“La crisis influye en la solidaridad de nuestros bolsillos, no en la afectiva”

Miryam Martín

Josefina Herrero, encargada de la Administración y Gestión de las Obras Sociales además de la atención directa a los usuarios de la Sociedad San Vicente de Paúl (SSVP), nos cuenta la perspectiva de la crisis desde quien se encuentra 'al pie del cañón'.

Desde la perspectiva que te otorga tu trabajo, ¿cuáles son los principales aspectos en los que se ha notado la crisis?

Podemos resaltar fundamentalmente dos. Por un lado, se ha percibido un importante aumento en el flujo de personas que demanda la utilización de nuestros centros así como el incremento de días en la estancia. Antes muchos de ellos sólo pernoctaban unos días y en estos momentos, esa tendencia se ha modificado pasando a prolongarse más. También, usuarios que hacía muchos años no hacían uso de nuestros servicios han vuelto a pasar, normalmente, por pérdida de empleo o para encontrar orientación en la búsqueda de vivienda.

En lo que respecta a los apoyos económicos recibidos, éstos se han reducido significativamente, por el momento de crisis en el que vivimos, sobre todo en lo que respecta a la administración local que ha hecho un recorte drástico en la firma de los últimos convenios, con el perjuicio que ello conlleva.

Ante esta situación ¿de dónde recibís ayudas para mantener vuestros planes de acción?

En estos momentos, los pilares que sustentan nuestros programas son los de la administración autonómica y estatal. También muy apreciada es la colaboración que mantiene con nosotros la Obra Social Franciscana. Por otra parte, la Obra Social de Caja España-Duero ha estado siempre presente cubriendo dentro de sus posibilidades -la crisis afecta a todos- las peticiones de ayuda que hemos solicitado. Por último, no podemos olvidarnos de nuestros socios benefactores que aunque en menor número, también hacen posible que nuestra labor salga adelante.

¿Cómo es el perfil medio de las personas a las que ayudáis?

El perfil de las personas que acuden a los Programas para el colectivo de transeúntes son fundamentalmente varones jóvenes con problemas familiares, personas de mediana edad separadas o divorciadas, mujeres víctimas de malos tratos, toxicómanos o ex-toxicómanos, enfermos mentales e inmigrantes.

No obstante, un colectivo en alza es el de personas con un nivel educativo y cultural alto, pero que no por eso se escapan a veces de caer en las problemáticas enumeradas.

¿Se ha modificado dicho perfil desde que comenzó la crisis? ¿Hacia que tipo de personas ha evolucionado?

Principalmente se ha notado en la reducción de la edad y en una feminización de la precariedad y marginación social. Es ahora más necesario que nunca estructurar un modelo de atención que represente una oferta lo más cercana y adecuada posible a una realidad que quizás sea, el límite más dramático del proceso de ruptura social.

¿Es la sociedad una comunidad hostil con los que más lo necesitan o por el contrario, actuamos en conjunto, de manera solidaria?

Bajo mi punto de vista, la crisis influye mucho en la solidaridad que afecta a nuestros bolsillos pero no tanto en la solidaridad afectiva. La sociedad es solidaria en lo que respecta a esta última, aquella en la que uno da y saca lo mejor de sí mismo para ponerlo al servicio de lo que más lo necesitan sin recibir nada cambio.

Casa Hogar San Vicente de Paúl

Estas personas son gente sencilla y anónima que en muchas ocasiones, son las que por haber carecido de ciertas cosas en algún momento de su vida se dan cuenta con mayor claridad de todo ello. Por el contrario, los más ricos no son los más generosos, aunque siempre te encuentras con alguna excepción que como a nosotros, nos alegra las Navidades.

¿Habéis desarrollado algún tipo de medida especial para las personas que han sido gravemente afectadas por la coyuntura económica?

En este sentido, la principal medida que se ha tomado ha sido la de ampliar los tiempos de estancia a los usuarios que demostraban interés por salir de la situación en la que se encontraban.

¿Consideras que ha sido relevante el papel de las instituciones para proteger a la población? ¿Cuál ha sido el papel de las ONG?

La implicación de las instituciones, pese al momento que vivimos, es cada vez mayor siendo lo más alentador el interés creciente que hay por parte de las diferentes entidades y ONG's. Han pasado de basar su participación en la observación y divulgación del problema a la implicación directa en él.

Con esta actitud se ha hecho ver a todos los agentes sociales implicados que existe una crisis real y que está afectando a personas muy cercanas. La única forma de afrontarla es la colaboración en conjunto, pero especialmente la de las administraciones que son las que deben asegurar un garantía de derechos a todos los ciudadanos, procedan de donde procedan.

Por tanto, ¿hacia donde deberían orientarse las medidas tomadas por las instituciones?

El camino está en la información y difusión de los derechos que asisten a los ciudadanos –ayudas, prestaciones, subsidios, formación- y en la implicación y esfuerzo en la reactivación de las políticas de empleo, sobre todo para las personas a las que la crisis ha puesto en una situación más difícil casi al borde de la exclusión; algo que entre todos tenemos que lograr para superar la situación en la que nos encontramos.