La Junta aprueba planes de choque para que sean los cazadores y no el lobo los que frenen las plagas de jabalí o ciervo

La Junta de Castilla y León tiene claro que las actuales plagas de especies como el jabalí o el ciervo, que causan daños, accidentes e incluso transmiten enfermedades, deben mantenerse a raya con las escopetas, perros y otras artes de los cazadores, y no aprovechando el hecho de que haya crecido en la Comunidad la presencia de uno de sus depredadores naturales, el lobo ibérico.

La apuesta es clara, la ha verbalizado el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y además se manifiesta este jueves con la coincidencia de la puesta en marcha de dos iniciativas del Gobierno autonómico que comparten Partido Popular y Vox, ambas reflejadas en el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCyL).

Por un lado, se aprueba y entra en vigor desde el llamado Plan de Gestión del Jabalí (sus scrofa), un plan de choque ante el aumento exponencial de esta especie en todas las provincias de la Comunidad a pesar, incluso, de que a lo largo de la última década hayan sido cazados más de 400.000 ejemplares, según la estadística oficial de la propia Junta. 

Con este nuevo plan en marcha, se adoptan una serie de medidas extraordinarias abriendo al máximo y sin límite temporal la facilidad para que los cazadores realicen más controles cinegéticos y aprovechando medidas tales como la visión térmica y nocturna o los cebaderos. Este Plan, que se prepara desde hace meses, determina una serie de municipios que considera oficialmente en “emergencia cinegética”: un total de 253 ayuntamientos de la Comunidad.

La lista de municipios con 'emergencia'

La otra medida impulsada a través del Boletín hoy es, precisamente, la declaración oficial de esa llamada “emergencia cinegética” en un listado de decenas de términos municipales, y no sólo por los daños del jabalí sino también y otros tipos de suidos silvestres similares, diferentes sus hibridaciones, y también contra el ciervo (cervus elaphus) y para mantener a raya el gamo (dama dama).

La suma total de municipios se eleva 253 ayuntamientos de la Comunidad. Destacan por orden descendente la provincia de Salamanca con 144 municipios en varias unidades veterinarias; Ávila con 80 municipio; Segovia, con 13, todos en la zona de Villacastín; y Palencia, con nueve, en el área veterinaria de Cervera de Pisuerga.

En el caso de la provincia de León se incluyen un menor número de municipios, todos ellos de la Montaña Oriental y algunos del Parque Nacional de Picos de Europa: Acebedo, Boca de Huérgano, Burón, Maraña, Oseja de Sajambre, Posada de Valdeón y Riaño. Pero la lista es mucho más numerosa en las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Palencia.

Un estudio y una posición política

Esta misma semana, un estudio de la Universidad de Valladolid y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIF) defendía que la mejor manera de mantener acotadas estas y otras especies era la selección natural, especialmente aprovechando la presencia de especies depredadoras como el lobo ibérico. Entre sus conclusiones, se destacaba la dificultad de los modelos actuales de caza recreativa para reducir de manera efectiva el tamaño poblacional de los ungulados silvestres (mamíferos herbívoros que se caracterizan porque sus patas terminan en pezuñas, como los corzos, jabalíes y ciervos) y los daños socioeconómicos que estos provocan cuando se encuentran en altas densidades.

Sin embargo, hoy Suárez-Quiñones ha negado la mayor, defendiendo que, como el Gobierno autonómico hace con ambas publicaciones, el control mayoritario sea el cinegético y no sus depredadores naturales. Su principal argumento, preguntado por ello, es que desde que en 2021 el lobo fue declarado 'no cazable' por introducir a esta especie el Gobierno en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección (Lespre), la población de este cánido ha crecido exponencialmente, “y eso no ha supuesto una disminución de los jabalíes”. En cambio, sí han producido, defendió, “muchos más daños” a la ganadería extensiva.

Preguntado por las cifras de aumento del lobo en Castilla y León, admitió el consejero que la actualización del censo oficial que realiza la Junta no ha concluido aún, pero rondarían a día de hoy “unos 2.000 lobos” en la Comunidad, cuando el último censo oficial de hace ya más de una década de quedaban por debajo de los 500. Pero insistió Quiñones en que ese estudio aún debe concluirse, después cotejarse con las autonomías limítrofes -para no contabilizar dos veces los mismos ejemplares o manadas- y finalmente remitir las conclusiones al Ministerio, a quien insisten que retire su protección, como Europa ahora parecer defender.