La sequía deja a Riaño y Luna en sus peores registros de aporte de agua de abril y mayo desde hace décadas

Redacción ILEÓN / Agencia ICAL

7 de junio de 2023 13:19 h

La sequía de la primera parte de esta primavera deja unos registros de aporte de agua históricos en lo negativo para varios pantanos leoneses gestionados por la CHD (Confederación Hidrográfica del Duero). El dato es el peor de siempre en el caso del embalse de Barrios de Luna, con una reducción de un 73% con respecto al valor medio de entrada de líquido elemento en estos meses. La caída es todavía mayor (de un 77%) en el caso de Porma y Riaño, que no encuentran precedentes tan negativos en los últimos 28 años, según datos ofrecidos por el propio organismo de cuenca.

Barrios de Luna se quedó en un aporte de 17,50 hectómetros cúbicos frente al valor medio histórico de 73,95 hectómetros cúbicos. Pese a ello, muestra un buen estado, que se traduce en una ocupación al 81,9%. Por su parte, Porma y Riaño se quedaron en un 69,7% y un 68,3%, respectivamente.

En la otra cara de la moneda se sitúa el sistema Tuerto, con el embalse de Villameca, que mejora su situación con respecto al año 2022 hasta quedarse en un 86,2%, según informa la CHD. La situación de los embalses se puede consultar en el siguiente enlace.

En general, las condiciones extremadamente cálidas y secas de los meses de abril y la primera mitad de mayo provocaron que las aportaciones a los principales embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero registren el peor dato de la serie histórica de los últimos 28 años. 

En concreto, las entradas en este período alcanzaron los 230 hectómetros cúbicos en total, lo que supone una reducción del 78 por ciento respecto al valor medio para este período (1042 hectómetros cúbicos). La CHD expuso a Ical, que esta cifra se vio agravada por los consumos “disparados” provocados por el adelanto en dos meses de la campaña de riego ante el déficit de precipitaciones. 

La CHD explicó que las últimas semanas los caudales desembalsados en todos los sistemas de explotación se moderaron debido a las tormentas registradas en la cuenca que, aunque “no suponen grandes cantidades de agua distribuidas en general, sí están permitiendo limitar las demandas de agua a atender desde los embalses”. 

En este sentido, el organismo apuntó a que “sería conveniente que durante el mes de junio esta situación o incluso una situación de lluvias más repartidas y constantes se repitiera, permitiendo cambiar la tendencia y limitar los consumos”. De este modo, “las reservas nos permitirían afrontar el verano en una mejor situación”. 

Los responsables de la CHD defendieron su “interlocución máxima” con los usuarios del agua y recordaron que las reuniones mantenidas en los últimos meses con los representantes de los sistemas Carrión y Pisuerga-Bajo Duero, los más afectados de la cuenca por la situación actual. Ya se han realizado tres sesiones en cada una de las respectivas Juntas de Explotación y está previsto otro encuentro a mediados de este mes de junio con los usuarios del sistema Carrión“. Además, durante el mes de julio se llevarán a cabo nuevas sesiones de las Juntas de Explotación en todos los sistemas de la cuenca

Situación del resto de la cuenca

En el conjunto de la cuenca, la situación de las reservas a fecha actual (67,7 por ciento) es notablemente peor que la del año pasado (76,5 por ciento) y muy inferior al valor medio de los últimos 10 años (84 por ciento). Por sistemas, todos se encuentran en valores de reservas por debajo de la media para esta fecha, y la inmensa mayoría también por debajo de los valores del año pasado. 

Actualmente, los embalses del sistema Pisuerga (Aguilar, Cervera-Ruesga, La Requejada) se encuentran al 39,4 por ciento, convirtiéndose este dato en el peor dato de reservas de la historia para esta fecha, es decir, nunca estos embalses, a fecha actual, habían albergado menos agua que en este 2023, desde que hay registros comparables.

La reducción de aportaciones de entrada sobre los datos medios históricos a los tres embalses se sitúa en un 80 por ciento durante los meses de abril y mayo. Al déficit de precipitaciones de este año hidrológico se une además un final de invierno y primavera muy secos y un mes de abril y primera mitad de mayo con temperaturas extremas, lo que ha aumentado las demandas de regadío de forma considerable. 

En el caso del sistema Carrión (Camporredondo y Compuerto), a pesar de haber alcanzado un llenado completo de sus embalses al inicio de la campaña de riego, los niveles de reservas (62,8 por ciento) se sitúan casi 15 puntos por debajo de los valores de la última década. 

En este caso, el déficit de precipitaciones en los meses de abril y mayo alcanza el 75 por ciento, es decir, solo han entrado 17 hectómetros cúbicos respecto a los casi 68 del valor medio histórico para esos dos meses. 

En cuanto a los embalses de Porma (69,7 por ciento) y de Riaño (68,3 por ciento), las aportaciones durante abril y mayo supusieron un 77 por ciento menos que la media, también con el peor valor de la serie histórica de los últimos 28 años. 

En Burgos, los embalses del sistema Arlanzón (Úzquiza y Arlanzón) se encuentran 12 puntos por debajo de la media, y Cuerda del Pozo, en Soria, unos 17 puntos por debajo. El sistema Arlanzón registró una reducción del 84 por ciento de aportaciones de entrada a los embalses durante los meses de abril y mayo (entraron 3,36 hectómetros cúbicos respecto a los 21,28 de media histórica), reducción de aportaciones que fue del 77 por ciento en el caso de Cuerda del Pozo (9,89 hectómetros cúbicos de entrada frente a los 42,32 del valor medio histórico para esos dos meses). En ambos casos, también se trata del peor valor de los últimos 28 años. 

Las presas del Estado gestionadas por la CHD ubicadas en Segovia (Linares del Arroyo y El Pontón Alto) y Ávila (Castro de Las Cogotas) se encuentran en valores más o menos habituales, eso sí, con una reducción de aportaciones en abril y mayo del entorno del 76-79 por ciento, suponiendo el peor dato de los últimos 28 años para los dos embalses segovianos. 

Mientras, en Salamanca, el embalse de Santa Teresa se sitúa unos once puntos por debajo de la media de la década, con el valor de aportaciones más escaso de su cuenca en los meses de abril y mayo: 24,19 hectómetros cúbicos frente a las 173,60 del valor medio histórico, lo que supone una reducción del 86% y el peor dato registrado hasta la fecha.