En la tarde del lunes, y en el marco del palacio del Conde Luna de la capital leonesa, se presentó, ante una audiencia que abarrotaba la sala, la primera novela de Yolanda de la Puente Merchán.
Introdujo el acto el editor del Lobo Sapiens, José A. Martínez Reñones, desentrañando la arquitectura de una novela que
desde el preámbulo atrapa y crea adicción lectora. “Las mujeres de esta trama son heroinas que afrontan el destino y la fatalidad de cara, sin ceder a sus dentelladas, y toman con desparpajo y valentía el camino del desvelamiento ante tanto secreto inconfesable, tanta soledad, tanto odio y tanta venganza... En un territorio narrativo que salta con agilidad en el tiempo y en el espacio, la acción transcurre febril entre León, Portugal y México”.
A continuación, Amancio González, reconocido escultor leonés de proyección internacional, dedicó amables palabras a la
autora, destacando la facilidad de Yolanda para tejer una urdimbre tan compleja, sin que esta perdiera en ningún momento la capacidad de llevar al lector por un universo de sensaciones ora románticas, ora tremendas. A la par, dio la bienvenida a la novela como ese esfuerzo sobrehumano que practican los artistas verdaderos tratando de tocar con el dedo la inmortalidad.
Culminó el acto la autora, visiblemente emocionada de verse arropada por tantas personas cercanas y tantas otras desconocidas que acudieron expectantes a saber de su trabajo. Un trabajo realizado trece años atrás que había dormido y fermentado
durante este tiempo, como toda buena masa madre. También desveló parte de sus inspiraciones, recorrió el mapa afectivo de los personajes que pueblan su obra y expresó su inmensa gratitud a cuantas personas le ayudaron en la andadura vital y en la literaria que con Cuerpos de barro, almas de piedra ha dado comienzo.