Izquierda Unida Local denunció hoy la utilización del Complejo Asistencial Universitario de León como “una agencia de colocaciones del Partido Popular” para “pagar favores políticos dentro del partido en Castilla y León”. Así lo aseguraron hoy tras conocer que el que fuera gerente del Hospital del Bierzo, Alfonso Rodríguez-Hevia, “el primo del anterior alcalde, Antonio Silván” se postula como gerente del Hospital de León, cuatro meses después de estar ocupado por el anterior gerente de Atención Primaria, José Pedro Fernández.
La coordinadora local de IU y coordinadora autonómica del área de salud de la formación, Carmen Franganillo, mostró su sorpresa por el hecho de que Alfonso Rodríguez-Hevia, que “no ha aprobado una oposición como médico o sanitario nunca”, vaya a hacerse cargo de un hospital como el de León, así como por que, según su propio perfil en linkedin, es consejero delegado en Blacksmith Capital SICAV, que invierte, entre otros productos financieros, en seguros de salud, “algo que parece poco compatible con los intereses de la sanidad pública”.
Franganillo también recordó que durante la gestión del postulante en el Hospital del Bierzo hubo problemas que fueron denunciados, como el aumento de listas de espera, la saturación de las urgencias o enfermos hacinados en camillas en pasillos y salas clandestinas, “sin que desde la Gerencia se tomaran medidas”. También, durante su gerencia, la Unión General de los Trabajadores llegó a pedir su dimisión “por su incapacidad, falta de interés para asumir sus obligaciones en materia de prevención de riesgos y dejación de funciones”.
La coordinadora de IU recordó a la Junta que “se deben a la población” y que lo que necesita el Caule es “una ampliación y personal suficiente”, algo que “se hace con presupuestos que recortan sistemáticamente”, de manera que “el maltrato sanitario a la población leonesa no se puede tapar cambiando los gerentes, sino haciendo inversiones”.
Asimismo, desde la formación política pidieron al Partido Popular de la Junta de Castilla y León que “se tome en serio lo de servir a la ciudadanía” y que “no conviertan las instituciones en su agencia de colocación privada”, ya que esto “solo deteriora la imagen pública de los cargos”, de manera que “la ciudadanía ya no confía en las instituciones”.