El obispado de León protagonizó la semana pasada el 'desahucio exprés' más rápido que se recuerda. En menos de 24 horas desalojaron a los indignados que ocuparon un edificio suyo. ¿Cómo? Uno de los curas enviados a negociar logró que le dejaran entrar, y una vez allí amenazó a los ocupantes con que él no se iba, o se largaban de allí o se quedaba. Ante esa tesitura los indignados abandonaron el edificio de forma pacífica. ¿Fin de la historia?