Tras varios días con las hojas otoñales invadiendo de forma exagerada el Jardín de San Francisco, y sin ver que se hiciera nada por retirarlas, los vecinos del barrio italiano y de Lancia comenzaron a protestar por la inseguridad que causaba tal cantidad de manto vegetal, provocando peligrosos resbalones que temían que causaran alguna lesión de importancia a las personas mayores.
Las hojas caducas de los árboles se amontonaban en tal cantidad que incluso llegaban a superar la valla del parque, invadiendo las aceras que lo rodean y, teniendo en cuenta la avanzada edad media de las personas que viven en este barrio, las protestas comenzaron a llegar a los medios de comunicación y a algunos funcionarios del Ayuntamiento de León.
Casualmente esta mañana misma las brigadas de limpieza se encontraban amontonando las hojas caídas y recogiéndolas en bolsas, aunque sólo tres personas para poder asumir la enorme cantidad que había en el jardín en una sola mañana.
Cada otoño, cuando los árboles de León visten el suelo con su manto ocre, comienza una de las campañas más intensas para el servicio municipal de limpieza. El Ayuntamiento de León despliega dos brigadas especializadas que, armadas con barredoras y sopladores, trabajan día tras día para retirar las toneladas de hojas que se acumulan en calles y avenidas.
Lo hacen desde noviembre y, como mínimo, hasta bien entrado diciembre, cuando los últimos árboles de hoja caduca dejan de soltar su carga. Un esfuerzo casi interminable porque cada jornada se empieza de nuevo: lo recogido una tarde vuelve a repetirse al amanecer siguiente.
Según los datos municipales recopilados por ILEÓN, en 2021 el operativo estaba formado por siete conductores y cuatro peones. Estos últimos se encargan de mover las hojas con sopladores, mientras los conductores manejan barredoras aspiradoras que las recogen y las transportan a contenedores destinados posteriormente al compostaje. En total, son siete barredoras y cuatro sopladores distribuidos entre diferentes cuartelillos de los barrios.
En una ciudad que cuenta con casi treinta mil árboles —29.840 según el registro oficial—, de los cuales una buena parte son de hoja caduca, su tarea es, literalmente, infinita. El cálculo del propio servicio apunta a que, en los aproximadamente 45 días que dura la campaña, las brigadas retiran al menos veinte toneladas de hojas, aunque algunas estimaciones elevan la cifra hasta el doble.
Cada soplador mueve cerca de cinco toneladas acumuladas y cada peón recoge unos cincuenta kilos al día. Todo para evitar que las calles se conviertan en una alfombra resbaladiza, como denunciaron los vecinos del barrio italiano y las cercanías del Jardín de San Francisco que estaba ocurriendo.