Los restos de Jesús Guerrero, asesinado por los franquistas en Jaca en 1938, ya descansan en el cementerio de Horta

La familia de Jesús Guerrero García ha podido finalmente dar sepultura a sus restos tras 87 años de su asesinato perpetrado por tropas franquistas en Jaca durante la Guerra Civil. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) exhumó sus restos en el verano de 2024 en el cementerio municipal de la ciudad oscense, confirmando su identificación por análisis genético, y permitiendo así un reencuentro histórico y personal largamente esperado por su familia.

Jesús Guerrero nació en Horta en el municipio de Corullón, en el Bierzo. Fue movilizado forzosamente a filas por el ejército franquista e integrado en el Regimiento Zamora N.º 20 como soldado de reemplazo de la quinta de 1936. Con apenas 22 años, intentó pasarse al Ejército Popular de la República, una decisión que le costó la vida. Fue fusilado el 12 de enero de 1938, como tantos otros jóvenes en esas fechas “cuya voluntad de libertad fue castigada con el máximo rigor”, según la ARMH.

Durante décadas, su cuerpo permaneció inhumado en una fosa del cementerio de Jaca junto a otros soldados en circunstancias similares. No fue hasta julio de 2024 cuando la ARMH emprendió la exhumación, localizando sus restos y los del también represaliado Fausto Lalaguna. Estos trabajos, promovidos por la solicitud de las familias y apoyados por el trabajo investigador de asociaciones memorialistas y arqueólogos, permitieron finalmente que Jesús Guerrero regresara a su tierra natal.

Este sábado 25 de octubre de 2025, a las cinco y media de la tarde, la familia de Jesús recibió sus restos en la antigua casa familiar de Horta, el mismo hogar que tuvo que dejar para ser movilizado. Soltero en vida, en el emotivo acto de recibimiento estuvieron presentes varios de sus sobrinos, quienes quisieron agradecer públicamente la labor de la ARMH. En especial, Beatriz, sobrina nieta del homenajeado, expresó su gratitud por el generoso trabajo realizado; mientras Generosa, otra sobrina, leyó un emotivo texto destacando la trascendencia personal y familiar de poder recuperar a su ser querido tras tantas décadas de ausencia y silencio obligado.

“La resignificación de la memoria de Jesús Guerrero representa una victoria colectiva para quienes siguen luchando por la verdad y la reparación de las víctimas del franquismo, devolviendo al fin dignidad y justicia a quienes la historia oficial había intentado borrar”, apunta la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.