Las nuevas instalaciones que albergarán la Fundación de Supercomputación de Castilla y León, con sede en la ciudad de León, estarán disponibles en el año 2024 tras una inversión de 20 millones de euros que se destinarán a la mejora de la infraestructura, para lo que se prevé que las obras de construcción del edificio, presupuestado en tres millones de euros, comiencen en el mes de septiembre.
La nueva sede creada únicamente para Scayle contará con una sola planta de unos 2.000 metros cuadrados situada en una parcela situada de la calle Profesor Gaspar Morocho, junto al Centro Integrado de Formación Profesional, y su construcción ya ha sido adjudicada a la empresa leonesa Incosa, por lo que se está a la espera de que en unos tres o cuatro meses tengan el proyecto de obra para poder licitarse aproximadamente en junio de manera inmediata e iniciar las obras en el mes de septiembre con un plazo de ejecución de 18 meses, finalizando en 2024.
Así lo explicó hoy en la actual sede de la Fundación el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien señaló que este nuevo edificio responderá a las necesidades de crecimiento de Scayle “derivadas del incremento de la demanda de servicios de cálculo y de 'cloud computing' por parte de empresas y entidades públicas y privadas”, así como de “la ampliación constante de sus infraestructuras y del número creciente de actividades formativas y divulgativas ofertadas por la Fundación, que requieren de salas, aulas y espacios adecuados de los que no dispone el edificio CRAI-TIC”.
Veinte millones de euros en mejoras
No obstante, además de los tres millones de euros que se destinarán a las obras del edificio, el proyecto global de mejora de Scayle cuenta con una dotación presupuestaria de veinte millones de euros, en su mayoría provenientes de los instrumentos europeos Next Generatuion, con cargo a los fondos React UE, que aportarán 15 millones de euros, y al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, con 3,5 millones.
Entre las mejoras que se llevarán a cabo gracias a estos fondos de recuperación, Juan Carlos Suárez-Quiñones destacó la ampliación de la capacidad de Caléndula, que pasará de 0,5 petaflops de potencia de cálculo a 10; así como el almacenamiento de datos, de 1 petabyte a 20; y la memoria RAM para la ejecución de servidores virtuales, de 16 terabytes a 128, lo que “se traduce en mayores necesidades de espacio para albergar nuevos equipos e infraestructuras”.
Unas necesidades de espacio que ya se han visto en el actual edificio en el que se encuentra Scayle y que requieren de la creación de una nueva sala para el centro de procesamiento de datos del supercomputador Caléndula, que se prevé que esté disponible a finales de este mes tras una inversión de 450.000 euros.
Ampliación de espacio
Debido a la necesidad de habilitar esta sala, de 90 metros cuadrados y ubicada en el mismo edificio, para adaptarla a los requerimientos técnicos de este tipo de infraestructuras, el consejero de Fomento y Medio Ambiente detalló que también se ha procedido a reforzar los sistemas de refrigeración, de forma que los nuevos equipos puedan respaldar a los ya existentes y viceversa. “De esta forma se extiende la vida útil de la sala inicial instalada en 2009, se optimizan los costes de mantenimiento y se contribuye a reducir la huella de carbono”, apuntó.
“Nos quejamos de falta de oportunidades para León y es esto es una oportunidad en el gran sello de León, que suena a ciberseguridad y a digitalización”, resaltó Suárez-Quiñones, al tiempo que puso de relieve que las mejoras que se implementarán en Sacyle, que supondrán “el mayor salto cualitativo en su historia”, lo colocarán como “uno de los más importantes de España”, junto a los situados en Galicia y Barcelona.