¿A favor o en contra de eliminar la monarquía y las autonomías?

Imagen recreando la consulta de 2014 en Cataluña.

A nivel comercial ya es una estafa, y tendría gracia que sólo te vendieran fideos si los compras con lentejas. Te pueden hacer un descuento si compras juntos los fideos y las lentejas, pero no puede ser obligatorio comprarlos juntos.

Y a nivel político ya es de risa. Por no llorar, vaya.

En este mundo de trileros que parece querer normalizar el Gobierno, cabría convocar un referéndum en el que, a la vez, nos preguntaran si queremos república y centralismo. ¿Por qué no? Y sin poder desvincular los dos temas, porque sólo se permite una respuesta para ambas. ¿Quiere usted eliminar la monarquía y el Estado de las autonomías? Sí o no.

Yo, por ejemplo, votaría a favor, aunque con inmensas reservas en los dos sentidos. ¿Qué clase de República me ofreces, de las muchas que hay? ¿Qué clase de centralismo compro, de los muchos que existen? Pero vale, a lo mejor compensa. Sin embargo, sospecho, estoy casi seguro de que entre los lectores de este medio habría mucha gente descontenta con semejante convocatoria. Y en el lado derecho del espectro político, seguro que había más gente insatisfecha. Y con razón, porque es un timo.

Al final, se trataría de un trágala en que la propuesta saldría muy probablemente rechazada, y el trilero de turno nos vendría a contar que los españoles estamos en contra de la república y a favor de las autonomías, porque ambas salieron reforzadas en referéndum.

¿Y qué tal si preguntamos por una reducción de la jornada laboral y una entrada directa de nuestras tropas en la Guerra de Ucrania? O mejor aún: ¿Subida de las pensiones y entrada en la guerra? Dinero para los viejos y muerte para los jóvenes, venga. ¿Por qué no? Y si no quieres ir a la guerra es porque quieres que tu abuela pase hambre. Con un par.

A estas alturas es más que obvio que los políticos nos toman por gilipollas, pero lo que estamos viendo estos días supera el umbral de lo tolerable. Mezclar medidas en un decreto, para que se aprueben todas o ninguna es un ejercicio de cinismo que no se puede defender por aquello del forofismo y apoyar los propios colores, en plan futbolero. Debatirlo siquiera es caer en la profundidades del nivel lógico, dando carta de naturaleza a un engaño impropio de la más elemental higiene política.

Si es ahí donde estamos, mejor que nos gobiernen Gates y Musk cuanto antes, y acabemos de una vez.

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