Volver a Picos de Europa y a Las Médulas: el turismo de León pide que no se olvide el patrimonio que se ha salvado

Sara Lombas

29 de agosto de 2025 21:31 h

Los incendios del mes de agosto han quemado parcialmente dos de los grandes motores turísticos de la provincia de León, especialmente en cuanto a patrimonio natural se refiere. Es el caso de la vertiente leonesa del Parque Nacional de los Picos de Europa, que ha sufrido dos incendios forestales entre los que destaca el que se originó en Barniedo de la Reina; y el paraje de Las Médulas en la comarca berciana, Patrimonio de la Humanidad, que quedó duramente afectado por el incendio originado en Yeres.

Las llamas han dejado cicatrices profundas en los paisajes de la provincia de León y en la vida de quienes viven del turismo rural. Sin embargo, los empresarios del sector insisten en que no todo está perdido y llaman a los visitantes a regresar a unos territorios que, pese al fuego, siguen conservando un importante patrimonio natural y humano que ha quedado intacto.

Reabre el Parque Nacional de Picos de Europa

El miedo por los incendios y por encontrar todo quemado y arrasado ha provocado un aluvión de cancelaciones en zonas tan turísticas como Picos de Europa, que se suman a los días que tuvieron que mantenerse cerrados por el peligro de los fuegos. Lo cuenta Laura Llamera, dueña del Refugio La Ardilla Real, en Santa Marina de Valdeón: “Aquí la gente viene a hacer actividades de montaña, pero al estar prohibida la circulación por el Real Concejo de Valdeón, prácticamente todas las reservas de dos semanas se cancelaron”. La cancelación fue un golpe económico serio: “Tenía muchas reservas, estaba lleno casi hasta octubre”.

Y es que la Junta de Castilla y León decretó la alerta extrema para varios municipios a los que afectaba especialmente el peligro de incendios en la provincia de León hasta el viernes 29 de agosto en las que se regulaba el uso del fuego en la naturaleza pero también el tránsito por los montes. De hecho, el viernes ha reabierto el reconocido refugio de Collado Jermoso y se permite el senderismo. El valle de Sajambre no se vio afectado por ningún fuego y el de Valdeón solo de forma parcial.

Además, según ha informado el Ayuntamiento de Posada de Valdeón, la senda del Cares está parcialmente abierta, pero con restricciones: el recorrido se permite solo en sentido de ida hasta el punto de corte total, en la parte asturiana, donde persiste el riesgo de desprendimientos causado por los incendios que ya obligó a clausurar esta parte de la ruta desde el pasado 13 de agosto, hace más de medio mes.

La pérdida turística, precisamente en agosto, ha sido incalculable, como coincide también Ángel Miguel Alonso Tornero, dueño de la Hospedería y Casa Rural Baudi, en Salamón. “Todas las reservas que había hasta octubre están canceladas. Solo un par de clientes vinieron, pero fue excepcional”. Pero no solo se trata de las pérdidas económicas, los vecinos como Alonso Tornero ven lo sucedido con profunda tristeza: “Yo soy nacido aquí. Ver lo de Riaño para arriba, lo de Boca de Huérgano… es que se te cae el alma a los pies”.

Es precisamente por ello que los vecinos se han unido para apoyar a sus hosteleros, motores de la economía de Picos de Europa. “La gente de este valle y de los valles aledaños están apoyando mucho en el bar y restaurante que tenemos, vienen a comer, a cenar. Está habiendo bastante unión y eso es bonito”, cuenta Llamera.

El hostelero que perdió su casa y su restaurante no pierde la esperanza

Javier Vega regentaba el restaurante Camiño Real en la entrada del pueblo de Las Médulas. Allí había construido su propio oasis con un patio repleto de plantas, un interior decorado con antigüedades en el que además se podía escuchar la música de su hijo, al que a veces se sumaban otros músicos que iban a parar a aquel lugar. También tenía allí su casa y ahora ambos, tanto restaurante como hogar, han sido completamente arrasados por el incendio de Yeres.

Vega recuerda aquel día con prisas y miedo: “Aquel día tenía a gente comiendo, me habían reservado unas mesas. De repente vi a vecinos gritando, la Guardia Civil diciendo que nos fuéramos. Yo recogí lo que pude y nos marchamos. El fuego bajaba rapidísimo, como el Coyote y el Correcaminos”.

Él y su mujer Marga abrieron el restaurante en el año 2006, poco antes de la crisis del 2008, que superaron como la provocada por el covid-19, hace cinco años. Ahora, su negocio ha sido pasto de las llamas. “Era un lugar especial”, recuerda Vega sobre su restaurante. Sin embargo, este hostelero ha decidido no rendirse y ya está buscando alternativas en pueblos como Carucedo para reabrir Camiño Real, ya que la buena comida y el saber hacer no ha perecido entre las llamas: “Yo soy más duro que los romanos. Mi idea es bajar a Carucedo, coger en alquiler un restaurante y seguir adelante. No será lo mismo, pero no pienso rendirme”.

Con todo, aunque reconoce que el daño es grande y que tardará años en recuperarse, Vega llama al turismo: “Que no den la zona por muerta, quedan los lagos o el aula arqueológica de Carucedo. Siempre he dicho que la naturaleza es sabia y todo vuelve a crecer. Yo pido que la gente venga, que coma en los restaurantes, que apoye a la comarca. Esa es la mejor ayuda que se puede dar”. Incluso, opina Vega, puede que la tragedia atraiga un nuevo tipo de turismo movido por el morbo.

La esperanza es un rasgo común entre los hosteleros también de Picos de Europa. “Que la gente no se imagine que esto está quemado porque no es así, el grueso del Parque Nacional está intacto”, aclara Llamera que opina: “En unos años se va a regenerar todo, porque lo que se ha quemado aquí es en gran parte monte bajo”. Alonso Tornero también encuentra motivos para no perder y asegura que ya ha visto brotar las primeras flores moradas en los terrenos quemados de Portilla de la Reina y, afirma igual que Vega, confiado: “La naturaleza es muy sabia”.