El Esla rompe récords en el campeonato del mundo de Aguas Bravas de Sabero

Un participante en el Campeonato del Mundo de Aguas Bravas en Sabero.

Elena F. Gordón / Agencia ICAL

El afluente más caudaloso del río Duero, el Esla, cuyos 287 kilómetros recorren de norte a sur las provincias de León y Zamora, se presenta como un tesoro para los profesionales y aficionados al piragüismo a su paso por el municipio de Sabero. Un brazo natural que forma su trazado alberga un canal, el Sabero-Alejico, de unos 300 metros de longitud que lo convierte en un paraje único.

Por eso, no es casualidad que haya sido elegido como sede del Campeonato del Mundo de Aguas Bravas, concitando la presencia de cerca de 300 deportistas procedentes de 27 países de los cinco continentes, acompañados de otro centenar de entrenadores y personal técnico. De esta forma, el municipio leonés se convierte en el más pequeño de los que han acogido esta competición en su historia y, al mismo tiempo, el que mayor participación ha logrado en sus más de 60 ediciones. 

“Estamos 15 kilómetros por debajo del pantano de Riaño y somos los únicos que tenemos un caudal inagotable de agua. El pantano suelta siempre y parece ser que esto no lo hay en ningún sitio”, explica el alcalde, Juan Carlos Álvarez, uno de los ocho vecinos de Alejico y entusiasta defensor de la oportunidad que supone disponer de un enclave natural único que hace las delicias de piragüistas de todo el mundo a los que insta a ser embajadores de este escenario privilegiado cuyas posibilidades, subraya, empiezan a aflorar.

Sabero y Alejico, donde se encuentra el centro neurálgico de la competición y todo lo que se genera en torno a ella, bullen estos días gracias a las frescas aguas que los recorren. Se estima que entre 3.000 y 4.000 visitantes se acercarán hasta el sábado hasta este rincón de la Montaña Oriental Leonesa; tantos como habitantes tuvo en la época en la que la siderurgia y la minería la convirtieron en un floreciente foco industrial cuyo cerrojazo definitivo se vivió hace ya más de 30 años.

Ahora, con algo más de 1.000 censados en sus cinco pueblos, el alcalde no oculta sus anhelos y su optimismo sobre lo que el aprovechamiento de estas aguas puede implicar para la zona. Sabero es la segunda localidad española que alberga este campeonato y tiene muchas posibilidades de no hacerlo por última vez. La Seu D’Urgell (Lleida) fue también sede de esta cita que reúne a campeones y aficionados. El emplazamiento catalán para el desarrollo de la prueba es un canal artificial y supone, por decirlo así, la única competencia en la materia dentro de España.

El evento supera con creces la capacidad hotelera y hostelera de la zona, como lo constata Silvia, vecina de El Barco de Valdeorras (Orense) que acompaña a su marido, Jesús Rodríguez. Apenas a un metro de distancia del agua aplaude su paso por la meta junto a su hijo, que ha crecido viendo a competir a su padre en distintos países. Él, que ejerce como bombero en Ponferrada y que practica distintas modalidades, entrena habitualmente en el río Sil y también en el Esla y ha competido en Sabero en pruebas anteriores desde hace bastantes años. “La zona es muy bonita, pero nos volvimos locos para encontrar dónde dormir. Son nuestras vacaciones, unas vacaciones diferentes”, comenta y detalla que ha conocido numerosos países gracias al piragüismo.

En el área principal del evento se escucha hablar distintos idiomas tanto a deportistas como a espectadores. Tricia Bisset y su madre aplauden y vitorean con ganas sentadas a la orilla del río, sobre una mantita. Llegadas de Washington D.C. son patrocinadoras de un equipo estadounidense que participa en el campeonato. Es su primera visita a España y a León y se muestran encantadas con lo que Sabero y su entorno les ofrecen. “Esto es una locura, esto es muy bonito, nos gusta mucho”, aseguran.

Un equipo italiano integrado por 14 personas prepara sus piraguas y disfruta del ambiente mientras se desarrolla una de las carreras. Ellos ya visitaron el canal en 2021 para participar en otra prueba y destacan la belleza del entorno, la buena organización del evento y el contraste de temperaturas entre el día y la noche. 

Ayuda para crecer

“Esto es un escaparate brutal y si nos postulamos, por supuesto que acogeremos los campeonatos de España todos los años y uno de Europa o del mundo también, además de otras modalidades”, afirma el alcalde y reclama que administraciones como la Diputación, la Junta y el Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes, se impliquen más para poder crecer. Por su parte, recalca, el Ayuntamiento hará todo lo que esté en sus manos para intentar convertir la potencialidad que ofrece el agua del río Esla en el principal vector económico de la zona. 

La siguiente fase, dice, es de consolidación y crecimiento y pasa por construir instalaciones en tierra. “Pretendo hacer un edificio de usos múltiples, de acogida, con salas para el control anti-dopping, para los jueces, una cafetería, sitio para las piraguas… Es el principio de otra fase en la que tenemos que entrar ya. Ya tenemos un proyecto presupuestado en 615.000 euros para un ‘bioedificio’ ambicioso”, detalla.

Ocupado en que todo se desarrolle de la mejor forma posible, recalca que esta aventura de ámbito mundial que consolida el trabajo de años anteriores y el empeño de Sabero por destacar como enclave único no sería posible sin la implicación y dedicación del director del director del Centro de Alto Rendimiento Deportivo de León, Daniel Mateos. También subraya el papel del presidente de la Federación Española de Piragüismo, Javier Hernanz.

Todos los que estos días visitan Sabero pueden conocer lo que supuso su actividad industrial si se acercan al Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, que el sábado acoge una nueva edición de la Feria de intercambio de minerales, rocas y fósiles, cuyo programa se ha diseñado pensando en acoger a un público más internacional que nunca. El alcalde confía en que atiendan su petición y al regresar a sus países cuenten “que en el norte de España hay un sitio donde hay un canal de agua enorme, las 24 horas, los 365 días del año”.

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