ð Viene de la trigésimoquinta parte
Durante los días de ruta caminaremos sobre todo tipo de superficies: asfalto, gravilla, caminos pedregosos o arenosos… Además lo haremos bajo el sol o la lluvia, por terrenos llanos o subiendo y bajando algún puerto. Si la mochila era nuestra mejor compañera de viaje, el calzado será el fiel guardián de nuestros cansados pies cuando la aventura se ponga seria. Escoger un buen calzado es el primer gran paso para hacer el Camino de Santiago, una decisión que puede llegar a ser fundamental, algo que agradeceremos casi en cada paso que demos o algo que llegaremos a odiar por ser fuente de dolores, ampollas o rozaduras.
Una importante recomendación, sea cual sea el tipo de calzado que vayamos a utilizar, es complementarlo con unas buenas plantillas acolchadas. Ahora mismo podemos conseguir en cualquier farmacia u ortopedia unas estupendas plantillas de silicona, por ejemplo, que mejorarán nuestro caminar notablemente. Otro consejo es aplicar vaselina en nuestros pies antes de calzarse para evitar así rozaduras. Y también preocuparse de que no queden arrugas en el calcetín al ponérnoslos evitará problemas durante la ruta.
También debemos fijarnos en la talla. Nunca deberemos tocar la punta del calzado con los dedos del pie. Debemos dejar un pequeño espacio para que el pie se mueva con más libertad dentro del calzado y no nos llegue apretar. En este sentido tampoco debemos atar muy fuerte nuestras botas o zapatillas, los pies deben de estar firmes pero cómodos.
Por último, pero no menos importante: utilizar calzado usado. Esto no es una recomendación, es casi una obligación. Nuestros pies ya deben estar acomodados a él antes de empezar a caminar para evitar problemas que pueden ser menores en nuestra vida diaria pero que nos pueden amargar definitivamente el viaje en el Camino de Santiago. Si no disponemos de un buen calzado y tenemos que comprarlo, lo ideal es hacerlo 2 ó 3 meses antes y utilizarlos durante nuestra preparación, para ir adaptándonos a ellos.
Tipos de calzado
Las botas o zapatillas de trekking son las más adecuadas para nuestro reto. Están diseñadas para este deporte y preparadas para caminar sobre todo tipo de superficies.
- Botas: la principal ventaja de usar botas es que mejoraremos la sujeción del tobillo. Ahora bien, no es recomendable usar botas de montaña de caña alta porque suelen ser bastante pesadas y rígidas. Lo mejor serán unas botas de caña media e inclinada, para que se adapten perfectamente a nuestros pies y no tengamos ninguna molestia. Además deberán contar con un buen sistema de lazado y una lengüeta acolchada que nos dé comodidad y seguridad. Respecto a los materiales es recomendable que tengan refuerzos de caucho, especialmente en talón y puntera. También una suela de caucho carbono de doble densidad nos proporcionará una mayor adherencia y resistencia. Este sería el calzado recomendado para los meses de invierno, eso sí, con una membrana impermeable para mantener los pies secos cuando la lluvia arrecie. En verano pueden resultar demasiado calurosos para nuestros pies.
- Zapatillas: las zapatillas de trekking son quizás la mejor opción de todas, especialmente en primavera y en verano, cuando podrán mantener nuestros pies transpirados. Son ligeras y permiten una mayor cantidad de movimientos, nuestros pies se sentirán más libres. Mucho mejor si son resistentes al agua y cuentan con una buena plantilla.
- Sandalias: lógicamente esta es una opción perfecta para el verano. En la actualidad encontramos en el mercado sandalias perfectamente adaptadas y desarrolladas para caminar. Son ligeras y nuestros pies se mantendrán frescos. Además también nos proporcionarán un descanso para nuestros pies cuando termina la caminata y pueden, gracias a este doble uso, sustituir a las chanclas.
Al finalizar la etapa
Uno de los mayores placeres del peregrino es llegar al albergue y quitarse el calzado. Nuestros pies cansados e hinchados por el esfuerzo lo agradecen muchísimo. Las chanclas permitirán respirar al pie y le darán descanso. Y una vez duchados es bueno comprobar que todo está bien y no tenemos ningún tipo de rozadura o ampolla. Si aparece el mínimo atisbo de ampolla es recomendable usar alguna tirita o unos apósitos de silicona tipo compeed para frenar el problema.
ð Sigue en la trigésimoséptima parte