El chocolate, ese exquisito manjar que deleita los paladares más exigentes, tiene una historia y presencia destacada en la provincia de León. El Día del Chocolate se celebra el 13 de septiembre, es la excusa perfecta para saciar la gusa conociendo un poco más su historia en la provincia.
Un viaje a través del tiempo
El chocolate tiene una larga historia que se remonta a la época de las civilizaciones mesoamericanas. Los aztecas y mayas consideraban al cacao una bebida divina, reservada para los dioses y la nobleza. Fue a través de los colonizadores españoles que el cacao llegó a Europa y, posteriormente, a provincia de León.
Parte de esa historia se puede conocer de primera mano en el Museo del Chocolate de Astorga que cuenta con una colección museística única en España. Muestra el proceso de elaboración del chocolate, desde la recolección del cacao hasta su transformación en deliciosas creaciones. Alberga piezas que intervienen en la elaboración del mismo desde sus comienzos, por lo que este centro es todo un referente de su género. Además, se puede disfrutar de degustaciones y adquirir productos artesanales para llevar a casa como recuerdo de tu visita.
Un sabor de toda la vida
Cuando un leonés piensa en chocolate inevitablemente se le viene a la mente, y al olfato, el sabor de Santocildes. Y es que esta empresa familiar que lleva endulzando los paladares desde 1916 ha conseguido que el chocolate tenga apellido propio. Pero las hazañas de esta fábrica comenzaron al otro lado del charco, en Argentina, cuando el abuelo, de los actuales dueños, emigró con 20 años para casarse allí. La novia, la cual, era menor de edad, tuvo que falsificar la fecha de nacimiento para llevar a cabo el casamiento. Después regresó a España, nos situamos a comienzos del siglo XX.
“El abuelo era originario de San Justo de la Vega, en el entorno de Maragatería, que en aquella época era el epicentro de la industria chocolatera. Tras reflexionar sobre la implantación de otra fábrica de chocolate en su pueblo natal, tomó la decisión de trasladarse a una zona donde este mercado estuviera menos explotado. Y con esta decisión se llevó a cabo ubicándose en Castrocontrigo en 1916”, relata Patricia Fernández Castaño, directora de calidad e I+D+i.
En esta época la maquinaria era movida por agua, por lo que la fábrica se situó en un molino; más adelante se trasladó al centro del pueblo. “La pequeña empresa salió adelante gracias al pensamiento tan adelantado, para su época, del abuelo David”, asegura la actual gerente. Prueba de ello es que, Incluso, sobrevivió a la Guerra Civil y a los años de declive vividos posteriormente en España.
Carmina, una de las hijas de David, que junto a su marido Bernardino tomaron las riendas del negocio y continuaron con la tradición chocolatera en Castrocontrigo. Ellos son los padres de los actuales dueños, que tras el fallecimiento de Bernardino, la empresa pasó a sus manos. “Hemos sabido mantener en equilibrio la esencia y el buen hacer, que supo transmitir nuestro padre, tanto es así que la quinta generación ya trabaja mano a mano con nosotros, aportando el desarrollo y la innovación del siglo XXI”, explica Patricia.
Siguen partiendo de los mejores cacaos del mercado, tostados en bombo de leña de roble para remarcar los sabores y olores propios de este particular producto, provenientes de Ecuador, Ghana, Costa de Marfil, etc. Y si la materia prima es natural, sus procesos de elaboración apenas han variado desde 1916. “Se ha modernizado la maquinaria, aunque sigue siendo una fabricación casi manual”, puntualiza.
En lo que sí han innovado en la versatilidad del producto, ya que cuentan con 34 referencias de chocolates. Desde su buque insignia, el chocolate a la taza, hasta su especialización en cacaos puros, sin olvidar los chocolates de merienda con altos porcentajes de cacao. “Este chocolate lleva el sello leonés, pues en pocas casas falta para desayunar o merendar. En especial, su chocolate 75% con naranja natural o su 75% con frutos rojos (fresa, frambuesa y arándanos), premiados recientemente en los Great Taste Awards 2023”, comenta orgullosa Patricia, y no es para menos.
Esta familia de chocolateros centenarios lleva el amor al chocolate corriendo por sus venas, lo cual, se comprueba al probar cualquiera de sus elaboraciones.
Un placer saludable
Además de su irresistible sabor, el chocolate también ofrece una serie de beneficios para la salud. Estudios científicos han demostrado que el cacao contiene antioxidantes que pueden contribuir a la protección del sistema cardiovascular y mejorar el estado de ánimo gracias a su contenido de feniletilamina, conocida como la ‘molécula del amor’.
No obstante, es importante recordar que estos beneficios se obtienen al consumir chocolate de calidad y en cantidades moderadas. Los expertos recomiendan optar por el chocolate negro con alto porcentaje de cacao, ya que contiene menos azúcar y mayor concentración de antioxidantes.
Un gustazo culinario
El chocolate no sólo se disfruta en forma de tabletas o bombones, sino que también es un ingrediente versátil en la cocina. Aquí van unas ideas diferentes.
Leche frita de chocolate
Ingredientes:
- 1 litro de leche
- 200 gramos de azúcar
- 100 gramos de harina
- 100 gramos de chocolate negro
- Canela en rama
- Cáscara de limón
- Aceite de oliva virgen extra
- Azúcar glas (para espolvorear)
Preparación:
- En una cacerola, calentar la leche con la canela en rama y la cáscara de limón a fuego medio.
- En otro recipiente aparte, mezclar el azúcar y la harina. Incorporar esta mezcla a la leche caliente y remover constantemente hasta que espese.
- Añadir el chocolate negro troceado y continuar removiendo hasta que se integre completamente.
- Verter la mezcla en una fuente rectangular y dejar enfriar.
- Cortar en porciones individuales y freír en aceite de oliva virgen extra caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
- Retirar del aceite y escurrir sobre papel absorbente.
- Espolvorear con azúcar, glas y servir.
El chocolate en la provincia de León es mucho más que un placer culinario. Su historia, beneficios para la salud y la presencia de marcas destacadas como Chocolates Santocildes lo convierten en un símbolo de calidad y tradición.