Javier Chamorro: “Nos han sobrado peleas internas y nos ha faltado capacidad de hacer entender la utilidad de darnos el voto”

Elena F. Gordón/Ical

La próxima semana, un día después de que cumpla 44 años, el secretario general de la UPL Javier Chamorro presentará su renuncia en el Ayuntamiento de León, donde ejerce como concejal desde 1999. También abandona la secretaría general del partido, que ocupa desde hace tres años y medio y a la que llegó para sustituir a Melchor Moreno. Le ha tocado vivir grandes crisis internas de la formación, con decepciones personales incluidas, y se reconoce desilusionado para acometer una reconquista del electorado leonesista. Dice que espera vivir para ver la autonomía del Reino de León y considera que no es muy buen político porque cuando miente se le nota.

¿Por qué se metió en esto de la política?

Soy leonesista desde que era un niño, desde que León entró en la Comunidad. Mi padre me inculcó el amor por León, por sus tradiciones y por su cultura, y en un momento dado, conocedores de ese leonesismo, hubo personas en la UPL que me ofrecieron la posibilidad de incorporarme al proyecto y lo hice con toda la ilusión del mundo en un partido que defiende la autonomía de León.

¿Por qué irse y por qué ahora?

Desde el primer día dije muchas veces que la política era algo temporal, que no debe ser una profesión aunque una gran parte de los políticos lo entienda así. Catorce años ya son muchos y hay que dejar paso a gente nueva. El tiempo está demostrando que yo no soy la persona capaz de levantar a la UPL en ese lento retroceso que viene sufriendo desde hace años, la persona que se necesita para dar un vuelco y recuperar apoyo social y el último servicio que puedo es irme con tiempo suficiente para que el nuevo secretario general forme su equipo y proyecto de futuro y trabaje con tiempo de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2015.

¿Se va por desilusión?

Sí, desilusión conmigo mismo, también con los resultados y falta de ideas para darle un vuelco a la UPL. Veo que es necesario hacer algo diferente y yo no sé cómo recuperar el apoyo social que el partido tuvo hace años.

¿Ve esa capacidad en sus posibles sucesores?

Sí, veo en los dos esa fuerza, esa energía y el empuje y las ganas de alguien que se presenta a un cargo como es el de secretario general. Y espero que también puedan darle un toque diferente al partido para recuperar la confianza de la gente que la ha perdido. Los dos son históricos del partido, buenas personas, educados, dialogantes y hombres de partido. No hay ni un solo ataque y descalificación personal más allá de propuestas de cambios.

UPL siempre ha sido un poco personalista, de líderes y nombres propios. ¿Cree que debe ser más coral?

Debe ser más coral. De hecho, creo ello contrubuiría al éxito de UPL. La época de los líderes carismáticos ya pasó, pero en la UPL, en general en la política. Es más importante que prevalezcan las ideas, las siglas y un grupo de trabajo. Yo no creo necesario un líder carismático sino gente seria con credibilidad que integre a ciertos sectores que pueden haberse alejado en los últimos años.

¿Qué le ha faltado a la formación para obtener mejores resultados electorales y lograr, por ejemplo, representación parlamentaria en Madrid?

Nos han sobrado peleas internas y nos ha faltado capacidad de dar a conocer a los votantes nuestros planteamientos y hacer entender la utilidad del voto a UPL. Quizá no hemos sabido vendernos, concienciar a los leoneses de la importancia de que haya un partido que no sea PP o PSOE. A día de hoy sigo sin entender que en una tierra como la leonesa en la que es habitual que se hable de las injusticias de esta Comunidad Autónoma, el agravio con Castilla o Valladolid cuando llegan las elecciones arrase el PP para elegir a nuestros representantes en las Cortes de Castilla y León. Mejor será el representante de un partido que no tenga jefes en Valladolid o en Madrid... es tan obvio que habrá que achacárselo al partido; no hemos sabido hacerlo.

¿Por qué consideran que la Junta es tan mala para León?

Cuando León entró en la Comunidad era la provincia más poblada y la primera o segunda en renta per cápita en Producto Interior Bruto. Hoy no somos la más poblada y en renta per cápita en PIB tenemos una batalla por ser la octava o novena con Zamora. Si a la parte económica unes la anulación de la identidad leonesa, que se niegue la existencia de una región que es un cuarto del escudo de España, es obvio. Si León fuera hoy el Reino de León, una comunidad autónoma seguiría siendo Objetivo 1 de la Unión Europea y recibiendo dinero. No lo recibimos porque Valladolid y Burgos suben la media... son tantas cosas.

