País Leonés), requieren de tiempo y conocimiento para disfrutar y entender el valioso, instructivo y sorprendente paisaje que recorren las aguas de este truchero río leonés desde el Puerto de Las Señales hasta San Isidro por un lado, y desde la sierra de Remelende hasta la entrada norte de Puebla de Lillo por otro.
Todo ello se configura como una gran pizarra en el que tenemos escrito una impecable lección de geografía, geología y ecología muy dispuesta a ser tratada con teoría y práctica.
En poco espacio, se encuentran reunidas huellas glaciares y de la última glaciación que se pueden ir descubriendo entre los caminos que unen los pueblos de Cofiñal, Isoba y San Isidro.
Conocidos por el gran público son los lagos de Ausente e Isoba, siendo el primero uno de los más bellos de la cordillera cantábrica. Toda la sierra que separa el Alto Porma con el concejo asturiano de Caso, está repleta de lagos y lagunas, por lo que es normal encontrarse en época de deshielo con una región semi-lacustre, llena de llamargos y llagos en los que se remojan rebecos y fauna menuda.
Peña La Verde – 1.670 metros – Valdeteja
Como las mismísimas torres de Hércules, La Verde y Ancino se postulan como puerta de entrada a uno de los valles más espectaculares de la cordillera cantábrica: el Alto Curueño.
Aunque ya desde La Vecilla es puro caramelo para montañeros, senderistas, pescadores, ciclistas... Es cierto que esta barrera caliza que conforman las Foces de Valdeteja hacen un antes y un después en el transcurso del viajero que se adentra Curueño arriba por primera vez.
Ruta por las Brañas de Caldas de Luna
El amplio paisaje de Caldas de Luna no se puede conocer sólo con esta ruta la cual une, eso sí, las principales brañas de este pueblo del Parque Natural de Babia y Luna.
Famoso por su balneario, Caldas guarda una nutrida lista de paisajes emblemáticos de la cordillera cantábrica. Las brañas son buen ejemplo de ello, pero también los puertos pirenaicos que comparte con otros pueblos comos Robledo, Casares o Cubillas. Y aunque a primera vista pueda parecer que no hay bosques en estos parajes tan ramoneados durante siglos por merinas y demás ganado, Caldas cuenta con buenos bosques caducifólios de roble, abedul, haya, serbal y acebo. Importantes manchas arbóreas, si bien no tan extensas como las vecinas biescas asturianas, pero si con buena calidad para dar refugio, por ejemplo, al Oso Pardo en sus idas y venidas entre las poblaciones orientales y occidentales.
Los ríos y los arroyos de alta montaña también son un potencial recurso natural de Caldas. Aunque el río principal este alterado por la autopista y acortado en cauce por el embalse, sus aguas albergan buenas poblaciones de trucha, salmónido que incluso vive a altas altitudes muy por encima de las brañas que se visitan en esta ruta.
Faedo de La Boyariza – Alto Bernesga
La comarca de Gordón, con capital en La Pola, es a su vez puerta y corazón de la diversa Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, una de las tantas que posee León en la cordillera cantábrica.
Con excelentes comunicaciones tanto con León como con Oviedo, Gordón es ancestral tierra de paso pero también de parada debido a la generosidad de la naturaleza con este pequeño país.
Los recursos mineros de Gordón consolidaron aquí grandes empresas carboníferas que ahora, parece ser, van dando paso a otro tipo de industria, quizás floreciente y esperanzadora para la zona: la industria del ecoturismo.
Y es que el otro gran recurso de la comarca es su potencial medioambiental. Desde altos puertos y montañas de más de 2.000 metros hasta profundas foces protegidas por densos bosques cantábricos pero también mediterráneos, el Alto Bernesga ofrece al visitante variedad de paisaje que cambia según avanza el año.