Desde el Románico hasta el Plateresco

Breve relato, madurado, de un paseo con historia, caminando por la Ruta Jacobea, que por Legio discurre, Margarita Torres, moviéndose en política municipal con el PP de León y apoyada por el autonómico,  con Mañueco como director de orquesta, empezó la sonata electoralista, sin bendecir la partitura. 

Tirando de prisas, pero en tempo, el día 15/4, acudió, no de caminante, pero sí con la peregrina intención de presentar a los medios, su lista a las municipales legionenses, con foto incluida, eso sí, pensaba que acompañada, ante la puerta de San Isidoro…, no la del Perdón, sino la principal, la del galopante y victorioso Santo, espada en mano. ¡Sin éxito!

Alguien a su espalda había dado el aviso, “en tiempo y forma”, lo de la alevosía de no dar la cara es otra cosa. Allá en el centro del poder autonómico, donde todo lo leonés está controlado, y partidistamente tanto o más, lanzaron el PP aviso: ¡No está bendecida “su lista”, que nadie se apreste a la foto! 

Parece ser, que, en “su inocencia”, algunos de los propuestos habían pedido permiso a los jefes autonómicos para ir, o éstos les conminaron para que no fueran. Un gran matiz diferencial, que ella, si no lo ha  hecho, debería sopesar.  Siempre que uno acuda con criterio y no con el trágala ya puesto de casa. 

Por teléfono empezó a recibir acordes, Margarita, y sobre ellos, tocados a tecla partidista, los mandamás autonomistas del PP le susurraban, bastante más que a media voz: ¡Retira la lista, no vas de salvadora de nada!

La soledad de la aspirante a alcaldesa de León

Resultado, la soledad de la aspirante a alcaldesa, más profesora que política. que de puro silencio portical isidoriano –¡En desairada soledad!– se hizo sonora la presentación. Dicho en román paladino: ¡Dio el cante! Disculparse con vacilante balbuceo, fue lo siguiente, luego… volver por donde había venido. Supongo que con la lección bien aprendida, esto es, saber quién manda, y quién debe obedecer.  Nada como escarmentar en la propia cabeza.

Tal parece que cuando uno se mete en política tiene que estar en todo momento dispuesto a la obediencia, a ser posible ciega, de todo cuanto les vienen ordenado quienes han conseguido llegar a lo más alto sea por méritos, sea por carambola. Si no que le pregunte a Silván precisamente, quien le ganó Mañueco en Salamanca en el modelo primarias, en marzo de 2017, durante el intento de ocupar la vacante que dejaba Herrera como presidente autonómico del PP. Lo de la limpieza, no estuvo claro, pero lo de esplendor, ¡menos!

Sepa el lector, que, con la mejor intención interpretativa, estoy intercalando frases y situaciones, con buscada redundancia, que se pueden asimilar bastante a la realidad, y no por pura coincidencia. 

El 'nudo de la obra' no lo pudo interpretar la historiadora y el desenlace le fue impuesto, lo quiera o no interpretar así. 

Urgía resolver el tema, no le interesaba al partido que la candidata de Mañueco, la que estimaba conveniente el prócer, nada leonés él, (siendo de Salamanca), y “mucho castellano” en su proceder, podía frenar al leonesismo y competir por la alcaldía legionense con los socialistas, quienes en la voz, apuntan maneras leonesistas, pensando que a ella no le son ajenas tales formas…

A la orilla derecha del Bernesga, en su sede, el PP elabora pronto otra lista, conservadora, nombres y actitudes oportunas, según manual. La corregida aspirante a corregidora municipal legionense, no está presente. Lo interpretable, de la ausencia, no es otra cosa que la asunción de la lista que, con pulso y púa, la quieran pautar, pues cabezonamente, como el comediante, Joe Rígoli,  en TV, “yo sigo”, decía Margarita, en franca postura conservadora. 

El mensaje: “las órdenes las damos nosotros”

El mensaje que la hicieron llegar era firme: “los nuevos y el orden lo decimos nosotros... ¿te enteras de la historia?”. Y como experta en juntar y valorar acontecimiento, su profesión y práctica... ¡Claro que comprendió! Y asumió, los arreglos, nominal y ordinal... ¡Y a seguir!

Con otra lista en el bolso, sin mostrar discrepancias por ausente destemplanza, aceptada, siguió el camino, la ruta, “de iglesia a iglesia” y me fotografío porque toca, se colocó con los componentes el día 18 de abril, ante el pórtico eclesial de San Marcos, en línea con el plateresco, para decir, más o menos: “A lo mejor me equivoqué” el otro día, pero di la cara para desconvocar. Sin presiones.    

El porqué partidista se lo calla... ¡Si es que lo conoce! Se engaña o quiere confundir a los leoneses. Yo entiendo que su papel se llama sumisión y bien que me duele tener que interpretarlo así, y más aún, con relación al ente que nos asola, pues parece encarnar el papel bien definido de colaboracionista. 

Ante la fotografía y San Marcos sin que sea propiamente deriva, termino con el pensamiento en el mordaz Quevedo, allí alojado, como dejó dicho Crémer en su libro sobre San Marcos, prisión, refiriéndose a los apresados en la incivil contienda, y para éstos añadió, “muertos dentro del miedo”.  

Nuestro genial convecino, siempre irónico, y por supuesto mordaz, con gracejo a conveniencia; sobre la política apuntó: “deformación literaria del ser humano”, como muestra de sus dudas.

Lo simbólico se torna explicativo.