Dígame algo de lo que se arrepienta en política, por acción u omisión...

Me puedo haber arrepentido en ocasiones de hacer lo que tenía que hacer, dicho con muchas comillas. Hay políticos que buscan el voto y obran pensando en esa rentabilidad y yo he hecho cosas que creía que debía hacer aunque electoralmente no fuese bueno.

¿Cuál es su mayor frustración política, aparte de no tener la autonomía para León?

La mayor es no ver la autonomía pero espero vivir para verla. Además, la cuestión económica; da pena ver cómo está la provincia, con el paro, la despoblación, la situación de la minería...todo. León siempre fue solidario y con nosotros creo que no se están siendo.

¿Qué le ha dado el leonesismo a Javier Chamorro y qué ha aportado usted?

La satisfacción de luchar por esa idea durante muchos años, conocer a gente encantadora, leonesistas de corazón, que trabajan desde distintos lugares por esta tierra y momentos muy bonitos. Yo, hay quien dice que le he dado una imagen de tranquilidad, de estabilidad. Los que me quieren dicen que gracias a mi el descenso no ha sido mayor y los que no me quieren dicen que por mi culpa estamos peor y que he hecho muchas cosas mal.

¿Cuáles han sido su momentos más difíciles en la formación?

El momento en el que se produjo la escisión de José María Rodríguez de Francisco (que luego fundó el Partido Autonomista Leonés-Unidad Leonesista, PAL-UL). Hubo mucha tensión, me dio pena, era un proyecto que se rompió y fue lo peor dentro de mi actividad política.

¿Cree que algún día el sentimiento leonesista se agrupará sólo en unas siglas?

Ojalá. Si yo era parte de un problema para esa unión, supongo que ahora se facilitarán las cosas. He pensado que mi marcha hará más fácil esa unificación.

¿A qué ha tenido que renunciar por el bien de su carrera política?

Sobre todo a una vida tranquila. Los problemas de la política te los llevas a la cama y sigues dándoles vueltas, sobre todo cuando gobiernas y no hay dinero, y te amenazan con cortar la calefacción de los colegios o ves que no hay para pagar las nóminas. Y a un mayor disfrute de la vida familiar. Hubo una época en la que mis amigos ya me obviaban. Ahora sé que el sábado o el domingo voy a poder estar con mi hijo.

Usted cogobernó el municipio en época de vacas gordas, ¿Cree que se cometieron excesos en León?

De gordas y de flacas, que la crisis empezó en 2008. Es muy injusto juzgar comportamientos pasados con una mentalidad de ahora. Hace ocho o diez años toda las administraciones hacían muchas inversiones pero es que los ciudadanos te las pedían. Tú ibas a cualquier barrio y te pedían muchas cosas... los ciudadanos estaban en esa dinámica también. Si alguien preveía la crisis, que lo hubiera dicho. Ahora me dices que si empezaría una gran obra y a lo mejor hoy lo vería distinto pero entonces la mentalidad de todos era otra. Criticar en los bares es muy fácil.

¿Piensa que el aeropuerto de León es innecesario como sostienen algunos?

El aeropuerto de León es imprescindible para el futuro, para permitir la llegada de turismo, de congresos, de gente que venga a trabajar... Si queremos una capital marginal, pequeña y anclada en sí misma entonces sí sobra, pero si buscamos una ciudad con futuro, con oportunidades para la gente de aquí y para que venga gente necesitas infraestructuras y el aeropuerto es fundamental. ¿Que cuesta? Ya.

¿Cuál es el mejor político con el que ha tratado?

Mario Amilivia (PP) es muy buen político, Francisco Fernández (PSOE) también, y en mi partido los hay como Lázaro García Bayón y como lo era De Francisco. En el ámbito autonómico, Juan Vicente Herrera, aunque representa a todo lo que yo más odio en política que es la Junta y esta Comunidad y nunca le votaría, reconozco que es un gran político, con capacidad de trabajo, buena oratoria y muy agradable en las distancias cortas. Yo muy bueno creo que no soy porque soy incapaz de decir lo contrario de lo que pienso, lo que no me creo, o lo contrario de lo que dije hace un tiempo. Si lo hago se me nota.

¿Cree que llegará a ver la política con ojos de ciudadano de a pie?

Creo que nunca la veré como un ciudadano que nunca ha estado en política. Sé las dificultades que tiene, que no todo es tan fácil ni tan cómodo ni tan bonito. Hay muchos momentos difíciles, duros y esa parte yo la voy a saber siempre. Cuando yo vea a los políticos dentro de unos años los veré sabiendo lo que es estar ahí.