Solidarios por León nació en 2015, fruto de la decisión de Rosa González García, actual presidenta, junto con unos padres que querían hacer algo para los niños y jóvenes con discapacidad ligera o inteligencia límite, siguiendo los pasos de una Asociación ya existente en Madrid.
Tras difundir su existencia a través de las redes sociales, empezaron las actividades para ellos, primero con clases de habilidades sociales, informática, juegos, ocio y tiempo libre, porque “lo que más demandaban era socializar a estos niños”, y en cuatro años de andadura ofrece talleres de expresión oral, aprendizaje activo, manualidades y teatro, habilidades sociales , coro y juegos para los participantes más pequeños -a partir de diez años-, así como encuadernación, preparatorio de oposiciones, baile, yoga, para los más mayores y excursiones familiares y comidas para todas las edades.
A día de hoy, 'Solidarios por León, Proyecto Convivo' es la única Asociación de Castilla y León dedicada a personas con discapacidad ligera e inteligencia límite, y atiende a más de 60 personas de más de diez años, aunque el grueso está entre 17 y 24 años, a los que atienden un equipo formado por su presidenta, Rosa González, la educadora social, Coral Zamorano, y cinco monitores contratados para impartir las actividades, que cuentan con financiación a través de subvenciones concedidas por el Ayuntamiento de León, la Fundación Alimerka o la Obra Social de la Caixa.
La Asociación trata a personas con discapacidad ligera o inteligencia límite, que “no encajan con la gente normal ni tampoco con el colectivo de discapacitados” y que “normalmente no tienen amigos y se pasan gran parte de su niñez y adolescencia en casa” porque “desde pequeños en el colegio ya les van dejando de lado y en la ESO es mucha la deferencia entre su edad mental y la de los demás”, lo que termina generando en muchas ocasiones acoso escolar“.
A ello se suma que “el sistema escolar no está preparado para atenderles”, lo que provoca que “tengan falta de autoestima y tengan que vivir sufriendo”, debido además a que “el sistema hace que los niños de inteligencia límite siempre fracasan en sus estudios”, de manera que “en algunos sitios les regalan el título de la ESO para que puedan avanzar”.
Un sistema educativo que “está mucho peor que el sistema anterior”, cuando los colegios contaban con un aula de educación especial, en el que una profesora especialista era su tutora y estaba con ellos todo el tiempo menos actividades extraescolares, frente al sistema actual en el que “entrar y salir a apoyo contentamente no es adecuado”.
Para Rosa, es importante “mentalizar a la sociedad de que hay niños que tienen unas capacidades y otros niños tienen otras” porque “ahora mismo se rechaza muchísimo al que tiene menos en general, ya sea dinero, belleza o inteligencia”, lo que hace que muchas veces se sea “muy racistas en ese sentido”, al “despreciar a quien tiene menos inteligencia”, algo que “hay que educar” y para lo que “los profesores tienen que enseñar a los niños que no todos tienen que hacer lo mismo y a la vez, porque cada uno tiene su ritmo”.
La presidenta de la Asociación pone de relieve también la “implicación” de los padres de los miembros de la misma, que creará en próximas fechas una Escuela de Padres, para abordar temas de interés como la autonomía, la sexualidad, las salidas, el 'bullying', los amigos o las relaciones con las familias.
Tres de nueve
'Solidarios por León' preparara por segundo año consecutivo a estudiantes en las oposiciones específicas para personas con discapacidad intelectual convocadas por el Estado, de manera que en la convocatoria del año pasado se presentaron nueve personas de la Asociación, con un cien por cien de aprobados, de las que tres personas obtuvieron su plaza.
Con los buenos resultados como aval, para la convocatoria de este año, 'Solidarios por León, Proyecto Convivo' trabaja con 16 personas que se presentarán a la oposición, para la que el examen será en el mes de septiembre.
Vivienda de transición
La Asociación cuenta también con una vivienda de transición a la vida adulta, en la que cuatro personas conviven durante cuatro meses, y a la que la educadora social, Coral Zamorano, acude de vez en cuando para enseñarles a hacer las cosas del día a día, “desde cocinar, hasta hacer la lista de la compra o acudir al mercado, planchar o poner la lavadora”, con el objetivo de que “una vez que finalice el periodo puedan independizarse con total normalidad”.
Es el primer año que se pone en marcha esta iniciativa, que comenzó en septiembre de 2018, y según cuenta Coral, “es una idea que ha gustado mucho a los padres”, que “reconocen que como ha habido un proteccionismo no están preparados para independizarse”.
No obstante, “no es una vivienda tutelada”, sino que “es una vivienda en la que están ellos solos y duermen solos, a la que simplemente se va para enseñarles y dotarles de herramientas y conocimientos”. Además, durante el día, “todos están haciendo sus cursos o trabajando”, por lo que “se organizan como cualquier compañero de piso, repartiéndose las tareas y conviviendo”.
Una convivencia que se desarrolla “dentro de la normalidad”, porque tal y como reconoce Coral, “ellos tienen dificultad a la hora de resolver problemas”, pero “no tienen más que los conflictos del día a día de cualquier persona”, solamente “no tienen la respuesta de todo el mundo”, por lo que “hay que enseñarles a relativizar”.