El diputado de Izquierda Unida por Asturias, Gaspar Llamazares, ha registrado en el Congreso una Proposición No de Ley de pleno reconocimiento de la lengua asturiana en el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) en la que insta al Gobierno a que solicite a la Academia que estudie cuatro modificaciones en las entradas del diccionario referidas a ella. Según explica en una nota de prensa, el diputado pretende que la RAE defina adecuadamente la categoría lingüística y la importancia cultural, histórica y política de esta lengua. Llamazares ha invitado a la RAE a dejar atrás “sus prejuicios sobre nuestra lengua, olvide planteamientos lingüísticos totalmente caducos y otorgue un trato de igualdad con el resto de lenguas del Estado”.
Las demandas de IU son que la Academia modifique la actual acepción deasturiano (“se dice de la variedad asturiana del dialecto romance asturleonés”) y la sustituya por “lengua romance que se habla en Asturias y otros territorios del antiguo reino asturleonés”. Además, ha pedido la modificación del términobable, actualmente descrito como “dialecto de los asturianos”, para que rece simplemente “lengua asturiana”. La tercera modificación exigida por el diputado es la de asturleonés (“se dice del dialecto romance nacido en Asturias y en el antiguo reino de León como resultado de la peculiar evolución experimentada allí por el latín”). Llamazares ha propuesto una nueva acepción: “se dice de la lengua romance que se habla en Asturias y en el antiguo reino de León”. Por último, la cuarta variación se refiere a la sexta y séptima acepción deleonés, que figuran “como dicho del dialecto romance”. El diputado asturiano propone que la nueva definición sea: “dicho de la lengua romance”.
Informe de 2012
Llamazares argumenta que la RAE “sigue ignorando nuestro idioma en su diccionario, manteniendo una definición casi invariable en sus veintitrés ediciones” a pesar de que la lengua de Asturias está reconocida por la legislación, cuenta con instituciones de prestigio científico que avalan su desarrollo, como la Universidad de Oviedo, y una Academia de la Llingua Asturiana. En el año 2012 un informe ya solicitó a la Academia cambios en las entradas de asturiano, bable, asturleonés y leonés. Estaba avalado por profesores universitarios de Asia, Europa y América. Llamazares lamenta la reacción de la institución a ese estudio: “Pese a sus buenas palabras iniciales, hizo caso omiso a la petición de la comunidad científica internacional y la sociedad asturiana que lo reclamaba”.