Envidias, discriminación y acoso provocan una crisis en la Catedral de León y la baja psicológica de su organista
El joven canónigo y titular del órgano habla de “airear toda la mugre” del Cabildo y la Diócesis tras el resultado de las “aberraciones” contra él a causa de su discapacidad. El obispado le anima a “continuar con su servicio” en las parroquias de la provincia
Un joven sacerdote como responsable de uno de los mejores órganos del mundo en uno de los escenarios más espectaculares: la Catedral de León. Un tenso pulso profesional de años, celos, dañinas publicaciones internacionales, discriminación por razones de discapacidad. Acusaciones de delitos de odio, de acoso, y amenazas de denuncias penales ante la Fiscalía, Policía Nacional y Guardia Civil, así como quejas ante varios defensores del pueblo. Un sorprendente 'despido', una baja médica por tratamiento psiquiátrico, durísimas críticas internas en el seno de la Iglesia Católica. Y todo ello retransmitido incluso en TikTok.
Difícilmente puede tener más ingredientes de tensión en la historia que ha explotado esta semana en la Diócesis de León. La protagoniza por quien fuera nombrado hace tres años para el cargo de organista del primer templo leonés, el religioso Francisco Javier Jiménez, procedente de la Diócesis de Guadix (Granada) tras introducirse una polémica cláusula en el concurso del Obispado leonés que obligaba a que el nuevo responsable fuera obligatoriamente sacerdote, algo que antes jamás había ocurrido.
Hubo desde entonces mucho más que un debate: las críticas por la decisión y el nombramiento saltaron hasta las páginas de El País o The Times, resaltando el disgusto profesional de Samuel Rubio, organista emérito que hasta entonces dirigía el Festival Internacional de Órgano más importante de España y en el podio de Europa tras 35 ediciones. Ya en aquellos titulares aparecía como motivo de censura la minusvalía del elegido, ya que a Jiménez le faltan tres dedos de la mano derecha y eso le confiere un alto porcentaje de discapacidad.
El plazo de tres años establecido para ocupar la plaza de organista titular de la Catedral expiraba este 23 de junio. También había que renovar “el nombramiento del obispo” para permanecer en otra diócesis ajena a la suya, según establece el Derecho Canónico. “El Obispo de Guadix me certificó (que continuaría) y hace dos o tres meses el obispo de León –Luis Ángel de las Heras– me dijo que no habría ningún problema y permanecería”, afirma el presbítero.
“Ni una palabra por escrito”
Sin embargo, apenas cuatro días antes se le ha comunicado “verbalmente, ni una palabra por escrito” que no seguirá. El colofón, dice Jiménez, de “una serie de aberraciones” contra él. No duda en culpar al propio Rubio, que él asegura haber comprobado que “se reunió con el Obispo y con el cabildo y el deán” catedralicio en días previos.
La curia, que está justo en este momento en proceso de renovación, le acabó esta semana convocando a una reunión: “para luego echarme a la calle”, aduciendo que el motivo era decidir sobre su continuidad. “Para no escucharme”, sospecha él. Ahora le consta que aunque verbalmente muchos le defendieron, la votación final debió resultar abrumadora en su contra. “Incumplen el reglamento de la Catedral, lo incumplen todo, yo no había visto jamás esto con nadie”, asegura, dolido.
Tan dolido que está oficialmente de baja médica, certificada, por lo que no le pueden dar un cese: “cometerían un delito”, peor aún estando “en tratamiento psiquiátrico muy fuerte” que le deja “sin capacidad para razonar”. Por eso, afirma haber puesto en manos de asociaciones de defensa de las personas discapacitadas lo que él no duda en tildar de presuntos “acoso” y “delito de odio” por su discapacidad. Cuando se publicó ya le dejó “hundido, destrozado” y, atando cabos, cree que “aquello se materializa ahora con el cese”.
El concierto de una transexual y discapacitada
Asegura –“no me extrañaría en absoluto”, dice– que la gota que habría colmado el vaso, escasos días antes de comunicarle su 'despido' eclesiástico, habría tenido lugar en el interior de la Catedral y en el programa del ahora reconvertido, bajo su dirección, en Ciclo Internacional de Órgano de León, un concierto sorprendente: actuaban Ignace Michiels y Hannah Schlubeck, una intérprete transexual sin brazos completos que es tenida por una de las personas que mejor toca en el mundo la flauta de pan.
El recital, penúltimo de un ciclo que aún concluirá en julio, resultó un sonoro éxito y causó admiración. Pero con lo ocurrido después, y aunque admite que nadie se lo ha transmitido directamente, “podría ser perfectamente” que todo se precipitara a causa de la condición sexual de la flautista: “Estamos acostumbrados a escuchar desde los púlpitos condenas a toda esta gente que tanto está sufriendo”. Y le refuerza la idea el hecho de que “no asistió ningún canónigo, ningún sacerdote ni el obispo ni nadie”.
Ni este ni ningún otro: Francisco Javier Jiménez está convencido de que no ha dado motivos “para nada” de lo que está viviendo: “Son envidias, artimañas; en la Iglesia católica están acostumbrados a tratar todo dentro, a ocultar a los traidores, que nadie se entere... y a veces hay que abrir alguna ventana y airear algo, o toda la mugre se queda dentro”.
Recogida de firmas y su caso en primera persona en TikTok
Sea finalmente por acoso o por delito de odio, le consta que sus apoyos sociales darán el paso hacia las denuncias: hablan de la Fiscalía, de los propios cuerpos de seguridad del Estado, de plantear el caso ante el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, del Defensor del Pueblo en España y en Andalucía, de donde proviene, así como de su homónimo del Procurador del Común en Castilla y León. Hay en marcha una recogida de firmas online de apoyo a su causa personal, que ya roza las 600 rúbricas, y crece en repercusión su denuncia pública en primera persona en su exitoso perfil de la red social TikTok, con 4.380 seguidores.
La Diócesis le 'invita' a quedarse y volver a presentarse
Habrá nuevo concurso de méritos, como el de hace tres años. Y el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, asegura que estaría encantado de que el canónigo y hasta ahora organista titular de la Catedral, Francisco Javier Jiménez Martínez, vuelva a concurrir en el proceso. De hecho, también asegura haberle animado “a continuar con su servicio en la Diócesis en la atención pastoral a las parroquias que desde hace un tiempo tiene encomendadas” en varios pueblos de la provincia de León.
Ese es el tono conciliador al que se remite de manera oficial el Obispado leonés sobre este espinoso asunto, que circunscribe a un nombramiento ad tempus por tres años, el cual expiraba este pasado 23 de junio. A pesar de expirar, sin embargo, fuentes oficiales de la Diócesis admiten que el prelado no decidió cancelar la responsabilidad de Jiménez sino que “pidió el parecer del Cabildo hace unos días” y fue este órgano de la propia Catedral quien decidió que “se convocara un nuevo concurso de méritos para elegir la persona que en los próximos años tiene que asumir ese oficio de organista” en el templo. Lo que hizo de las Heras, añaden, fue “ratificar” esa decisión. Y de este modo, se rehúye rebatir ninguna otra crítica de las muchas que el joven organista lanza.
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