Lleva cerrada a cal y canto 36 años. Ni un sólo tren circuló por ella en todo este tiempo, incluso está parcialmente desmantelada. Pero todavía había quien soñaba con resucitar la utopía de lo que fue la línea ferroviaria Ruta de la Plata que unió hasta finales de 1984 todo el noroeste peninsular, hoy atacado por la carcoma de la despoblación, entre Extremadura y León, pasando por Salamanca y Zamora.
El último aliento de esperanza se conoció también en un tiempo muy remoto, hace casi una década. Entonces, el Gobierno del recién llegado Partido Popular quiso dejar una diminuta puerta abierta a la esperanza de esta línea, tras el cierre de la misma bajo Gobierno del PSOE el 31 de diciembre de 1984. Y en 2012 el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (PITVI), que continúa oficialmente en vigor hasta el año 2024, recogía un vago compromiso con esta ya inexistente línea: planteaba un estudio de posible línea de alta velocidad entre Plasencia y León, casi el mismo que la vía tradicional, entre Plasencia y Astorga.
Al aparecer en esa hoja de ruta que era el PITVI, cuando en 2013 Europa puso en marcha uno de sus planes de inversión y modernización más mastodónticos, la red transeuropea de transporte de la UE (conocida como Ten-T o 'Conectar Europa'), esa promesa lejana de poder estudiar resucitar con alta velocidad el viejo tren del oeste español permaneció en la documentación oficial.
En realidad, el plan europeo se limitaba a señalar que se trataba de una línea ferroviaria existente y poco más, como se puede comprobar en estos mapas ya revisados en 2017 y publicados en el Diario Oficial de la Unión Europea.
Sin embargo, la última revisión del plan Ten-T europeo, conocida este mes de diciembre, zanja toda remota esperanza. Y es que en esa última revisión oficial se oficializa literalmente que “a petición de España, la conexión ferroviaria entre Plasencia, Salamanca y León es eliminada de la Ten-T”.
Lo cierto es que, más allá de algunas pequeñas movilizaciones recurrentes en otras provincias, como esta en 2017 con representación leonesa, la esperanza era ya casi nula. Eran movilizaciones alimentada por una vana esperanza de aprobaciones políticas, como esta del Congreso de los Diputados en 2017.
Pero también hubo constantes posicionamientos políticos en contra de resucitar esta línea ferroviaria que cuando fue cerrada se excusó en su baja utilización por parte de los usuarios, en un territorio ya en absoluto declive demográfico. Una de las últimas votaciones en contra fue esta del PP en el Senado, a instancias del senador de Compomís Carles Mulet, que votó no a esa reapertura de la línea a pesar de escudarse en la argumentación de su necesidad.
Sí a una conexión de Bragança con Sanabria, que no León
A cambio de este jarro de agua fría ya definitivo, las nuevas modificaciones dejan una noticia un poco esperanzadora de refilón para la provincia leonesa, en este caso en materia de carreteras. Y es que la red transeuropea de transporte Ten-T sí admite, aunque a petición de Portugal, a la cual España admite sumarse pero sin llevar iniciativa alguna, una nueva conexión viaria entre Bragança en Portugal y Puebla de Sanabria en Zamora, un amplio tramo de la traída y llevada vía de alta capacidad -bien vía rápida o autovía- León-Bragança que la provincia leonesa reclama, sin éxito, desde hace casi 15 años.
Dentro de la Red Integral, Europa acepta ahora reformar su planificación incluyendo ese tramo Bragança-Puebla de Sanabria salvando el escollo de la frontera, como una posible vía de llegada a Europa del noreste de Portugal a través de una posible vinculación con La Bañeza y León, continuando por la autovía A-231 León-Burgos.
Sin embargo, esta nueva carretera no se especifica si sería autovía o de qué tipo de planifica, así como tampoco se habla de plazos de posible ejecución. En todo caso, insiste el documento en que la propuesta ha sido “solicitada por Portugal y aceptada por España”.
Por último, el documento ratifica también que el tramo Pola de Lena-Oviedo-Gijón no se contempla como tramo de alta velocidad al menos hasta el año 2030, a pesar de que los trenes de alta velocidad sí pasará hacia Asturias por la Variante de Pajares procedente de León con varios condicionantes.