El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de León sopera varias alternativas, todas ellas encaminadas a aumentar el uso peatonal, para la zona de la muralla de origen romano y traza medieval en el tramo que va por la avenida Ramón y Cajal, de manera que la totalidad de la cerca que se conserva pueda ser cómoda y paseable en todo el perímetro de la ciudad, ahora que se está peatonalizando del todo en las calles Carreras y Los Cubos.
Así lo explicó hoy el alcalde de León, José Antonio Diez, que supervisó esta mañana en la Era del Moro las obras del nuevo tramo urbano peatonal, que con forma de jardín unirá la calle Ramón y Cajal con la plaza del Espolón, una recuperación que se espera que esté abierta para el paseo el próximo mes de julio de este año, con accesos que serán cerrados cada noche como lo son los parques.
Diez esgrimió que cuando esa zona ya se pueda pasear peatonalmente en exclusiva, los actuales dos carriles de Ramón y Cajal en paralelo a la Colegiata de San Isidoro podrían dejar de ser el actual embudo peatonal, con dos diminutas aceras y dos carriles para vehículos a motor. El regidor confirmó que la reordenación del tráfico con las nuevas calles que se ejecutarán en la zona de Feve, entre Ramón y Cajal y Padre Isla, podrían permitir como mínimo dejar el tráfico por las murallas de San Isidoro en un sólo carril para vehículos a motor, si no otras soluciones que aún se estudian.
Por su parte, las obras de peatonalización de la Era del Moro han entrado ya en su última fase, con el inicio de los trabajos de urbanización para su inminente disfrute de los vecinos y turistas de un tramo de la muralla tardorromana (siglos III y IV) que ha estado oculta durante décadas. En su visita, el regidor señaló que estas actuaciones ponen en valor la muralla y darán lugar a una nueva zona de esparcimiento que será importante para la ciudad.
Estas obras se han iniciado una vez terminadas las catas arqueológicas de la muralla tardorromana, que han permitido delimitar por primera vez sus cimientos, ocultos durante decenios por varios metros de tierra y escombros.
La consolidación de la muralla ha permitido sacar a la luz un tramo de escalera de piedra del siglo XVIII, que daba acceso a uno de los tendejones que tapaban el lienzo romano, así como una serie de lápidas funerarias con inscripciones romanas, procedentes de cementerios altoimperiales y que se conservarán para ser contempladas por los visitantes.
La nueva calle peatonal tendrá una superficie de 2.168 metros cuadrados y su urbanización peatonal incluirá zonas ajardinadas, mobiliario urbano y la renovación de toda la infraestructura básica, como agua o electricidad. La muralla y sus cubos serán iluminados de forma artística. El presupuesto de las obras asciende a 700.000 euros, financiadas a cargo de fondos europeos del Plan Edusi (Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado León Norte), del 1,5% Cultural del Gobierno central y con fondos del Ayuntamiento.
Por otra parte, esta actuación recuperará algunos de los elementos arquitectónicos del antiguo Molino Sidrón existente en la zona, la primera fábrica harinera de la provincia, construida en el siglo XIX, aprovechando la fuerza hidráulica de la presa de San Isidro, que desde el río Torío llevaba sus aguas a las huertas de los conventos intramuros.
Destacan los arcos de medio punto bajo los que entraba al molino el agua de la presa e impulsaba la maquinaria. Actualmente, el Ayuntamiento de León trabaja en la redacción del proyecto técnico que convertirá el único edificio de tres plantas que queda del complejo de Molino Sidrón en un vivero de empresas culturales y de turismo y en la Casa de los Escritores Leoneses, proyecto que confía en que se pueda ejecutar a lo largo de 2023.