La decisión última de los recortes en las líneas de autobuses que ha diseñado el Ayuntamiento de León para optimizar recursos y que afectan a todas las líneas menos a la línea 1, es una competencia de la Comisión de Gobierno y no del Pleno tal y como ha significado este viernes el portavoz del Equipo de Gobierno, José María López de Benito.
El propio López de Benito ha asegurado que el asunto ya se ha tratado en la Comisión Informativa y sólo resta el visto bueno final de la Comisión de Gobierno, e incluso ha explicado que desconoce si la operación, la supresión de 15.000 horas, conlleva pérdida de puestos de trabajo.
Los representantes de la empresa y el Grupo Municipal Socialista han estimado que el recorte implica una pérdida de medio millón de usuarios, además de los 250.000 que ya se han quedado por el camino entre 2011 y 2012, y entre diez y doce puestos de trabajo.
El portavoz del Equipo de Gobierno aseguró que desconocía esta circunstancia, aunque ha explicado que en todo caso si así fuera sería un problema de la propia empresa, Aulesa, y que en este sentido nada tiene que decir el Ayuntamiento.
Engañados
Ante la afirmación de los trabajadores, que han asegurado que se sienten engañados, ya que incluso habían aprobado reducir los salarios a cambio de no tocar ninguna línea, López de Benito ha señalado que en esta operación ha primado la eficiencia del servicio en aquellos casos en los que el flujo de viajeros no supera el 20%.
La oposición socialista ha vuelto a reiterar que se ha hurtado a buena parte de los representantes de los leoneses un debate en el pleno, sobre un asunto que atañe al bolsillo del viajero, porque estos reajustes a la baja implican una subida de los precios del billete.
López de Benito ha negado que vaya a producirse una subida de estos precios y ha insistido en que toda la operación sólo busca racionalizar este servicio deficitario.