A la vera de la Catedral de León, en la calle Dámaso Merino, en pleno Casco Histórico de la capital, un edificio original donde los haya estrena nueva cara, pero también nuevo interior. Se trata de la antigua sede leonesa de la Obra Social y Cultural Sopeña (Oscus), como aún reza en la fachada de este edificio que pasa por ser una de los últimos edificios de estilo neogótico de la ciudad.
Estrena cara porque el Obispado de León, su propietario, está rematando varios meses de obras de restauración previos a poner el inmueble al alquiler. Y de momento llama la atención que ya se han retirado en su mayor parte los andamios que ocultaban su original fachada, que luce ahora no sólo limpia y sin los 'manchones' negros que se habían acumulado durante décadas, sino incluso con algún toque de color.
Ese aspecto ahora más llamativo, que resalta además respecto a su casa contigua, el caserón de Dámaso Merino que se derrumbó en 2011 con gran peligro sobre la estrecha calle, espera la Diócesis leonesa que ayude a darle salida como desde hace años espera: poniéndola en alquiler. De momento no se conoce el precio que el Obispado pedirá a los posibles nuevos inquilinos de este edificio de grandes espacios abiertos en su interior a lo largo de dos plantas más bajo y palomar, que suman casi 500 metros cuadrados en total, pero ya en 2012 le puso un precio de 8.000 euros negociables, como desveló Diario de León.
Fuentes de administración diocesana del Obispado de León explican que las obras realizadas obedecen a los requerimientos municipales que impone la Inspección Técnica de Construcciones (ITC), al tratarse de un inmueble que supera los 40 años y cuenta con nivel de protección patrimonial. Sin embargo, no se da a conocer la cifra total de inversión realizada, argumentando que en realidad todavía siguen algunos trabajos y no se ha hecho un cómputo global de la intervención.
Los trabajos realizados, y prácticamente culminados tras varios meses, se han centrado sobre todo en la renovación de la cubierta, la restauración integral de su llamativa fachada, la consolidación de los forjados interiores que son característicos de este original inmueble y mejoras de movilidad como la instalación de un ascensor para salvar las cuatro alturas con los que cuenta.