El 8M acusa la división del feminismo en León pero todavía exhibe capacidad de movilización en la calle

Dividido y enfrentado, pero todavía con suficiente capacidad de movilización. El poder de convocatoria del feminismo leonés estaba sometido este 8 de marzo a un test de estrés del que sale debilitado en comparación con las grandes manifestaciones anteriores a la pandemia, si bien todavía exhibe músculo en la calle. Y de la duplicidad de convocatorias sale con un 'vencedor' por goleada, la Comisión 8M León, que reunió a miles de personas por los cientos que aglutinó el Movimiento Feminista de León.

León no fue más que otro de los escenarios de la división del movimiento feminista, que alcanzó su cúspide con las movilizaciones unitarias y multitudinarias de 2018. El primero en manifestarse, a las 18.30 horas, fue el Movimiento Feminista de León, que insistió en postulados que pasan por la abolición de la prostitución (“Los puteros no son clientes, son violadores”, rezaba una pancarta), la prohibición de los vientres de alquiler y la oposición a la Ley Trans, según expuso su portavoz, Encina Gutiérrez.

Con el respaldo de los principales sindicatos, partidos políticos como el PSOE (con la presencia de su secretaria de Organización en la provincial, Nuria Rubio, el alcalde de León, José Antonio Diez, o la alcaldesa de San Andrés del Rabanedo, Camino Cabañas) mientras las mujeres de la UPL hicieron doblete y organizaciones feministas, la Comisión 8M León salió media hora después de la Plaza de Guzmán. “Representamos a todas las mujeres; no puede haber exclusiones (...). A todas y a todes”, defendió su portavoz, Yolanda Rodríguez, para referirse especialmente “a las que están en los márgenes” y citar a las transexuales. “Los derechos trans son derechos feministas”, se podía leer en una pancarta.

Rodríguez no ocultó un sentimiento de “tristeza” por la división constatada este miércoles tras la “lección” de capacidad movilizadora alcanzada con la “huelga” del año 2018. “El movimiento feminista está lleno de debates”, asumió ahora que ha llegado incluso al seno del Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, que han exhibido diferencias sobre la necesidad o no de modificar la Ley del sólo sí es sí.