No hay una sola persona en las fotografías de esta exposición -son todo muñecas- y sin embargo el impacto que uno recibe al ver a estas compañeras de la infancia magulladas, golpeadas y alejadas de un entorno feliz es muy fuerte. Quizás precisamente porque son objetos que identificamos con la niñez, o puede ser que su falta de humanidad represente como nada el deleznable comportamiento del agresor y la completa anulación de su víctima. “Quería huir de los estereotipos, del ojo morado y del hombre representado mucho más grande que la mujer”, explica su autora, Blanca Porro, que este miércoles inauguró la muestra en el Ayuntamiento de San Marcelo de León dentro de los actos organizados por Adavas en su 20 aniversario.
El caso es que con las imágenes de estas muñecas rotas, Porro, de Bembibre, consigue transmitir la angustiosa realidad que soportan demasiadas mujeres cada día. En lo que va de año, más de 50 han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas, una cifra tan escandalosa que, como opina Porro, casi ha “normalizado” la problemática.
Para evitar la anestesia informativa, la artista leonesa ha creado también un ataúd -lleno de muñecas- que ha cubierto con páginas de periódicos en las que se publicaron las noticias de los asesinatos. Está claro que sobre una tumba, las hojas no se pasan igual.
“El objetivo es que cualquiera que visite la exposición se impregne del ambiente que se pretende transmitir”. Cada imagen está acompañada por un pequeño texto explicativo y en la sala suena una música suave interrumpida de vez en cuando por gritos y golpes. “Yo lo que quiero es que la gente venga aquí a pensar, a mí me encanta la fotografía, pero lo que quiero siempre es transmitir algo”, asegura Porro.
La idea de esta muestra comenzó cuando estudiaba Imagen en Madrid. Se interesó por un concurso de fotografía organizado en Segovia sobre violencia de género y cuando llegó a casa experimentó con unas muñecas viejas. Después, la fue ampliando en colaboración con la Concejalía de Bienestar del Ayuntamiento de Bembibre y la llevó por toda la provincia de la mano de la Diputación.
Para ello, Porro se fue documentando sobre el tema, hablando con personas que sufrían o habían sufrido este tipo de violencia. “Yo pensaba como mucha gente, que era algo que no tenía explicación, que cómo se dejaban hacer algo así”, analiza la artista, quien después se dio cuenta del gran desconocimiento que existe acerca de este problema. “Esta exposición nace de mi ignorancia más absoluta”. La joven reconoce que la primera vez que expuso temió que el público no comprendiera su intención. “Fue una sorpresa para bien, he visto a gente salir llorando, esto remueve las emociones”.
La muestra
Ubicada en el Ayuntamiento de la Plaza San Marcelo, permanecerá abierta del 16 al 30 de noviembre de lunes a viernes en horario de 12 a 14 y de 18 a 21.