Por primera vez en su historia, las adopciones de perros en León superan a los ingresos en la Protectora

Marta Cuervo

Adiós al oscurantismo que rodeaba la Protectora de Animales años atrás en León. El nuevo equipo directivo, y todos los voluntarios que trabajan para sacar adelante el hogar de más de 240 perros y 30 gatos, lo están haciendo muy bien y, esta actitud renovada con puertas y ventanas abiertas a la sociedad, se nota. De ello dan fe las estadísticas ya que, por primera vez en su historia, este año desde enero y hasta el 31 de julio se han producido más adopciones que ingresos. Se han adoptado 156 perros, frente a 150 ingresos y, en cuanto a los gatos, 48 adopciones han superado a 44 nuevas entradas, según los datos aportados por la dirección del centro. “Se trata de cifras muy próximas, pero estamos contentos porque, poco a poco, lo vamos consiguiendo”, explica uno de los chicos que trabajan allí.

Si comparamos los censos de hace 10 años, la diferencia de perros en la Protectora es abismal, contabilizando más de 600 perros a principios del año 2000. La principal causa es que no había costumbre de las adopciones. “Por desgracia todavía hay mucha gente que las desconoce, pero gracias a la difusión de las redes sociales estamos logrando inculcar la cultura de la adopción”, reconocen los voluntarios.

Pero según valoran desde la Protectora de Animales y Plantas de León, el verano ha sido más duro. “Desde las Fiestas de San Juan hasta hoy es cuando más animales se han recibido. Empiezan a aparecer en La Lastra, donde ponen las caravanas de la feria. Cuando pasa junio comienza el abandono masivo, hasta septiembre, y las salidas se reducen porque la gente se lo piensa mucho. Vienen, los ven y te preguntan si se pueden reservar para la vuelta de sus vacaciones, cosa que no hacemos. La gente se interesa, pero las vacaciones frenan”, explican.

La vida en la Protectora

El nuevo equipo de la Protectora de Animales está formado por gente joven y muy entregada a su labor. Algunos pocos tienen dedicación exclusiva, otros acuden al finalizar la jornada de otro empleo o en días libres, y una gran comunidad de personas voluntarias se acercan cuando pueden a echar una mano. Las puertas siempre están abiertas, y los perros deseando recibir una nueva visita y salir a dar un paseo.

“Hacemos que la gente se implique, que se sientan bien aquí y vengan. Eso repercute en los perros, se sienten más queridos, se sociabilizan más al estar en contacto con la gente: Tina era agresiva con la gente, hace un año y medio se tiraba a morder -explica señalando a una de las perras que no deja de lamerle- pero, poco a poco conseguimos que se adapten. Dependiendo del voluntario que venga le damos un perro u otro, porque tenemos desde niños de 8 años hasta señores de 70. Nunca dejamos un perro agresivo, eso jamás, hasta que no está reformado no sale con nuestros voluntarios”, comentan desde la Protectora. Y, es que, en la Protectora de Animales y Plantas de León, cada perro tiene su historia, a veces muy duras y complicadas de asimilar, pero para ello el equipo de trabajadores atiende sus necesidades y hace que se sientan bien. Conocen el nombre de todos ellos, a pesar de que muchos llevan en el lugar desde mucho antes de que los chicos que ahora están al mando entrasen a colaborar, y todos juntos son como una gran familia en la que sus miembros esperan a ser recogidos, para volver o conocer el calor de un hogar.

Existen dos patios diferenciados y separados para evitar que machos y hembras se reproduzcan. “Al no tener medios suficientes es complicado tener a todos los animales castrados”, declaran. La Protectora es de propiedad municipal, y por ello recibe una partida de 21.000 euros. “La suma ha ido bajando con los años. Pero se trata de una cantidad muy limitada para los gastos los gastos que aquí se generan”, reconocen los trabajadores. Aquí se evidencia el especial protagonismo de los socios de la Protectora, que colaboran desde con 3 euros al mes.

“Gracias a las cuotas de los socios, de la gente que se involucra, y de las donaciones de otras personas salimos adelante”. Pero hay otras maneras de ayudar: acudir a las instalaciones a pasear a perros o a echar una mano; y entrar en la red de casas de acogida, que cuidan de cachorros muy pequeños, perros que necesitan medicación, o perros de tamaño muy pequeño, durante unos días, semanas o meses hasta que el animal es adoptado.

La Actuación, ¿cómo se procede cuando llega un aviso?

Por norma general la gente avisa a la Policía Local, que recoge al perro o gato y da el aviso a la Protectora para que vaya a recogerlo. También se está potenciando, y desde la sociedad de animales se agradece, que sea directamente la gente quien lo recoja y lo acerque, o espere con él, para que no se pierda o desaparezca mientras los voluntarios llegan al lugar. “No siempre estamos todos aquí y solo tenemos una furgoneta, si nos avisan de más de un sitio a la vez, entre que llegamos al último es probable que alguno se pierda”, reconocen los jóvenes.

Tras su recogida la primera actuación es la desparasitación, antes de pasar a zonas comunes. “Primero está unos días en aislamiento, para evaluar el carácter y comportamiento del animal, y en cuanto sabemos cómo es, se le empiezan a hacer pruebas: le soltamos con unos, luego con otros pocos, hasta que pasa a ser uno más.

Si no responde positivamente, o no se comporta normal con otros animales tienen que estar en aislamiento“, aclaran.

Adopciones S.O.S.

Los perros más solicitados siguen siendo los de raza pequeña y los cachorros pero, quizás la concienciación sobre las necesidades de algunos perros está haciendo cambiar el punto de vista de la sociedad, del perfil del perro que se adopta. “La situación ha cambiado, aunque no tanto como nos hubiera gustado. Queremos que la raza mestiza sea la preferida para gente, y es cierto que cada vez hay más gente a la que no le importa la raza. Nos gustaría aumentar la adopción de los abuelitos, a los perros de cierta edad avanzada, que son los que peor salida tienen”, explican los trabajadores de la Protectora que este año han vivido algunos casos emocionantes. “Manguerito con más de 12 años se fue con una chica que venía buscando un cachorro. Se puso tan pesado con ella, que no tuvo más remedio que llevárselo”, cuentan satisfechos. Otras dos adopciones de perros ancianos han sido las de Trica -13 años- y Paco -11 años-.

Cuando se produce una adopción, la Protectora obliga a la imposición del chip de identificación y realiza un seguimiento para comprobar el estado del animal en su nueva casa.

“Hay perros que necesitan adopción urgente, lo están pasando muy mal, quizás porque vivieron mucho tiempo en una casa y no se van a adaptar nunca”, anuncian desde el lugar, y animan a la sociedad a que les visiten, a que vean cómo funcionan y a conocer a los animales que les esperan. “Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida” (Anatole France)